4 agosto 2014 – Ahora resulta que informar, comentar, divulgar cifras o compartir imágenes sobre los crímenes de Israel contra los ciudadanos de #Gaza en #Palestina te convierte en peligroso terrorista y activista de Hamas, Movimiento de Resistencia Islámico.Eso le pasó a Yolanda Alvárez, corresponsal de la TVE en Jerusalem y en la Franja de Gaza.
La portavoz de la embajada de Israel en España, Hamutal Rogel, ha escrito que la periodista se convirtió «desde el primer momento en correa de transmisión de los mensajes, cifras, imágenes y datos de Hamás. Las crónicas dramatizadas de Yolanda Álvarez, empezando por el abuso de adjetivos y siguiendo por las muy cuidadas puestas en escena, resultado de un casting y selección de escenarios al dictado de los intereses de Hamás, son, sin más, el producto de una activista.»
Ergo, Yolanda Alvárez es activista de Hamas (o sea, de la resistencia palestina), y en consecuencia es una terrorista en virtud de que algunos gobiernos dicen que Hamas es una organización terrorista.
La Sra. Rogel, en todo caso, ofrece la fórmula para no ser señalado como militante de Hamas, y precisa que para eso hay que copiar el guión de su gobierno: «hablar y tomar imágenes de los almacenes de armas de Hamás, del lanzamiento de cohetes desde zonas habitadas, del uso de civiles para proteger los edificios (viviendas, escuelas, hospitales, mezquitas) desde los cuales los terroristas lanzan cohetes y misiles.»
Es decir, pretende convertir a los corresponsales en Gaza en agentes de Israel y que actúen contra los mecanismos y organizaciones de resistencia del pueblo y el Estado Palestino. No quiere periodistas sino delatores.
Hamutal Rogel, vocera de Israel en España |
Sin embargo todo eso (o sea la acusación de activismo propagandístico) no es lo que le parece «intolerable» a la Sra. Rogel, «sino que un medio de comunicación público le dé cabida en sus informativos.»
Si los autoproclamados defensores de la «libertad de expresión» en Hispanoamérica no se inmutan ante semejante llamado a la censura, se podrá comprobar, por enésima vez, que no tienen ni la mínima capacidad de disimulo y que son unos hijos de puta.
TVE ha cedido a la amenaza y desde el jueves ordenó la salida de la corresponsal de la Franja de Gaza.
De paso el argumento pro-censura es igualmente válido para medios de comunicación privados. Nadie dude que los grandes medios y especialmente las agencias le bajarán el volumen a datos e imágenes de Gaza. O asumirán un hiperequilibrio, donde el sepelio de un soldado muerto por el propio fuego de Israel merece igual cantidad de texto y de fotos que las decenas de niños asesinados cada día.
Y tampoco se descarte que comencemos a descubrir acciones desde las redes sociales y la web para bloquear o al menos hostigar a usuarios que comparten «mensajes, cifras, imágenes y datos de Hamás».
Es decir, pronto todos, millones en el mundo, los que apoyamos la resistencia palestina seremos acusados de terroristas y, como Yolanda Alvárez, de activistas
Por supuesto, nadie dude que apoyar a Hamas o a la Resistencia Palestina es un millón de veces mejor que ser un hijo de puta como la Sra. Vocera de Israel y sus acólitos en España y Latinoamérica.
Prefiero ser de Hamas que un hijo de puta
Ahora resulta que informar, comentar, divulgar cifras o compartir imágenes sobre los crímenes de Israel contra los ciudadanos de #Gaza en #Palestina te convierte en peligroso terrorista y activista de Hamas, Movimiento de Resistencia Islámico.
Eso le pasó a Yolanda Alvárez, corresponsal de la TVE en Jerusalem y en la Franja de Gaza. La portavoz de la embajada de Israel en España, Hamutal Rogel, ha escrito que la periodista se convirtió «desde el primer momento en correa de transmisión de los mensajes, cifras, imágenes y datos de Hamás. Las crónicas dramatizadas de Yolanda Álvarez, empezando por el abuso de adjetivos y siguiendo por las muy cuidadas puestas en escena, resultado de un casting y selección de escenarios al dictado de los intereses de Hamás, son, sin más, el producto de una activista.»
Ergo, Yolanda Alvárez es activista de Hamas (o sea, de la resistencia palestina), y en consecuencia es una «terrorista» en virtud de que algunos gobiernos dicen que Hamas es una organización «terrorista».
La Sra. Rogel, en todo caso, ofrece la fórmula para no ser señalado como militante de Hamas, y precisa que para eso hay que copiar el guión de su gobierno: «hablar y tomar imágenes de los almacenes de armas de Hamás, del lanzamiento de cohetes desde zonas habitadas, del uso de civiles para proteger los edificios (viviendas, escuelas, hospitales, mezquitas) desde los cuales los terroristas lanzan cohetes y misiles.»
Es decir, pretende convertir a los corresponsales en Gaza en agentes de Israel y que actúen contra los mecanismos y organizaciones de resistencia del pueblo y el Estado Palestino. No quiere periodistas sino delatores.
Sin embargo todo eso (o sea la acusación de activismo propagandístico) no es lo que le parece «intolerable» a la Sra. Rogel, «sino que un medio de comunicación público le dé cabida en sus informativos.»
Si los autoproclamados defensores de la «libertad de expresión» en Hispanoamérica no se inmutan ante semejante llamado a la censura, se podrá comprobar, por enésima vez, que no tienen ni la mínima capacidad de disimulo y que son unos hijos de puta.
TVE ha cedido a la amenaza y desde el jueves ordenó la salida de la corresponsal de la Franja de Gaza.
De paso el argumento pro-censura es igualmente válido para medios de comunicación privados. Nadie dude que los grandes medios y especialmente las agencias le bajarán el volumen a datos e imágenes de Gaza. O asumirán un hiperequilibrio, donde el sepelio de un soldado muerto por el propio fuego de Israel merece igual cantidad de texto y de fotos que las decenas de niños asesinados cada día.
Y tampoco se descarte que comencemos a descubrir acciones desde las redes sociales y la web para bloquear o al menos hostigar a usuarios que comparten «mensajes, cifras, imágenes y datos de Hamás».
Es decir, pronto todos, millones en el mundo, los que apoyamos la resistencia palestina seremos acusados de terroristas y, como Yolanda Alvárez, de activistas de Hamas.
Por supuesto, nadie dude que apoyar a Hamas o a la Resistencia Palestina es un millón de veces mejor que ser un hijo de puta como la Sra. Vocera de Israel y sus acólitos en España y Latinoamérica.