Entrevista a George Ciccariello-Maher

Traducido del inglés por Casey Butcher

 

Nuestra primera pregunta tiene que ver con la manera en que Ferguson explotó después del asesinato de Michael Brown, y la respuesta policial. ¿Cuales son las dinámicas sociales que antecedieron y condujeron a estas intensas revueltas? ¿Qué provocó el levantamiento de la comunidad negra y cómo explicas la violencia de la respuesta policial allí?

Como para entrar en el contexto histórico general, especialmente para gente fuera de los EE.UU., es importante subrayar que la violencia policial acá no es un fenómeno ni abstracto ni universal. Es un fenómeno que se ha dirigido contra ciertos pueblos y ciertas poblaciones “problemáticas”, específicamente—aunque no exclusivamente—contra afroamericanos y negros. Cuando vemos a Ferguson y notamos que queda en las afueras de St. Louis, ya es, en términos históricos y raciales, un punto de conflicto y tensión racial. Ferguson fue casi exclusivamente blanco hasta la década de los 70, pero se ha convertido en una ciudad que es mayoritariamente negro, alrededor de 65-70%, sin embargo la fuerza policial es casi universalmente blanco. Y cuando echamos un vistazo a nuevos datos recién publicados por el FBI descubrimos que, por ejemplo, 92% de las personas que son detenidas en Ferguson por ‘desorden público’ son negras, detalle que te da a conocer la manera sistemática en que acosan y atormentan a la gente. La policía acosan a la gente de Ferguson, y ocupan cargos menores como desorden público para justificar su abuso contínuo. Y, de nuevo, lo que tenemos no es un problema abstracto sino una manifestación y repetición de violencia policial blanco-supremacista histórica, por la cual las vidas de gente negra vale callampa y la muerte de una persona negra es casi siempre legitimada. Y ésto se repite con la narrativa mediática, la cual sigue, como si la coherencia fuese irrelevante, las 3 o 4 explicaciones policiales que sirven para justificar al público la violencia ejercitada contra este joven adulto. Dicen que Michael Brown tal vez participaba en un robo, que—según la policía—sucedió más temprano el mismo día de su fallecimiento, aunque parece que llevaba ropa distinta si realmente es él que aparece en los videos que publicaron; tal vez estaba caminando en plena calle—o cruzando imprudentemente—que, de nuevo, se tiene que entender en un contexto específico, en el cual la policía está abusando a gente por crímenes menores. Y, por su puesto, queda clarísimo para las poblaciones blancas de la región que ésto es una cuestión de negro-o-blanco, como cuando la policía publicaron imágenes de los llamados “saqueadores” en Ferguson, para recordarle a todo el mundo que la policía estaba ahí para proteger propiedad frente la llamada violencia de otros.

Refieres arriba a “la huida de los blancos” (desde los centros de las ciudades a comunidades más pequeñas ubicadas en las afueras de ellas). ¿Puedes hablar sobre la relación entre aquel fenómeno y la desindustrialización, que tiene dimensiones de clase significativas, y cómo “la huida de los blancos” ha producido tensiones raciales y de clase en Ferguson?

Estamos hablando de la geografía de raza, y raza es siempre un fenómeno que se manifiesta geográficamente. La manera particular en que se manifiesta en los EE.UU. ha sido, en gran parte, a través de la huida de los blancos desde el centro a las afueras de la ciudad, proceso que comenzó hace mucho tiempo atrás y que se fue acelerando durante los periodos de desindustrialización en la década de los 70. Así que tienes ciudades grandes en el Medio Oeste de los EE.UU. y en otras partes, como Filadelfia donde vivo yo, donde lo que encuentras en esta llamada época posracial es que es mucho más probable que raza se codifica geográficamente en vez de ser codificado explícitamente en términos raciales. Así que sin importar si sea un lenguaje codificado de “distritos escolares” o “áreas peligrosas” o cambiándose a las afueras de la ciudad para dar más “oportunidades” a tus hijos, estamos hablando sobre las maneras en que la segregación es un fenómeno que se va incrementando en los EE.UU. Ferguson es claramente un ejemplo de aquellos lugares que en algún momento fue exclusivamente blanco y que ahora se ha convertido en un pueblo mayoritariamente negro; así que ya sabes, estamos hablando de otro ejemplo más de esta manifestación geográfica, en que la policía están presentes no solamente para patrullar la población sino también las fronteras de ella. La función de la policía es mantener el orden, tanto social como espacial, y Ferguson—ciudad que se transformó de blanca a negra—es una ciudad donde la policía tiene que terrorizar a la población, y donde la policía también tiene que evitar que ésta se acerque a las comunidades blancas en su proximidad.

