Andy Anderson

traducción: Ramiro Santos

 

Así es: a dos días de la final del mundial de fútbol 2014 en Río de Janeiro, mientras la vida de las personas continúa su desarrollo vital, miles de millones de seres humanos se ven afectadas psicológicamente a través de los medios masivos de comunicación en una especie de letargo ansioso que afectan decisionalmente a una parte de ellos, en especial de manera negativa.

 

Al mismo tiempo, estos medios ocultan en sus diarios y televisiones el ataque genocida perpetrado por el terrorista estado de Israel sobre población civil de Gaza luego de haber fraguado un supuesto homicidio de tres adolecentes judíos acusando de ello a grupos palestinos.

 

Nuevamente y tal como hicieran con su operación Plomo Fundido durante fiestas de Navidad realizan una operación de ataque en momentos en que sus medios de propaganda sionista mundial mantienen distraída a la población con los partidos de futbol de Brasil, organizado por la corrupta transnacional FIFA, cueva de ladrones y explotadores de jugadores de futbol a escala planetaria.

 

Esta organización futbolera que pregona falsamente el Fair Play y actitudes humanas antirracistas nada ha dicho sobre el genocidio perpetrado por Israel o los asesinatos en Ucrania por parte del gobierno fascista de Poroshenko, vil peón del imperio norteamericano y la UE: la FIFA no mezcla la política con el fútbol, dice, aunque sus patrocinantes mantienen contacto histórico permanente con el gobierno de los Estados Unidos en cada una de las guerras desplegadas por el Mundo, abasteciendo de bebidas azucaradas y alcohólicas del mismo modo que lo hacen cada 4 años en los mundiales de fútbol.

 

Esta relación perversa entre transnacionales de la guerra, el consumo y el fútbol es otra forma de dominación global desarrollada hace varias décadas por los laboratorios yanqui-sionistas que controlan las principales corporaciones y sus medios de comunicación estableciendo un control psicológico de masas sobre gran parte de la población generando ansiedad selectiva, desvío de temas de interés, desinformación dirigida, psicología inversa y angustia generalizada al punto de generar muertes por stress y asesinatos entre personas conocidas o no, producto de las transmisiones de radio y TV cargadas de angustia.

 

La perversión comunicacional llego a tal punto de informarse que un grupo de 9 palestinos murieron asesinados por una bomba mientras miraban en un bar por TV el partido Argentina –Holanda como parábola de distracción, anestesia futbolera y muerte.