Lo que en 1970 salvo al gobierno Nixon de la quiebra y fue considerada la mayor extorsión a nivel mundial al vincular la adquisición de petróleo con el dólar, es hoy un lastre para la nueva economía deslocalizada de casino. Neoliberal. Invirtiendo en el extranjero lograron comprar medio mundo, pagaron ejércitos y extendieron un estúpido sistema económicos basado en la especulación y deuda. Ganaron pasta, pero después de arruinar el país se acabó la fiesta. Las propias élites norteamericanas reconocen que la moneda ya no funciona para sus propósitos.
La posición de dólar como moneda de reserva mundial es una de las principales causas del estancamiento económico de Estados Unidos. La acumulación de dólares que hace el resto del mundo lleva al billete verde a una constante presión revaluatoria que termina asfixiando sus exportaciones e incentivando las importaciones y destruyendo miles de empleos que debilitan la economía de Estados Unidos. Este es el lado más oscuro de la guerra de divisas, donde Estados Unidos siempre llevará las de perder, dado que al ser el dólar la moneda de reserva todos los países buscarán los mecanismos para atesorar dólares y hacer que éste se mantenga elevado. El resto del mundo puede articular mecanismos más eficientes para devaluar sus monedas y esta es una ventaja que no posee el dólar. Recordemos que tras el quiebre de Bretton Woods el dolar se convirtió en la moneda de reserva sin ningún respaldo en oro ni en nada. Esto favoreció a Estados Unidos cuando su sector industrial permitía generar abultados superávit en la balanza comercial. Pero a medida que Japón, primero, y China, después, comenzaron a dar vuelta la balanza comercial, Estados Unidos comenzó a ceder terreno sin pensar que ser dueño de la divisa podría ser un arma de doble filo.
Hoy se confirma que el dólar es un obstáculo para la recuperación económica de Estados Unidos dado que al ser la moneda de reserva sufre una constante presión revaluatoria que genera al mismo tiempo las burbujas especulativas. De ahí que el economista Kenneth Austin, en su trabajo en elDiario de Economía Poskeinesiana (Journal of Post Keynesian Economics), señale que Estados Unidos debe renunciar a la condición del dólar como moneda de reserva mundial, si se quiere facilitar la recuperación económica del país. El artículo de Austin ha encontrado gran acogida en Jared Bernstein, economista jefe entre 2009 y 2011 del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y miembro del equipo económico de Barack Obama.
«Una nueva investigación (dice Bernstein refiriéndose al trabajo de Austin) muestra que lo que antes era un privilegio hoy en día es una carga. Los déficit presupuestario y comercial solo permiten inflar las burbujas financieras y no hacen nada por el empleo. Si se quiere poner a la economía estadounidense en el camino correcto, el gobierno debería terminar su compromiso con el estatus del dólar como moneda de reserva y permitir su caída».
Terminar con el dólar como moneda de reserva

Estado Unidos ya se puede dar por sentenciada. A las corporaciones supuestamente americanas, residentes en paraísos fiscales, les da absolutamente igual lengua, religión, raza o sexo. El capital no entiende de naciones, solo entiende de EBITDA. USA entra en el ciclo de la devaluación interna al igual que ya hace tiempo andó Europa con la venia de sus políticos y arropada por sus medios de control masivo. País vendido.
Ante todo Estados Unidos utiliza la escusa de la reindustrialización para justificar las reformas económicas. Que se olvide de reindustrializarse o aumentar otras exportaciones que no sean petróleo o tecnología. Un trabajador de salario medio 1400$/mes no puede competir con uno del sudeste asiático a 200$/mes o menos. Lo mismo sirve para España. Y todavía queda abrir el mercado laboral africano a 45$/mes.
En ningún momento se pretende acabar con ningún tipo de problema. Ni siquiera restablecer la derogada ley Glass-Steagall. Nadie habla de la causa raíz del problema en sí que originó la situación, la desrregulación de los mercados, el llamado ultraliberalismo, un problema sistémico. Caro, ellos no son radicales, solo son buitres. Se legisla conforme a los mercados, por lo que han decidido los banqueros. Ellos son los Mercados del dinero. Por lo tanto, aunque el Cuarto Reich Americano caiga como potencia económica, política y militar en una demolición controlada que dejará al país como a Europa, la situación, que es global, está previsto que no cambie. Y no cambiará hasta que no cambie la sociedad.