Dado que estabas hablando ahora sobre la policia y la comunidad negra, ¿puedes entrever qué se lleven las personas de Ferguson a las calles, es decir, qué tipos de experiencias y sentimientos se están llevando a ella?

Llegamos aquí a un punto que muchos observadores blancos y también observadores liberales simplemente no captan cuando vean la matanza de negros en los EE.UU.: el hecho de que es un fenómeno siempre enraizado en esta larga trayectoria histórica, que ni siquiera es un tema del pasado distante. Es decir, estamos hablando de por lo menos 5 asesinatos de hombres negros a manos de policías altamente publicitados durante apenas el último mes en este país; he aquí una trayectoria ininterrumpida de asesinatos policiales. Y así tal cual las expresiones improvisadas de la gente de Ferguson atestiguan, cuando dicen que ésto tiene que ver con todo desde Emmett Till a Trayvon Martin hasta el día de hoy; es una trayectoria larga, y al no reconocerla así, no captas la profundidad de la rabia de la gente en estos momentos. Esta rabia es el resultado, en cierto sentido, de sentirse algo impotente frente esta repetición constante de violencia, pero también es fruto del compromiso del pueblo y la insistencia que algo hay hacer, que dado el fracaso de reformas legales a realmente lograr algo significativo, tal vez estas rebeliones y revueltas servirán. Juico que, hablando históricamente, no es terriblemente equivocado, si miras a casos a lo largo de la historia de los EE.UU. Revueltas y rebeliones han jugado un rol inmenso en, si no directamente, entonces por lo menos indirectamente, la transformación del mundo político y las acciones políticas; han conducido a resultados concretos. En el caso de Ferguson, la retirada del sheriff del condado de St. Louis es la consecuencia directa de la intervención en las calles y los conflictos con esta fuerza policial pesadamente militarizada.

¿Podemos continuar con tu punto sobre cómo blancos liberales se enfrentan a situaciones de violencia o la cuestión de violencia en protestas? Parece que durante los últimos días los medios se han quedado pegados a imágenes de policías marchando con los manifestantes, y prestan mayor cobertura a las vigilias y las acciones pacíficas en vez de mostrar las revueltas, los saqueos y las protestas en las calles. Al privilegiar “paz” sobre “violencia”, ¿cómo se oculta la historia de racismo en los EE.UU. y a la vez calcular erróneamente lo que se requerirá para responder efectivamente a tal historia?

Absolutamente. Debemos expresarnos con precisión. Hay un titular que salió el otro día cuando la gendarmería de la carretera estatal llegó a las protestas hace unos días atrás, y este titular decía “La Policía Se Suman a Las Protestas”. Seamos clarísimos: la policía no se estaban sumando a las protestas. Ésto se llama contrainsurgencia, es una estrategia clásica de contrainsurgencia que conlleva bajarse de la vía mano dura—la mano de hierro militar, que fue lo que la policía implementaron inicialmente—, y recurrir a la piel de cordero, es decir, emprender una estrategia ligera como para intentar desarmar la protesta. El cambio de tácticas no significa un cambio de fines; la meta es desarmar la protesta y debilitar la movilización del pueblo y hacerlo a través de la cooptación, y debemos tener esto claro, como punto de partida. No es bueno que la policía se acudieron a las protestas, aunque es un fenómeno menos brutal. Y aquí llegamos a un segundo punto, que lo que pasa en Ferguson no tiene que ver con la militarización de la policía. Tal militarización es un fenómeno de inmensas proporciones que ha incrementado durante la última década, especialmente desde el 11 de septiembre, proceso por lo cual departamentos policiales han adquirido armas y tecnología de grado militar del Ministerio de Defensa, a través de subvenciones y financiamiento anti-terrorista. Pero si la amenaza terrorista jamás existió o si se disipa, este equipo militar igual está, tentando a sus dueños estatales que lo utilicen. Hay un dicho en inglés, que si tienes un martillo entonces todo se parece un clavo. Ésto es exactamente lo que vemos en las calles de Ferguson, con estos oficiales policiales desplegando camiones blindados por la población. Si estás encima de uno de esos transportes de personal, mirando a través del telescopio de un rifle de francotirador, entonces todas las personas se parecen insurgentes. Todo el mundo tiene pinta de combatiente enemigo. Y ésto es crucial, pero no llega al meollo del asunto; porque si pensamos que el problema fundamental tiene que ver con la militarización de la policia entonces ignoramos el hecho de que la policía de los 50, los 60 y los 70 no eran militarizados pero sí eran, en todo caso, racistas y brutales invasores de comunidades negras. Así que necesitamos preservar estos dos hilos en nuestro análisis, y resistir la tentación de simplificar, diciendo, bueno, hay que reformar la policía y quitarles sus tanques. De nuevo, la policía de Ferguson son casi exclusivamente blanco y están patrullando una comunidad negra, de manera brutal y terrorista. Quitándoles sus armas pesadas no resolverá esta situación. Tenemos que entender todo ésto como parte de la larga historia de supremacía blanca, que es una de continuidad y no de cambio. Solo sobre esta sólida base fundamental podemos después agregar una crítica acerca de la transformación de la policía, que sí ha experimentado, por su puesto, un proceso progresivo de militarización.

