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28 de septiembre 2014.- “La política de doble rasero de EE.UU. le impidió notar la amenaza que representaba el naciente grupo extremista Estado Islámico”, opinó el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.

Para el canciller, solo después de que la televisión difundiera el repugnante vídeo de la ejecución de los periodistas estadounidenses, fue que Washington consideró que las acciones del estado Islámico eran “inaceptables e inhumanas”.

“No nos hicieron caso cuando les llamamos a aunar los esfuerzos y ayudar al Gobierno sirio a crear junto con la oposición moderada y patriótica un frente único de lucha contra los terroristas que, literalmente, invadieron Siria”, dijo.

Sin embargo, ahora, “cuando el Estado Islámico ha sido proclamado el enemigo número uno de EE.UU., me gustaría recordar que esas personas cobraron fuerzas gracias a la importante financiación extranjera asignada durante el cambio de régimen en Libia y los intentos de repetir el mismo guión en Siria, cuando valían todos los medios”.

Lavrov destacó que ahora los estadounidenses como los europeos sí apoyan la lucha contra los regímenes antipopulares pero “cuando llamamos su atención sobre el hecho de que en las filas de los detractores de los regímenes había muchos extremistas y terroristas nos aseguraron que ‘eso pasaría’, que se solucionaría después de la caída de los regímenes (…). No nos hicieron caso”, recordó.

Es necesario obtener el consentimiento de los países en el territorio de los cuales quieren luchar contra el terrorismo y en particular, la autorización de Siria.

El ministro indicó asimismo que Rusia lleva mucho tiempo suministrando armas a Irak, Siria y otros países de la región para ayudarles a reforzar su potencial en la lucha contra el terrorismo.