Intento formarme una idea de qué tan fácil o difícil es gobernar. Pienso que es muy difícil. No todos estamos hechos para gobernar, de allí tantas calamidades históricas desde que existe la humanidad y aquel refrán que dice que nadie es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Hay quienes piensan que deberíamos gobernar siguiendo los preceptos de la Biblia. Que hemos olvidado completamente a Cristo, a Dios pues, y por eso tanta maldad encarnada es la que gobierna al mundo.

¿Qué es el gobierno? Me fui por lo más fácil y busqué en Wikipedia: “El gobierno (del griego κυβερνάω kubernáo «pilotar un barco») es normalmente la autoridad que dirige, controla y administra las instituciones del Estado, el cual consiste en la conducción política general o ejercicio del poder del Estado. En términos amplios, el gobierno es aquella estructura que ejerce las diversas actividades estatales, denominadas comúnmente poderes del Estado (funciones del Estado). El gobierno, en sentido propio, tiende a identificarse con la actividad política. El gobierno no es lo mismo que el Estado, está vinculado a este por el elemento poder.

El gobierno pasa, cambia y se transforma, mientras que el Estado permanece idéntico. La misión del gobierno es crear un sistema de auto-protección social para y con todas las personas que viven en el Estado, que sea seguro al largo plazo, autofinanciable, de muy buena calidad y sin corrupción. Prioritariamente asegurar el futuro de la salud, educación, trabajo, sustento y vivienda. Históricamente, el primer gobierno se forma en la tribu, como una forma de coordinar el pleno aprovechamiento de los recursos humanos, naturales, instalaciones y herramientas, de la misma, para generar el máximo de beneficios que satisfagan las necesidades de la tribu, en alimentación, seguridad, vestido, alojamiento, educación.

Después, se ha establecido el «Ejecutivo» como ente coordinador, el «Legislativo» como generador de leyes y el «Judicial» como encargado de hacer que las leyes se cumplan”. Más claro no canta un gallo. Si entendí bien, el sistema comunal, históricamente, es el más justo para gobernar. El Poder comunal, bien dirigido y auditado, sería nuestra mejor manera de producir, convivir y hacer cumplir las leyes. No lo atrasemos más.

 

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