Sobre tu punto a cerca de la continuidad de relaciones raciales y violencia en los EE.UU., podríamos pensar en dos polos en la política racial del país, representados por Ferguson, Missouri y Nueva Orleans, Louisiana, respectivamente. Por un lado, en Nueva Orleans, el impacto de Huracán Katrina reveló el abandono masivo y sistemático de una población mayormente negra, y por otro lado, en Ferguson, vemos la intervención de violencia directa por parte de la policía contra una población negra. ¿Cómo demuestran estas dos instancias una relación histórica y significativa en los EE.UU., que sugiere que aún cuando no haya violencia directa, prevalece siempre un patrón de abandono permanente?

Esta cuestión de abandono versus violencia directa es más bien un espectro. Nunca he estado en Ferguson, pero me tinca que caerá en algún lugar entre estos dos puntos, en el sentido de que tras convertirse en una ciudad mayormente negra, fue cada vez más abandonada. Y sin embargo, ésta no fue una ciudad que fue cerrada y dejada para que se autogobernara. Fue estructurada de la misma manera que muchas ciudades negras, a través de violencia policial sistemática. Así que éstos dos polos trabajan en conjunto. Entendido así dentro del contexto largo de que hemos hablado, vemos la historia más reciente de desindustrialización como una que deja a grandes cantidades de personas irrelevantes al proceso de producción en los EE.UU.; es decir, éstas llegan a ser poblaciones sobrantes, y son principalmente negras. Y la respuesta del estado es y ha sido encarcelarlos masivamente, es decir, esencialmente, almacenarlos en instalaciones, y después tal vez extraer algo de plusvalía a través de trabajo forzado. Pero el objetivo principal tiene que ver, básicamente, con almacenamiento y abandono. Visto dentro del contexto histórico más amplio, ésto representa un cambio en la tensión histórica, especialmente en el siglo XX, y ese cambio que tiene que ver con el proceso de abolición formal, con la ansiedad que se instala inmediatamente con la abolición de esclavitud legal en los EE.UU., y se centra, concretamente, en la problemática, ¿qué hacemos con estos ex-esclavos? Y, de nuevo, continuidad es el patrón dominante en el periodo que sigue la abolición de esclavitud (en la estela de la Guerra Civil en EE.UU.), un periodo caracterizado por aparcería y también por el giro inmediato hacia el alquiler de convictos, pues gracias al décimo tercero enmienda de la Constitución de los EE.UU se podía esclavizar a convictos legalmente. Y el desarrollo de intituciones policiales comienza aquí, en la estela de abolición formal, y forma parte de esta continuidad de esclavitud. La policía son parte de este proceso, porque emergen como una institución como de respuesta a la amenaza que representa la fuerza laboral recién liberada del pueblo negro, la movilidad de la libre fuerza laboral de negros después de abolición. Así que estamos observando del desarrollo de lo que es realmente uno solo complejo histórico.

