Tenemos la obligación de escribir estas líneas por distintos motivos; aseveramos que estábamos sorprendidos que no se realizó la Cumbre Social del Mercosur y para nuestra sorpresa, el día antes de la Cumbre Presidencial  se realizó en Caracas. Nadie informó sobre su posible realización y por ningún medio de comunicación público ni privado se convoco a los movimientos sociales que participarían. Mantuvimos contactos con algunos funcionarios del gobierno que desconocían su realización. En fin, entendemos que no había ningún interés de los organizadores y participantes que los afrodescendientes participaran en dicha Cumbre Social, lamentamos esa limitación para incluir en la agenda de cualquier espacio alternativo las y los afrodescendientes. Tenemos argumentos históricos y políticos para exigir nuestra incorporación, la exclusión jamás puede venir de otros movimientos sociales. La Cumbre Social del Mercosur excluyo y discrimino los afrodescendientes.

Como sabemos que las prácticas discriminatorias no solo tienen su origen en los actores reaccionarios, la herencia racista y la discriminación racial como dispositivo de dominación y reproducción de un orden se encuentra enquistado en ciertas mentalidades autodenominadas revolucionarias, izquierda y antiimperialista. Algunos sostienen sobre argumento eurocéntricos el no reconocimiento, el marxismo clásico surgió sobre un contexto intelectual europocéntrico, entendible su contexto de origen. Lo incomprensible es quienes desde el marxismo hoy y sus avances, no tengan la capacidad de nutrirse de las distintas  propuestas teóricas y discursos políticos novedosos que contravienen los sistemas de dominación y explotación que desmontan el racismo y la discriminación, reconocen la diversidad cultural, en otras palabras observan directamente la realidad de la región. Las comunidades afrodescendientes son parte de esa realidad.

No soportamos un vocero de movimiento sociales que se olvide de donde viene y abandone la defensa de los derechos del colectivo al que pertenece. Hemos planteado la diferencia entre gobierno y movimientos sociales, ambos tienen agenda diferentes, la diferencia entre un gobierno de derecha y progresista, es que este último, el progresista, asume la agenda de los movimientos sociales como suya, respondiendo a la misma naturaleza de su existencia, un gobierno revolucionario y progresista. Con los gobierno de derecha se pelea porque responde a una agenda contraria a las mayorías, contribuyen a su miseria y pobreza. Por esa razón política, los movimientos sociales deben tener soberanía intelectual y agenda propia. No debemos permitir que los gobiernos escriban una línea de nuestras agendas y declaraciones. Debemos mantener nuestra autonomía como movimiento y el gobierno implementar las políticas públicas que le propongamos y en algunos casos le impongamos en la calle y la lucha. Un ejemplo reciente de lucha del movimiento social contra el gobierno, es la lucha de los estudiantes en Chile por una educación pública.  Significo el desgaste y desprestigio del gobierno de Piñera, hoy un gobierno progresista debe responder a esa exigencia, los estudiantes no abandonar su bandera de lucha. Lo otro es ser un funcionario público con disfraz de líder social, o un líder social tarifado, o  un líder con debilidades en representación de su colectivo. La complicidad no es política, menos inteligencia, la complicidad es compartir responsabilidades. Hoy mismo en Venezuela estamos pidiendo la destitución de CONADECAFRO, instancia del gobierno responsable de políticas públicas sobre el tema afrodescendiente que no genera, no convoca ni permite construir políticas públicas a nivel nacional, menos en lo internacional, CONADECAFRO debió llevar el tema afrodescendiente a la agenda de la Presidencia Pro tempore entregada y no lo hizo por limitaciones e ineficiencia. Así como se trabajo el Mercosur Indígena y Mercosur Obrero, debimos pelear el Mercosur afrodescendiente. Callar es ser cómplice con  quienes van para tres años sin hacer absolutamente nada.

Aparte que la Cumbre social del Mercosur en su declaración de Caracas de 2014, parece más bien una declaración consensuada de altos funcionarios gubernamentales del Mercosur, que una convocatoria de voceros y voceras de movimientos sociales, apoyos, exhortaciones y una sola exigencia por los indígenas, aunque se dicen «nos reconocemos en la diversidad y nuestra identidad cultural, propugnamos el fortalecimiento de nuestra autonomía», consciente de nuestra afirmación ni vimos autonomía ni reconocimiento a la diversidad y la identidad cultural. Nos preguntamos en que parte de la declaración se reconoce y se visibiliza a los 96.795.294 de afrodescendientes que viven en Brasil, los 315.198 de Uruguay, los 149.493 de Argentina y los 8.013 de Paraguay para no mencionar a Venezuela incorporado recientemente al MERCOSUR. En ningún párrafo de la declaración sale asomado ni mencionado estas comunidades afrodescendientes, que tristemente comparten las situaciones de pobreza y miseria en el continente.

Los únicos responsables que el Mercosur llegue a las Favelas, los barrios y los pueblos afrodescendientes no son los gobiernos. Los responsables somos los movimientos sociales con nuestra propia agenda y movilización. Lo otro es consolidar una agencia de viaje de líderes sociales cómplice con los errores de los gobiernos que usurpen las verdaderas vocerías de las comunidades. En lo interno de los movimientos afrodescendientes ese cáncer, que retrocede las luchas de las comunidades afrodescendientes las denominamos la Afroderecha y trabajan con la Casa Blanca.

*Movimiento Social Afrodescendiente de Venezuela

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