rubèn ramos
“Rusia está interesada en una América Latina unida, fuerte, económicamente sostenible y políticamente independiente… que se convierta en una parte importante del mundo policéntrico y emergente». Así declaró el Presidente Putin en una entrevista previa a su llegada al subcontinente americano para sostener reuniones de trabajo y suscribir acuerdos de cooperación para el desarrollo con Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador. Acuerdos para proyectos interoceánicos, de energía nuclear, agrícolas, de irrigación y de transferencia tecnológica que contribuyan a fortalecer y defender “la casa común latinoamericana”, consoliden los procesos emergentes de independencia económica de los países del Alba, impulsen el Mercosur, sustenten la UNASUR y la CELAC para el rápido entierro de la OEA, sepulten el bloqueo económico a Cuba.
Las visitas que tanto el líder ruso como su homólogo chino Xi Jintin harán a Cuba, Nicaragua, Venezuela y Argentina, y las reuniones de trabajo que sostendrán con sus presidentes, así como con los de Uruguay, Bolivia, Brasil, forman parte del interés de las dos potencias del BRICS por consolidar una relación largamente postergada por el peso de las imposiciones estadounidenses a los sucesivos gobiernos que antecedieron a la era Chávez.
No se trata, por tanto, de visitas para el control de daños de los gobernantes de turno de América latina y del Caribe, digitados desde Washington. Se trata, más precisamente, de encuentros entre gobernantes de Estados comprometidos con la libertad y la soberanía de sus pueblos, con la desmilitarización de sus territorios, con la seguridad de sus pueblos en claro deslinde con la doctrina USA de “lucha contra el terrorismo” y con el eufemismo, igualmente de manufactura yanqui, de “guerra al narcotráfico”. De encuentros entre gobernantes que rechazan el espionaje en todas sus formas, la glorificación del sionismo, del nazismo y sus variantes nacionalistas, del neocolonialismo. Encuentros entre gobernantes consecuentes de América del Sur, de Centro América y del Caribe con los líderes chino y ruso para mantener la continuidad histórica de lucha por los intereses fundamentales de los más pobres.
La llegada de Putin y de Xi Jinping a América del Sur, con ocasión de la Sexta Cumbre de los BRICS que tendrá lugar en Fortaleza-Brasil los días 15 y 16 de julio actual, consolida el camino que abriera el Comandante Chávez hacia una integración que asegure la presencia y la acción de la Patria Bolivariana en el ejercicio del poder multipolar. Sin hegemonías usurpadoras de la libertad, la independencia y la soberanía de los pueblos del mundo.
Lo que se espera del BRICS en su Sexta Cumbre
El BRICS es la alianza integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Las economías y los Estados emergentes más fuertes del planeta y que han puesto a EEUU ante la inminente pérdida de su hegemonía ganada gracias al terror y la muerte desde las dos guerras mundiales hasta nuestros días.
Las economías de los países del BRICS representan más del 50% del crecimiento económico mundial. Este crecimiento no sólo está directamente comprometido con el desarrollo de los países que integran esta alianza, sino también con “el desarrollo del bien común del mundo”. Prueba de ello lo constituye el hecho de que en la pasada crisis financiera del 2008, provocada por el capital especulativo de los grandes bancos de EEUU y de Europa, fueron los países del BRICS los que evitaron el desplome del comercio internacional y el quiebre de la economía mundial. Actualmente frente a la crisis por la que atraviesan tanto EEUU como sus socios de la órbita occidental, las únicas economías que mantienen un crecimiento económico sustentable (no cortoplacista ni amarrado a las imposiciones de la dupla FMI-BM) son los países del BRICS. Con algunos matices, ciertamente, pero dentro de una clara perspectiva integracionista y de ruptura del orden unipolar.
En la reunión del BRICS, Putin propondrá el establecimiento de una asociación energética de sus países integrantes incluyendo la creación de un Banco de Combustible de Reserva y de un Instituto de Energía. Sus propósitos serían garantizar la seguridad energética de los países de la alianza, llevar a cabo la investigación y el análisis de los mercados mundiales de hidrocarburos, asegurar su desarrollo y proponer una “Política Energética de los BRICS».
Putin propondrá igualmente la creación de una Universidad que reúna a las principales instituciones de educación superior de los cinco países para especializar recursos humanos en temas económicos y técnicos. Habida cuenta las diferencias idiomáticas existentes, entre los países que integran la alianza, su creación es una prioridad impostergable.
Pero, lo que más suscita expectativas respecto de esta Cumbre es el anuncio que hará el BRICS respecto de la creación del Banco de Desarrollo como alternativa frente a la voracidad con que el FMI y el BM han engullido a las economías de los países pobres del mundo condenándolos al hambre, la desesperación, el destierro, las guerras, la contaminación de sus hábitats, la usurpación de sus recursos del suelo, subsuelo y espacios, el terror. El nuevo Banco permitirá dirigir sus recursos para financiar el desarrollo de los países más débiles. Constituye, además, un avance importante para la concreción de una moneda común que ponga a salvaguarda los intereses de los países del BRICS y de aquellos con los cuales tiene y establezca a futuro relaciones comerciales y de desarrollo dentro de un interés común.
Cabe recordar al respecto que en las actuales relaciones comerciales entre China y Rusia, las mismas que se vieron fortalecidas con el último acuerdo gasífero entre ambas naciones, ya se han formalizado los intercambios utilizando las respectivas monedas nacionales. No por esto el dólar ha perdido su estatus de moneda de reserva mundial, pero lo que es evidente es que su “punto de quiebre” está más cerca de lo que los epígonos del capitalismo suponen. No sólo por lo que está ocurriendo entre China y Rusia, sino por lo que implica la creación del Banco de Desarrollo en sustitución del FMI y como un sistema de intercambio multilateralpara todos los socios del BRICS. Incluso para los que no lo son y mantienen relaciones comerciales con aquéllos y que han sido acusados por el gobierno de Washington de violar las sanciones impuestas a países como Sudán, Cuba o Irán.
En la VI Cumbre, el BRICS también dará nacimiento a la Fundación de Reservas de Divisas. Esta comenzará con 100.000 millones de dólares aportados por cada uno de sus países integrantes dentro de una clara ética de ayuda y reciprocidad. Rusia, India y Brasil proporcionarán 18.000 millones de dólares cada uno; Sudáfrica, aportará 5.000 millones; y China, 41.000 millones.
Otros aspectos de la agenda
Para probar que no se trata de un ejercicio de retórica como es usual en las reuniones y cumbres instrumentalizadas por las instituciones financieras del orden neoliberal, la Sexta Cumbre contará con la presencia del Consejo Empresarial de los BRICS. Este Consejo viene a ser la plataforma para guiar las inversiones privadas y promover el comercio y la industria.No se trata de un consorcio empresarial para velar por sus intereses mientras arrasa con los recursos de los pueblos y condena al hambre y la explotación a la fuerza de trabajo en beneficio del capital. Es un organismo orientado a brindar apoyo técnico y asesoramiento y a facilitar la implementación de proyectos multilaterales de comercio y desarrollo. Se funda en una lógica de complementariedad e intercambio de recursos, tecnología y capacidades.
Además de la firma de los acuerdos económicos y financieros los líderes del BRICS debatirán los temas que preocupan al mundo respecto de la paz y seguridad internacional. En este sentido, las “guerras sucias” en Oriente Medio, en Ucrania, en Venezuela, así como las “guerras económicas” que asedian a Cuba, a Venezuela, y la financiera de los “buitres” imperiales, serán motivo de reflexión y análisis para la acción.