Agencias

 

24-08-14.-Los Guardianes de la Revolución iraníes anunciaron que han derribado un avión no tripulado (drone) israelí cuando se aproximaba a la planta nuclear de Natanz, en el centro de Irán. Como es su costumbre, Israel no ha comentado la noticia. De confirmarse, daría argumentos a aquellos sectores del régimen iraní que desconfían de las negociaciones nucleares en curso y haría más difícil el trabajo de su delegación en la recta final.
 

“La Fuerza Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica ha derribado un avión espía no tripulado del régimen sionista”, aseguraba el comunicado que el departamento de relaciones públicas de esa organización militar iraní ha colgado en su web. Aunque los Guardianes se han atribuido antes el derribo de varios drones estadounidenses, sólo en un caso, en 2011, Washington admitió que se le había perdido uno que la CIA utilizaba en Afganistán.

El texto, del que todos los medios iraníes se han hecho eco de inmediato, afirma que el aparato era “del tipo invisible al radar e intentaba penetrar en la zona restringida de Natanz (…), pero fue derribado por un misil tierra-aire antes de que lo lograra”.

La planta de Natanz, a 300 kilómetros al sur de Teherán, es el corazón del programa nuclear iraní. En sus instalaciones se inició el enriquecimiento de uranio a escala industrial, el controvertido proceso que tanto sirve para fabricar combustible para obtener energía eléctrica como, a mayor pureza, material fisible para una bomba.

El comunicado no explica cómo los Guardianes supieron que el aparato era israelí ni cuándo se produjo el derribo, aunque la agencia semioficial Fars, considerada cercana a esa fuerza militar, así lo atribuye hasta el momento.

Teherán ha acusado con frecuencia a Israel, un país cuya existencia no reconoce, y a EEUU, con quien no tiene relaciones diplomáticas, de intentar sabotear sus instalaciones nucleares. En los últimos años, varios científicos iraníes vinculados con el programa han sido asesinados y virus informáticos han creado problemas en sus ordenadores. Al igual que sucede hoy, los portavoces israelíes siempre han rechazado hacer comentarios.