Raúl Bracho

 

Así como la especie humana aprendió en la selva a usar las manos y con ellas luego utilizar herramientas creadas por su incipiente ingenio, y pudo someter cada vez más al resto de las especies al punto de hoy dividir el planeta en territorios humanos y selvas de forma tan contundente con sus actuales megápolis, así igualmente apenas fue creciendo en nuestra sociedad, esa misma capacidad ingeniosa de inventar y manipular herramientas para dividirse en si misma entre los más fuertes y los más débiles, de manera que unos seres humanos, pocos, comenzaron a inventar armas para someter a las mayorías. De las tribus donde habían jefes que acumulaban riquezas que podían ser alimentos o mejores viviendas en un principio, hasta luego, cuando se inventó el dinero y se valoraron las piedras preciosas y el oro como valores de cambio, fue creciendo el poder de los ricos y poderosos  sobre los pobres e indefensos. La religión sirvió dese un principio para utilizar el miedo a los castigos de ultratumba en esta dominación que creció junto a la especie en su invasión al mundo de la selva, comenzaron las armas a ser usadas en fuerzas de hombres que las usaban para “mantener el orden” impuesto por los poderosos.

Traté de escribir en el párrafo anterior nuestra historia como civilización para poder hablar ahora del capitalismo, que entonces no es otra cosa que aquel mismo poder inicial de quienes lograron hacerse de la incipiente sabiduría de nuestra especia, con la que se dominó a la selva. El  mismo poder que creo modelos de opresión dentro de nuestra misma sociedad para también dominarla, creó riquezas y clases sociales para imponernos reyes y jerarcas de toda laya, zares, príncipes, patriarcas, militares, obispos, papas y toda la fauna de poderosos que hasta hoy se ha desarrollado junto a sus terribles modelos para seguir oprimiendo a las mayorías. El capitalismo es la evolución de ese viejo modelo de poder que nació en nuestros ancestros desde que nos “liberamos” de la selva. Quizá hubo otro modelo muy hermoso en el continente americano, el de nuestras razas indígenas mayas y aztecas y este fue sometido a la fuerza por los llamados descubridores españoles y anglosajones, cuando se logró cruzar el gran océano que nos separaba. Se impuso un modelo de países, se dividió el planeta en territorios que más que otra cosa demarcaba en sus fronteras el poder de quienes dominaban en las regiones, crecieron ejércitos y religiones, creció el poder al que se sometía a las grandes mayorías. Esa es nuestra historia como especie. En pocas palabras. Una historia llena de tomos con miles de páginas de imperios y guerras es lo que nos separa de aquel inicio. Al final, hoy día, el planeta tierra ya sufre consecuencias terribles por esta escalada humana al igual que nuestra civilización. No me creo capaz de asumirnos todavía como el cáncer de aquella hermosa selva donde nos originamos, pero cada día estoy más cerca de convencerme mientras más veo lo imposible de salvarnos como sociedad o como planeta.

De capitalismo quería hablar entonces, luego de leer una nota del mismo supuesto creador del socialismo del siglo 21 que hoy escribe para cambiarse de acera y hablar del capitalismo del siglo 21.  Dieterich, que de nuevo toma la pluma llena de la tinta de la confusión. En cuyas líneas llenas siempre de cifras y siglas que aturden, termina  diciendo que todo el planeta es capitalista, la plaga final de nuestra historia. El capitalismo unipolar,  el capitalismo del siglo 21, nos decía.

Yo estoy de acuerdo infelizmente en lo primero, si es cierto, el gran crecimiento global impone el modelo capitalista a todas las naciones, China, Rusia, Cuba y Venezuela no encuentran otra forma de intentar el socialismo sino desde el capitalismo. Los intentos de sociedades socialistas, mejor dicho de economías socialistas, no han dado la talla para ofertarse como alternativa. Pero no estoy de acuerdo en su visión unipolar en la que pretende entonces tirar al mismo saco a Rusia, China, Cuba y Venezuela como traidores del socialismo del siglo 21 y ahora socios de imperialismo capitalista del siglo 21. Chávez no se equivocó cuando dijo que daría su vida por un mundo multipolar, pluripolar.

