“Coalición” mercenaria de EEUU para la destrucción, el petróleo y el gas
Rubén Ramos
Las agencias traen dos noticias distintas, pero coincidentes, respecto del propósito real de la “coalición” armada promovida por las élites del poder civil-militar nazi-sionista de los EEUU a través de su secuaz de turno.
Por un lado, el ex-oficial de la marina de EEUU, Kenneth O’Keefe, reveló en una entrevista concedida a la cadena iraní de noticias PressTV, que el Estado Islámico es “una creación, un monstruo, un Frankenstein creado por la CIA. O’Keefe, es un ex oficial norteamericano que anteriormente negó la verosimilitud de que los atentados del 11 de septiembre 2001 hayan sido perpetrados por Osama Bin Laden y los 19 secuestradores. Precisó, entonces, que se trató de un trabajo interno del gobierno de Estados Unidos, la CIA y la Mossad israelí. Esta vez, ha afirmado que los extremistas del EI, que operan en Irak y Siria, han sido financiados por EEUU conjuntamente con Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. (Tal vez, O’Keefe ha querido olvidar que estos son los mismos socios que montaron los atentados cuya autoría puso en cuestión).
“Los yihadistas del EI no sólo han recibido de EEUU el mejor blindaje personal, blindados de transporte de tropas y entrenamiento, sino que también se les ha permitido inundar los Estados de Oriente Medio a través de sus fronteras…Todo para acabar con Bashar al Assad”, ha dicho el ex-combatiente que ha intentado renunciar a su nacionalidad norteamericana en más de dos oportunidades.
Por su parte, la noticia del The New York Times, enfatiza las declaraciones del administrador de la Casa Blanca señalando que EEUU derrocará al Gobierno de Bashar al Assad si las fuerzas aéreas sirias abrieran fuego contra los aviones estadounidenses que entren en el espacio sirio durante la acción militar de la “coalición” contra los yihadistas del Estado Islámico.
«Si Assad se atreviera a hacerlo, Obama ha dicho que ordenaría a las fuerzas estadounidenses acabar con el sistema de defensa aérea de Siria, que, según señaló, sería más fácil que golpear al Ejército Islámico porque se conocen mejor sus ubicaciones. Y continuó diciendo que tal acción por parte de Assad llevaría a su derrocamiento». Contra todo lo que la prensa farsante del mundo propaló en las últimas semanas, Obama ha dicho que no va a cooperar con el presidente sirio Bashar al Assad en la lucha contra el EI en Siria; precisando, además, que no contempla el fracaso de la operación.
Nada de esto puede sorprender: Siempre estuvo clara la estrategia sionista norteamericana. En junio pasado escribí: “Una vez ocupados los territorios estratégicos que concentran la producción energética para los intereses imperialistas, por las bandas de mercenarios entrenados y pagados por EEUU y las monarquías árabes “wahabbistas”, lo que hay que hacer para acabar definitivamente con el ‘control’ que le queda a Irak en la comercialización del petróleo, es balkanizar el territorio asegurando el norte de Siria e Irák en alianza con los “kurdos” (que no son ni árabes, ni persas, pero sí aliados de Israel). Esto, además, pone a Irán en la mira de un futuro cercano y hace próximo el cerco varias veces intentado contra Rusia y China. El ataque aéreo con ‘drones’ cuyo costo/beneficio es altamente eficiente, es cuestión de tiempo y de condiciones subjetivas”.
Estas condiciones no tardaron en llegar. El clima propicio y los ánimos han sido predispuestos para que la opinión pública despistada y torpe acepte y avale el curso de los acontecimientos. Para esto sirvieron las “armas químicas” y el desarme sirio; la supuesta persecución y matanza de los “veletas” yazidís y de judeo-cristianos que justificaron los primeros bombardeos “humanitarios” norteamericanos contra mujeres y niños “para asegurar su retirada”; las “decapitaciones” y la amenaza yihadista contra europa y EEUU a través de su frontera con México; la Cumbre de la OTAN y las nuevas “sanciones” contra Rusia; su satanización como “enemigo de la seguridad hemisférica y de la libertad y la democracia en Ucrania”. Un perfecto montaje en varios actos y con el apoyo incondicional de la prensa perversa.
Pero la gente aún cree que son los sionistas de EEUU los buenos
Y no sólo la gente común. También los políticos y algunos gobernantes. No sé si por despistados o por convenidos. De un lado, ya no cabe duda alguna que son los EEUU los que están detrás de los mercenarios del autodenominado Estado Islámico (EI). No sólo por lo que pueda decir Kenneth O’Keefe; o Edward Snowden (el ex-analista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU) que reveló que el EIIL fue creado mediante un trabajo conjunto entre los servicios de Inteligencia de Estados Unidos, el Reino Unido e Israel; o la propia ex-secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, que escribe en su libro de memorias que fue EEUU quien formó al grupo mercenario que se autodenomina Estado Islámico o “Daesh” en árabe.