Para profundizar un poco más sobre el tema de encarcelamiento, podríamos pensar en la popularidad del libro de Michelle Alexander, “The New Jim Crow”, que ha sido importante en los EE.UU. por mostrar la continuidad entre la abolición de esclavitud y el advenimiento de encarcelamiento masivo. Pero la respuesta a ese libro ha sido en gran parte propugnar en pos de reformas legales en relación a encarcelamiento. ¿De qué maneras nos muestra Ferguson la incapacidad de algo como reforma legal de dar cara a la historia de raza en los EE.UU.?

Por un lado, la cuestión de reforma es la tentación constante en estos momentos, y va de la mano con la cuestión de la pacificación y, esencialmente, el silenciamiento del pueblo que está en las calles de Ferguson, gente que ya son, claro está, entre los más silenciados. Y tienes esta tendencia verdaderamente desafortunada de comentaristas liberales de silenciar doblamente, cuando dicen, “sí, tal vez es legítimo resistir y protestar, pero nosotros queremos controlar y dictar los términos de tal protesta”. Afirman entender cómo transformación social ocurre, pero la verdad es qué están casi completamente equivocados. Transformación social ocurre frecuentamente justamente a través de estos momentos de erupción masiva y revuelta espontánea, y esta transformación, así generada, tiene que desenvolverse a menudo en este contexto en el cual los reformistas intentan cooptarla. Así que, por un lado pienso que, definitivamente, tenemos que ser cuidadosos y resistentes y críticos frente estas tentaciones reformistas. También tenemos que reconocer que surgirán inevitablemente y que, al fin y al cabo, así se realizarán los cambios. Pero el peligro, expecialmente en esta situación, es la cuestión, ¿de qué clase de reformas estamos hablando? ¿Estamos hablando de reformas en la formación de policía, de instrucción relacional-emocional para policía, estamos hablando de imponer cuotas para cambiar el perfil demográfico del cuerpo policial de Ferguson? La realidad es que el rol de la policía seguirá siendo lo mismo. Puedes tener una comisaría que es compuesta completamente por policías negros y la función de tal comisaría será todavía blanco-supremacista; no solamente protegen la propiedad privada sino que, teniendo en cuenta la relación que existe en los EE.UU. entre propiedad y ‘blancura’, protegen al poder blanco también, y sostienen la barrera racial al dictar cuales poblaciones serán sujetos a violencia y cuales no, y cuales poblaciones habrá que contener y cuales no. Tales reformas no resolverán estas problemáticas, y esta verdad nos trae de nuevo a la cuestión de la llamada “América posracial”, en la cual la elección de un presidente supuestamente nos revela mucho sobre la naturaleza de una sociedad. Pero en realidad, se puede entender este fenómeno en términos dialécticos como lo contrario, es decir, se lo puede entender como la estrategia más reciente y novedoso de contrarrestar la resistencia popular al blanco-supremacismo, y de ocultar tal intento. Así que tenemos a Obama saliendo en la televisión, haciendo declaraciones ciertas sobre la policía en relación a la protesta, pero también declarando que jamás hayan excusas para el uso de violencia contra policía. Declaración que, incluso superficialmente—aunque la gente le estaba comprando todo—carece de sentido, porque (por ejemplo) no dice nada sobre las luchas por los Derechos Civiles, durante las cuales la policía atacaban violentamente a negros. Hasta el mismo Obama tendría que reconocer la legitimidad de autodefensa en aquellas situaciones. Así que el reformismo tampoco nos dice mucho sobre cómo responder en el presente frente estos fenómenos. El peligro de reformismo es fácil de percibir cuando, por ejemplo, el FBI pide encabezar las investigaciones; el FBI, carajo, ¿de verdad? No hablas en serio. Sin embargo, muchas llamadas organizaciones de derechos humanos compra todo facilmente en vez de luchar por algo más significativo, como por ejemplo mayor control comunitario de la policía. Demanda que en sí es a menudo demasiado reformista; estos cómites de supervisión comunitaria son a menudo instituciones sin garras que carecen del más mínimo poder, incluso de despedir a policías violentos y abusivos.

¿Podemos pensar en los frecuentes asesinatos de negros por policía que mencionaste arriba como una estrategia de controlar a la comunidad negra, que va a la mano con encarcelamiento masivo?

