The Guardian
8 de Agosto 2014..- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó ataques aéreos dirigidos contra militantes islámicos del movimiento «Estado Islámico de Irak y Siria», conocido como ISIS (por sus siglas en inglés) en Irak, luego de que el ejército de Estados Unidos comenzó una operación aerotransportada para llevar ayuda a miles de minorías iraquíes que fueron conducidas a un sombrío refugio en el tope de una montaña.
Al describir las amenazas contra los refugiados yezidi varados como la posibilidad de un «genocidio», el presidente dijo que había autorizado ataques aéreos limitados «para ayudar a las fuerzas iraquíes, para ayudar en la lucha para romper el cerco y proteger a los civiles atrapados allí».
«Cuando nos enfrentamos a una situación como la que vemos en esa montaña, con personas inocentes que se enfrentan a la perspectiva de la violencia en una escala horrorosa y tenemos un mandato para ayudar -en este caso, una solicitud del gobierno iraquí- y cuando tenemos capacidades únicas para actuar para evitar una masacre, creo que los Estados Unidos no pueden hacerse la vista gorda», dijo el presidente en un comunicado de la Casa Blanca, emitido la noche de este jueves.
«A principios de esta semana, un iraquí dijo, aquí nadie viene a ayudar. Pues bien, hoy Estados Unidos está llegando a ayudar», dijo Obama.
La entrega de ayuda humanitaria, en forma de lanzamientos desde el aire, de alimentos y medicinas, por aviones de Estados Unidos, tuvo lugar después de un día de intenso debate en la Casa Blanca sobre cómo responder al ejército de ISIS, que ha causado el desplazamiento masivo de población civil, y que se acerca cada vez más a la previamente estable región iraquí del Kurdistán.
Los lanzamientos desde el aire representan la primera misión aérea sobre Irak desde 2011 para un propósito que va más allá de la vigilancia de ISIS, proporcionando ventas militares programadas o el transporte de cientos de «asesores» de operaciones especiales de Estados Unidos que Obama ordenó ir a Irak para ayudar a Bagdad a enfrentar la amenaza de ISIS. Ellos marcaron el inicio de la participación más profunda de Estados Unidos en Irak desde que las tropas estadounidenses se retiraron a finales de 2011 después de casi una década de guerra.