Todas las grandes cadenas mediáticas internacionales vinculadas a la alianza atlántica (los medios occidentales) han venido publicitando la nueva “entrada triunfal” de EE.UU. en el Medio Oriente, esta vez bajo el pretexto de luchar contra sus propios monstruos del EI cuyos santuarios se encuentran en territorio sirio e iraquí. Esos medios pronostican el “éxito” de lo que definen como la nueva cruzada anti-terrorista de EE.UU. y sus aliados, la que podría extenderse en toda la región y alcanzar a África.

Pero primero lo primero. La opinión pública mundial debió  conducirse de forma favorable para que EE.UU. consiguiera entrar en acción sin muchos tropiezos. Aunque en esta oportunidad, absolutamente nadie (ningún Estado) se opone a  la participación limitada de EE.UU. en los combates contra el EI, son pocos lo que se atreven a señalar las verdaderas intenciones del imperialismo estadounidense tras su giro oportunista de combatir a los yihadistas del EI. Sólo algunas voces se atreven a culpar a EE.UU. por su responsabilidad en el desastre iraquí y la creación de esos mismos grupos terroristas que hoy pretenden combatir.

La reveladora imagen en la que aparece el ex candidato presidencial y hoy senador estadounidense, John McCain, reunido en territorio sirio con su amigo el Califa del EI, Abu Bakr Al Bagdadi, fue completamente ignorada por los medios occidentales. Lo que no dicen los medios, pero que si dejan entrever, es que EE.UU debió crear y armar a los monstruos de Al-Qaeda, al Talibán y, finalmente, al EI para luchar contra lo que ellos llaman: las “tiranías” de Afganistán, Libia, Irak y Siria. Los terroristas han sido siempre un “mal necesario”. Para EE.UU. y sus aliados “los fines justifican los medios”. Pero sus demonios se han vuelto incontrolables, ha llegado el momento de combatirlos. ¡Viva el sueño americano!     

Los terroristas del EI han debido ocupar primero los campos petroleros de Mosul y Kirkuk en Irak, y más adelante decapitar a “colaboradores” estadounidenses y británicos para que EE.UU. haya encontrado razón y decida atacar al EI.

Cuando los decapitados y crucificados eran civiles y soldados sirios e iraquíes, poco importaba para los medios occidentales. Pero las cosas cambiaron de la noche a la mañana. Misteriosamente, la administración del hipócrita premio Nobel de la “Paz”, Barack Obama, entendió que llegó la hora de atacar a los terroristas. Finalmente los policías del mundo acuden para combatir el mal.

En su última alocución dirigida al pueblo estadounidense, el Nobel de la Paz de los sepulcros, Barack Obama, dijo que la “cooperación de EE.UU. se limitará sólo a ataques aéreos contra blancos del EI, sin la participación de sus tropas terrestres. También dijo que su país no cooperará con Damasco en la lucha contra el EI, que seguirá armando a los “moderados” que luchan contra el régimen sirio y amenazó con destruir el sistema de defensa aérea de Siria y derrocar al presidente Bashar Al Assad, si las fuerzas sirias abren fuego contra los cazas estadounidenses que entran en el espacio aéreo de aquel país [1].

Las palabras de Obama generaron muchas más incertidumbres de las que ya existían. Las cadenas mediáticas tendrán la misión, ahora, de manipular para seguir ocultando la verdad. ¿Cómo puede EE.UU. distinguir entre terroristas “moderados” y terroristas malos en Siria? ¿Hasta cuándo EE.UU. seguirá armando a los terroristas “moderados”?, ¿Por qué EE.UU. se niega a colaborar con el gobierno sirio en la lucha contra los terroristas del EI? ¿Será el EI la excusa perfecta que necesitaba EE.UU. para intervenir directamente en Siria y derrocar, de una vez por todas, al legítimo gobierno de Bashar Al Assad?

En su discurso, Obama descubrió la jugada maestra contra Siria. El objetivo final de EE.UU. es atacar al ejército sirio bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, sabe EE.UU. que su nueva jugada no la podrá concretar tan fácilmente. Rusia ha puesto las líneas rojas sobre el terreno, y ha reafirmado que no permitirá que estas sean violadas por las fuerzas estadounidenses.

Hasta hace poco, los terroristas del EI eran considerados por los medios occidentales como “luchadores por la libertad en Siria e Irak”. Pero de la noche a la mañana los mismos medios que glorificaban a los “rebeldes”, empezaron a tratarlos como la peor amenaza global para la seguridad de EE.UU. De pronto el mundo contempló lo que faltaba. Los chacales terroristas subieron videos a la Web donde aparecían cortando las cabezas de los “colaboradores” occidentales. Aquellos hombres sacrificados simbolizaron en los medios como un nuevo “World Street Center” (la caída de las torres gemelas), no casualmente esos hechos se suscitaron en los días cercanos a la conmemoración de 9/11/2001.

¿Por qué los yihadistas del EI que ya estaban enfrentado a poderosos enemigos (a las fuerzas armadas sirias e iraquíes apoyadas por Rusia e Irán) enloquecieron de pronto hasta provocar la intervención de EE.UU. en su contra? La respuesta a esta interrogante es la clave para entender la estrategia estadounidense.

No por casualidad, las noticias de la muerte del tercer “colaborador” David Haines se produjeron pocas horas antes de la conferencia de París que pretendía construir una coalición internacional contra los yihadistas [2]. A la misma no fueron invitados tanto el gobierno sirio como el gobierno iraní.

Fuentes:

[1] EE.UU. amenaza a Siria

http://www.hispantv.com.ve/detail/2014/09/15/288909/obama-amenaza-atacar-siria#sthash.SSJKoBW8.dpuf

[2] EI asegura haber decapitado a cooperante británico

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/14/actualidad/1410647123_099717.html