Absolutamente. Y pienso que el encarcelamiento masivo tiene que ver no solamente con cárceles sino que, más bien, con la policía y las cárceles como complejo. Es un proceso de terrorizar comunidades, y de recoger al azar a ciertos integrantes de tales comunidades y echarlos en la cárcel—digamos casi al azar pero, de nuevo, el 92% de los detenidos en Ferguson por ‘desorden público’ son negros. Apenas tienes que mencionar que las estadísticas muestran que no acusan a gente blanca por ‘desorden público’ porque es el tipo de cargo espantosamente falso que tiras encima de alguien que te conteste, o, como supuestamente fue el caso de Mike Brown, de alguien que cruce la calle imprudentemente. Si has estado cerca de un policía en los EE.UU., y me imagino en otras partes del mundo también, sabes que por sólo cuestionar su autoridad verás la rabia que siempre andan dispuestos de disparar. Ésto es porque el sistema requiere que gocen no solamente de la fuerza legal que les otorga, sino también de un poder de dictar en la calle, que es en realidad un poder soberano de decidir quienes irán a la cárcel y quienes no, quienes sí serán sujetos a la violencia legal que ellos ejercen, y quienes no serán sujetos de tal violencia. Cuando yo camino por las calles no soy juzgado, generalmente, según sus criterios, como sujeto de tal violencia, pero cualquier joven negro es siempre ya potencialmente un blanco legítimo por su violencia. Así que las prácticas policiales son una parte integral del sistema de encarcelamiento masivo, que inflige terror en estas comunidades, que destroza comunidades y familias de igual manera que lo hizo el sistema de esclavitud, y es, en realidad, una estrategia de contención a través de sometimiento. No es simplemente una cuestión de quitarles un alto porcentaje de sus integrates, aunque lo hace, sino tiene que ver también con terrorizar y someter a los restantes. Tienes, como hemos dicho arriba, a varios jóvenes negros asesinados en el último mes, así que lo que sobresalta en el caso de Ferguson no es el asesinato sino la resistencia, y la naturaleza verdaderamente heróica de su resistencia. Ésta no es la resistencia de miles de personas, sino una resistencia de pequeños grupos en un pueblo pequeño quienes a pesar de toda la fuerza y toda la atención y los intentos de cooptación, están en las calles todas las noches, quienes respondieron a los intentos de cooptación por parte de la policía (alabados por la prensa) tras levantarse nuevamente noche tras noche, declarando que no vamos a comprar esa mierda que la policía están con nosotros.

En relación con lo que dijiste arriba sobre la resistencia de pequeños grupos de personas, podríamos conversar sobre la importancia de sujetificación en lo que está pasando en Ferguson, es decir, sobre cómo la comunidad negra de Ferguson ha sido capaz de transformar un temor del control policial en una voluntad de tomarse las calles. A veces esta transformación ocurre pero no siempre, así que ¿a qué se debe este cambio? ¿Ha contribuido a tal capacidad el precedente del asesinato de Trayvon Martin?