De otro lado, tampoco cabe duda alguna respecto de lo que pretende EEUU en el área: la limpieza étnica de las poblaciones que quedan en los territorios petrolíferos de Irak en cumplimiento de la táctica de “territorio sin pueblo”. No importa de quienes se trate.
En la lógica del sionismo imperial sólo importan los invasores y los recursos que aseguren su voracidad. Igual en el caso de los territorios sirios tomados por los yihadistas. Aquí, hay también que asegurar su fragmentación. No se trata de una guerra que hay que ganar, sino todo lo contrario. Se trata de prolongarla por tiempo indefinido.
Esto asegura usurpar mediante el divisionismo, el terror y el caos. La guerra asegura altas tasas de rentabilidad al capital industrial bélico al propio tiempo que a los grandes consorcios que desde la invasión del 2003 a Irak se consolidaron en el área. Como es el caso de “Halliburton Amigos” que gracias a la administración Bush-Cheney es hoy el monopolio más importante para la exploración, explotación y comercialización de gas y petróleo no sólo en Medio Oriente, sino en el mundo, incluyendo América latina donde algunos presidentes deben su cargo a su desinteresado financiamiento.
Petróleo y gas
La nueva estrategia de EEUU impuesta a sus secuaces europeos para hacerse del control del petróleo y del gas de Oriente pasa por este y otros consorcios. Implica el lanzamiento de ataques aéreos «sistemáticos» y de largo plazo contra los “terroristas islámicos” sin participar en ofensivas terrestres contra ellos. De hacerlo, esto haría que se enfrentaran ejército legal y ejército mercenario del mismo país. Desde el aire, los blancos son más precisos incluyendo población civil que hay que exterminar o convertir en “pueblos sin territorio”. Esto es, en refugiados de por vida.
También se ha previsto el aumento de especialistas militares “coalisionados” a Irak, dizque para apoyar a las tropas iraquíes en labores de adiestramiento militar, inteligencia y equipamiento. Mientras tanto, en Siria, EEUU y sus amigos, seguirán reclutando mercenarios, entrenándolos y equipándolos para continuar con sus masacres. Para este efecto, el Congreso norteamericano ha extendido la autorización pertinente.
Como los “mercenarios” de la alianza sionista no han podido por si solos derrocar al régimen legítimo de Bashar al Assad, y por el contrario la ofensiva del ejército sirio ha recuperado zonas estratégicas que ocupaban, EEUU considera que ha llegado la hora de actuar a fin de no poner en riesgo el área por donde circula el petróleo de Irak hacia el mediterráneo y por donde pasaría el gasoducto que Irán, Irak y Siria decidieron construir en el 2013 para abastecer Europa.
Ahora Siria enfrenta la amenaza mayor de ver invadido su espacio aéreo con escasa o ninguna posibilidad de hacerle frente sin poner en riesgo a su población. Es cierto que Rusia ha mostrado su oposición a la política de EE.UU. en Siria, subrayando que cualquier acción militar que se lleve a cabo sin permiso de Damasco se contemplará como «ilegal», pero esto no niega el hecho de que la triple alianza sionista anglo-norteamericana-israelí recuperó y ganó terreno en los últimos días. Rusia lo ha hecho en el terreno diplomático, comercial y financiero con China y en menor medida con los otros países del BRICS, pero EEUU ha vuelto a ser el titiritero que los monos de Europa necesitaban para bailar.
Dos guerras de diferente sentido y significado
Así las cosas, lo que habría que esperar por el lado imperial es que EEUU y sus aliados consoliden su presencia en Irak y Siria y continúen una despiadada limpieza étnica como lo hicieran en los Balkanes. Aseguren el control de los recursos energéticos de Siria e Irak. Neutralicen cualquier alianza entre Irak, Siria e Irán. Arabia saudita se vea fortalecida hasta el punto de intentar una “coalición” contra Irán. Israel consolide el control del Levante mediterráneo y arremeta nuevamente contra Palestina. Europa reexamine la construcción del gasoducto con Rusia. Los clanes oligárquicos de Ucrania continúen su guerra de intereses buscando cada cual alianzas con la UE. La OTAN salga fortalecida e inicie un cerco más próximo contra Rusia. China quede aislada.
Por el lado de las potencias emergentes la lucha antes que guerrerista y amenazante contra la estabilidad el planeta, va por el lado del cortejo fúnebre de los mellizos FMI-BM; por el encuentro de una alternativa al sistema Swift para las ventas de petróleo y otras transacciones comerciales entre China y Rusia y aplicable en un futuro próximo al BRICS. Por la afirmación de una alianza de cooperación creativa para la paz con los países del Alba y con los que se niegan a servir de acólitos al sionismo, su Comando Sur y su IV Flota.