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26 de julio 2014.- El embajador israelí en Washington, Ron Dremer, dijo hoy en declaraciones a Efe que «Israel merece el Premio Nobel de la Paz por la contención que están demostrando las Fuerzas Armadas» en Gaza, pese a que el balance de muertos en la franja ya supera los mil, muchos de ellos civiles. El diplomático criticó a los medios de comunicación por no destacar que la milicia islamista palestina de Hamás está utilizando población civil como «escudos humanos» y estableciendo una estrategia bélica que se repetirá en el futuro, si no es denunciada públicamente.
Dremer, embajador israelí en Washington desde hace algo menos de un año, afirmó que Israel merece «la admiración de la comunidad internacional» por el cuidado con el que está llevando a cabo la incursión terrestre en Gaza, pese a que reconoció que se han producido errores. «La críticas a las operaciones militares solo conseguirán convencer a Hamás de seguir usando civiles como escudos humanos, ya que es Israel el que acabaría cargando con la responsabilidad de esas muertes», señaló el embajador. En su opinión, si Hamás considera que ésta es una estrategia efectiva, no se comprometerá a un alto el fuego a largo plazo con Israel, algo que por el momento se antoja lejano.
La invasión terrestre, que comenzó hace una semana como respuesta a los ataques palestinos con cohetes, ha disparado los muertos, especialmente en Gaza, donde fuentes oficiales dentro del territorio palestino sitúan ya las muertes en mil personas, la mayoría civiles. La ofensiva, que se ha cobrado igualmente la vida de 35 soldados y 3 civiles israelíes, ha elevado también las críticas de los organismos de derechos humanos. La muerte de un gran número de niños palestinos y el ataque ayer a una escuela-refugio de Naciones Unidas en Beit Hanún en la que murieron 15 personas, por disparos cuya autoría está en disputa, han provocado un clamor internacional a favor de la consecución de un alto el fuego inmediato.
Fuentes israelíes aseguraron hoy que «terroristas» de Hamás realizaron disparos desde un edificio perteneciente a las instalaciones del complejo escolar de Beit Hanún atacado ayer. «Hemos cometido errores, pero el número de víctimas podría ser mucho peor», aseguran. La investigación de Israel, que presentará resultados en «unos días», pretende aclarar si los disparos que causaron la matanza de la escuela de Beit Hanún provinieron de morteros lanzados por Hamás. Funcionarios israelíes no ocultan la frustración por las críticas que están recibiendo tras 18 días de operación «Margen Protector», pensada para destruir las posiciones desde las que Hamás ha disparado más de 2.000 cohetes contra poblaciones israelíes y acabar con la red de túneles que permite incursiones de milicianos en Israel.
«Se podría decir que nos están crucificando (en los medios)… estamos horrorizados por las muertes (de niños)… pero a quien se debe culpar de las muertes es a Hamás», aseguran. Funcionarios israelíes conocedores de los detalle de la operación «Margen Protector» argumentan que Hamás está ocultando arsenales en escuelas o casas, al tiempo que amenaza a la población para que no abandone las zonas que Israel avisa con antelación que atacará. El gobierno israelí considera que Hamás quiere romper el aislamiento en el que se ha sumido tras la caída el pasado año del gobierno del depuesto líder egipcio de Mohamed Mursi, que les proveyó de materiales para construir su arsenal de cohetes. Según estimaciones de fuentes israelíes, bajo la presión impuesta por las Fuerzas Armadas de Israel, Hamás tendría la capacidad de mantener sus ataques «una o dos semanas más».