Correcto. Estamos en un momento histórico que hay que entender como muy específico y a la vez como parte de una larga trayectoria histórica. Significa que la reacción emocional frente otro asesinato más de un jóven negro en tu comunidad es causa suficiente para despertar rabia pero también causa de la desesperación y un sentimiento de impotencia, que, como dije antes, tal vez nada cambiará esta situación, que esta violencia brutal es constante y no una excepción. Y es, efectivamente, una realidad constante. Pero el mismo desenvolvimiento de desesperación colectiva puede provocar un sentido de que no hay mucho que perder resistiendo. Si nos ponemos en el lugar de un jóven negro, quien por el mero hecho de ser un jóven negro varonil tiene una probabilidad de 30% de pasar una buena parte de su vida en la cárcel, pues en tal caso los riesgos de mantener las cosas tal y como están son casi igual de altos como los riesgos de salir y resistir, aún si no tienes garantías de que lograrás provocar transformaciones. Así que tienes que sumar a la situación contextual la noción que estamos saliendo del hipnosis posracial que alcanzó su pico en 2008 con la elección de Obama. Por la madrugada del 1º de enero de 2009, justo antes de que Obama asumió el poder ejecutivo, Oscar Grant fue asesinado por un policía en Oakland, provocando una serie de revueltas en las cuales participaba, y dando lugar a una transformación significativa de la situación política en Oakland y en California. Un poco después, (el asesinato de) Trayvon Martin llevó al escenario nacional un debate y una discusión bastante semejante. Así que sí, observas a personas dándose cuenta de a poco que el concepto de ‘posracial’ es un chiste enfermo y brutal, saliendo del ensueño de la presidencia de Obama con mayor voluntad de resistir. Pienso que esto es un gran paso hacia adelante en términos históricos, y a pesar de todo fue importante que Obama saliera elegido porque fue importante que las personas se dieran cuenta de que él no nos iba a salvar. Ahora que hemos pasado por esta etapa y tenemos a un presidente negro quien está dispuesto a hacer la vista gorda frente este tipo de violencia racial, a hacer declaraciones tan ridículas sobre Trayvon Martin y Michael Brown, a seguir financiando el gobierno israelí cuando éste sigue bombardeando Gaza, y ahora que tenemos a una candidata potencial en Hillary Clinton quien está dispuesta a hacer cosas aún peores, entonces es cada vez más fácil para la gente formar una concepción más nítida de la realidad de la situación y actuar como corresponde.

Otro precedente histórico que nos interesa mirar en este contexto es el movimiento Occupy y las conecciones nacionales que éste estableció, las cuales vemos surgiendo ahora entre Ferguson y otras ciudades en los EE.UU. ¿Vale pensar en Occupy como un momento clave que activó el nivel de resistencia colectiva que vemos hoy día?

La respuesta, como la respuesta a cualquier pregunta acerca de Occupy, es sí y no. Sí, porque Occupy es un punto de referencia para fenómenos políticos contemporáneos en los EE.UU., ciertamente influyó a una generación de radicales y militantes a lo largo del país, y ha galvanizado la voluntad de actuar, ha forjado y reforzado ciertos modos de acción, como por ejemplo asambleas, democracia popular, protestas callejeras. Y no, en el sentido que hay que entender a Occupy en sí como parte de una trayectoria histórica; en la Área de la Bahía (Oakland y San Fransisco), Occupy tuvo su carácter radical y militante gracias en gran medida a la organización que ocurrió alrededor de la muerte de Oscar Grant en 2009. Aquella organización produjo enseñanzas acerca de la realidad de la policía y una voluntad de entablar acciones callejeras y reconocimiento que aquella acción sí podría dar lugar a transformación y beneficios verdaderos. Éstas eran enseñanzas que la gente se llevaba a Occupy. Y más allá de aquella realidad local, si estamos hablando de Occupy a escala global entonces estamos hablando de la Primavera Árabe-Norte Africana, estamos hablando de los indignados en España, las oleadas de revueltas que pasaron por el mundo entero y que se han convertido en elementos definitivos de los últimos diez o veinte años. Así que Occupy en sí es parte de esta trayectoria más amplia que le permitió avanzar en algunas frentes y que se ha alimentado de conocimientos y conexiones existentes. Y parte de la razón por la cual no nos podemos centrar en Occupy es que corremos el arriesgo, de nuevo, de caernos en libertarianismo civil o en una negligencia de las realidades históricas que la policía en los EE.UU representa. Así que tienes, por ejemplo, a Anonymous, que por todas las críticas que puedes hacer de ellos, ha jugado un rol muy importante en los avances políticos y en los eventos de Ferguson, y ha hecho más por los eventos de Ferguson que todos los liberales ahí en Twitter. Pero aún Anonymous está pidiendo reformas limitadas, relativas a la supervisión policial y la militarización, porque si no tomas en cuenta la historia de la policía y de blanco-supremacismo, entonces puedes entender lo que está pasando en Ferguson como una cuestión del aparato técnico que lleva la policía en vez del rol estructural que ellos juegan. Es justamente aquí donde hay que mantener juntos y presentes estas dos cosas. Y ésto tiene que ver con Occupy también, que en sí fue desgarrado y dividido en relación a esta pregunta, concretamente ¿estamos simplemente reformando la democracia estadounidense de una manera que nos acerque a la Constitución de los EE.UU., o estamos radicalizando la democracia estadounidense de una manera que entienda la historia blanco-supremacista de la cual la Constitución forma parte integral?