A pesar de tener que seguir utilizando el dólar y el capital, nuestros países y me refiero a los del BRIC y a Suramérica, mantienen un modelo anti imperialista y humanista, a pesar de la perversión que el capital mismo sigue produciendo.

Hay quienes critican con los fuetes de los manuales de la vieja Europa comunista marxista lo que está pasando en la historia de hoy, pero pocos son los que tienen capacidad de hacer propuestas coherentes que trasciendan las ilusiones de pretender tomar por la fuerza los poderes económicos, expropiando o estatizando una economía, que nunca seremos capaces de manejar con mejores dividendos en la realidad actual. Más allá de gritos heroicos, no veo alternativas viables para construir un nuevo modelo de otra forma que esta tan terrible de convivir en la sociedad a la que nos oponemos y  avanzar tan gradual y lentamente. ¿Cambios radicales con toma del poder serán sustentables ante los poderíos militares? Mucho romanticismo y pocas nueces.

Los sonidos de Ferguson, de Europa sublevada, de Podemos en España, de todos los pueblos cada vez más en rebelión no pueden olvidarse, algo se cocina en esta historia de la humanidad, aun a fuego lento, pero hay esperanzas, a pesar de todo el intento imperial de imponer la guerra como próximo modelo de dominación.

Hoy si somos un planeta capitalista, no se puede poner en duda, son economías capitalistas las que le dan a China el lugar de primera potencia económica, lo cual yo nunca traduciré como una China Imperial y con pretensiones de dominación similares a los Estados Unidos.

Venezuela está siendo salvajemente ultrajada por tener subsidios a los alimentos básicos que son llevados a Colombia para rendirle mejores beneficios a los oligarcas criollos, ¿Qué por qué tenemos que tener precios más bajos en los productos, lo que hace que nos desangren en las fronteras, antes que salarios más altos que impidan esta terrible debilidad, siendo como somos un país petrolero? Yo no lo entiendo bien, creo que se debe revisar esta situación para que no pase lo que ocurrió en Cuba, donde un salario mensual sigue siendo de 20 dólares, aun y tengan los cubanos todos los servicios de vivienda, salud y alimentos garantizados, esta desproporción no tendrá sentido en Venezuela, al contrario, que aquí se ganen los mejores salarios del mundo, sería, para mí, una forma capitalista de enseñar al resto de los países y seres humanos, que en socialismo se puede vivir mejor que en cualquier parte porque aquí se reparte la riqueza entre todos y todos.

Capitalismo malo y capitalismo bueno dirán ya los radicales, que no existe. Yo creo que el paso del capitalismo al socialismo será por un puente construido con financiamiento capitalista, absolutamente. La ciencia y la tecnología capitalista son armas que se deben usar de inmediato para la transformación de una humanidad, que sino despierta, será devorada por la autodestrucción del capitalismo salvaje y egoísta. Tener el poder político cada vez se presenta como una alternativa posible de ponerle bozal al capitalismo desenfrenado y abrir paso a la justicia y la igualdad. Eso veo en Cuba, En Rusia, en China y en la Venezuela que nos dejó Chávez.

Por eso no me extrañan las nuevas posturas y planteamientos del señor de las medias verdades que siempre trata de confundirnos. Rusia, Cuba, India, Brasil, Venezuela y Mercosur no son capitalismo unipolar, son el germen del nuevo mundo posible y necesario. Aun y sean capitalistas.

El ideal socialista bolivariano debe convertirse en felicidad para todas y todos de forma contundente y próxima, la riqueza del petróleo debe abrir el camino a la distribución justa de la riqueza.

Es complicado y asumo lo que digo aquí. Este planeta de desarma a punta de bombas y de guerras, o despertamos y cambiamos o muy pronto, quizá nuestro nietos fenecerán junto a esta hermosa pero vilipendiada tierra.