Una última pregunta acerca de la comunidad negra en Ferguson, porque hemos visto algunos videos de hombres negros en los medios masivos en que salen hablando en contra de violencia, pero sin distingir entre violencia policial (y violencia popular). Al contrario, todo devino en violencia. Así que nuestra pregunta es, ¿piensas que ésto podría ser una señal que la comunidad negra se fracture, tanto en Ferguson como afuera, alrededor de una cuestión de clase?

Sí, pero teniendo en cuenta que clase no se está manifestando estrictamente como fenómeno económico, sino político, en el sentido que la clase media tiene mucho que ver con un estado mental, y tiene mucho que ver con una identidad, sin importar los ingresos de uno. Así que pienso que tienes esta fractura, y que en los EE.UU. tiene que ver a menudo con las llamadas políticas de respetabilidad, es decir, de mostrar lo bien educado que puedes ser, con la esperanza de que al portarse bien se transformarán de verdad las relaciones sociales, cuando sabemos que en realidad no funciona así. Así que el argumento recurrente que si hombres negros se vistieran un poquito mejor y si se levantaran los pantalones, y si hablaran mejor, entonces tal vez su situación cambiaría. Pero sabemos desde un análisis estructural de la realidad que ésto no es verdad, que no hay trabajos que están simplemente esperando a personas quienes se porten mejor, sino que el problema es más bien estructural. Pero sí, ves a este fenómeno manifestándose y lo ves hasta en algunos de los voceros radicales de siempre, lo ves en Al Sharpton saliendo adelante y agarrando a la familia de Michael Brown y colocándola detrás de sí mismo y instando a que la gente se calme. Y tienes toda una variedad de comentaristas liberales que están en lo mismo, enfatizando la cuestión de violencia en las protestas, lo cual es realmente una inversión asombrante y perversa de la realidad que protestas son protestas en contra de violencia. Es casi supérfluo decirlo, pero los manifestantes en Ferguson no han matado a nadie, lo cual no se puede decir de la policía. Así que si estamos hablando de cualquier cosa que no sea la violencia de la policía, entonces ya estamos en territorio enemigo. Pero va aún más allá la cosa, porque aún los que enfaticen la violencia de la policía, quienes dicen, pues, ésto tiene que ver con la militarización de la policía o cómo la policía respondieron de manera brutal, etc., lo hacen de una manera que extirpa y invisibiliza la causa verdadera de la protesta—concretamente, la violencia contra Michael Brown. Así que aquella tiene que ser el punto de partida. Las personas no salieron a la calle para protestar en contra de la respuesta policial a la protesta, salieron a las calles para protestar en contra del asesinato blanco-supremacista de Michael Brown. Hay que mantener nuestra atención en este punto y habrá una variedad de voces clamando por una respuesta menos violenta, pero si entendemos violencia como violencia contra seres humanos, entonces no hemos tenido casi nada de violencia en estas protestas. La violencia ha sido la violencia ejercida contra Michael Brown y la violencia de la policía contra los manifestantes, así que no podemos dejar que nos engañen con esta retórica, a pesar de que será muy peligroso. Pienso que los manifestantes, con su respuesta la otra noche, mandaron un mensaje bien claro acerca de estos mediadores que se han nombrado a sí mismos, que ellos no hablan por la gente en la calle, quienes, argumento, tienen mayor comprensión de cambio social que estos voceros liberales que insisten que la mejor manera de cambiar cosas en la sociedad estadounidense es a través de las vías establecidas, elegir representativos, elegir a alguien del Partido Democrata… Pienso que toda la historia estadounidense en su conjunto, y se podría decir la historia del mundo, muestra que ésto simplemente no es verdad, que el movimiento por Derechos Civiles tuvo éxito como resultado de la amenaza del movimiento por Poder Negro, que las instituciones políticas en Oakland donde asesinaron a Oscar Grant sólo empezó a cambiar cuando el pueblo se levantó y se rebeló, para nombrar solamente a dos ejemplos cercanos. Y exactamente lo mismo está pasando en Ferguson hoy día. Podemos, simplemente, señalar la retirada del sheriff del condado para darnos cuenta de que estas protestas ya han empezado a surtir efecto.

 

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