Cinthya Montoya Araujo
Rebelión

Ante el XIII Consejo Político del ALBA-TCP, es necesario recordar que la integración del siglo XXI, está impregnada por la exigencia de promover y alcanzar el bienestar de los pueblos, mediante procesos justos y equitativos, combinados con una verdadera redistribución de la riqueza a favor de las clases o sectores menos favorecidos, lo cual, es rechazado por las grandes potencias o estados influyentes en los procesos de integración, por ir en contra de sus intereses nacionales y globales; tendiendo a promover para contrarrestar estos nuevos esquemas integracionistas, políticas unipolares y hegemónicas, amenazas y agresiones, que les garanticen y protejan sus intereses como parte de su estrategia de desarrollo nacional e influencia mundial.

Siendo la integración económica, política y social de la que se excluya la participación de las grandes potencias, una de las amenazas para su seguridad, porque ello evita que el mercado internacional gire en función de sus necesidades, les genera debilidad en sus preeminencias políticas-internacionales, detiene sus intenciones expansionistas, obstaculiza sus intervenciones en asuntos internos, entre otros aspectos.

Por ello, proyectos de integración humanista, como la ALBA-TCP fundamentado en principios que resultan novedosos y excepcionales, impulsando la construcción de una identidad socio-cultural común y un cambio en las estructuras sociales y en los valores y principios de la integración; se convierte en un riesgo, amenaza y peligro para sus políticas de seguridad.

De esta forma, resulta importante destacar, que el principio de la concepción de las políticas de seguridad de las grandes potencias, es el mantenimiento de la primacía y el control de las relaciones internacionales; por tanto, no toleran ningún competidor y siempre tratan de mantener y fortalecer sus posiciones de superioridad, mediante el impulso de estrategias de sustitución de gobiernos, la fractura o desmembramiento de los bloques de integración contrapuestos al sistema capitalista, categorizaciones infundadas sobre los estados, fomento de roces políticos-diplomáticos entre países vecinos, incremento y modernización de bases e instalaciones militares, proyección inconsistente de escenarios catastróficos y la transculturización mediática de las sociedades, entre otras favorables al mantenimiento y consecución de sus intereses imperialistas, predominantes y hegemónicos.

Por tales motivos, se evidencia necesaria la creación de un Observatorio de Políticas de Seguridad (OPOSE), destinado al monitoreo, seguimiento, evaluación, investigación, operacionalización y análisis permanente de amenazas, riesgos, oportunidades y escenarios de vital importancia, producto de toda la información disponible sobre las políticas de seguridad de las grandes potencias, que actúe como un termómetro de amenazas y riesgos que puedan derivarse de las acciones y estrategias de seguridad de las potencias, avizorando y alertando sobre las estrategias que pudieran influir negativamente en su seguridad y defensa, en sus proyectos de integración o desarrollo o para determinar simplemente que amenazas o riesgos pueden redimensionarse a las realidades propias de cada país, en función de características comunes, sostenimiento del bienestar de sus pueblos y estabilidad política.

Asimismo, el OPOSE como parte del Consejo de Defensa y Soberanía (el cual, ya debería activarse, para así impulsar la operatividad de la Escuela de Dignidad y Soberanía de las Fuerzas Armadas de los países del ALBA-TCP) debe proyectarse como un centro que facilite a los ciudadanos, representantes políticos y profesionales, la información necesaria para adoptar decisiones, medidas y estrategias para contrarrestar las políticas de seguridad de las grandes potencias, ante las situaciones de riesgo y amenazas que desde dicho país se ciernen sobre otros países, por la consolidación internacional del mencionado bloque de integración y, por el afianzamiento político, ideológico y de intereses que ha logrado alcanzar el mismo y, la conciencia ciudadana, organizativa, protagónica, participativa y democrática de los pueblos de la Alianza.

En otras palabras, el OPOSE podría conformarse en función de la ALBA-TCP, a fin de blindarla de una estructura en materia de seguridad y defensa que asesore y apoye a sus países miembros en la toma de decisiones de manera consecuente y unificada, frente a casos comprobados de intentos de inestabilidad y fragmentación de la Alianza, fracaso de los proyectos grannacionales y los esfuerzos de cambio en la correlación de fuerza política en el mismo, como: el intento de separatismo en Bolivia, el golpe de estado en Honduras e intento de golpe de estado en Ecuador, entre otras acciones que se presentan en Venezuela, como en el resto de los miembros de la ALBA-TCP, ejecutando para ello, diversas técnicas de análisis y hasta ejercicios de simulación y juegos, que permitan el diseño y la proposición de políticas y estrategias, para la toma de decisiones en el momento que sea necesario.

El Observatorio también contribuiría a la adopción de una nueva conceptualización de seguridad y defensa, cuyo atributo sea integral y multidimensional, a fin de evitar el encuadre ideológico y las relaciones de dependencia con los países predominantes en las relaciones internacionales, configurando un mapa regional progresista de integración no sólo en lo político, económico, energético, alimenticio, tecnológico, cultural, educativo y social, sino también, en lo militar (seguridad y defensa), con preponderancia en la desarticulación de las políticas de seguridad nacional adelantadas por las grandes potencias, hacia los pueblos de la ALBA-TCP.

Favoreciéndose de esta manera, a impedir que las políticas de seguridad de las grandes potencias hacia la ALBA-TCP y cada uno de sus miembros, influyan en la desaparición o desunión de la Alianza y, por ende, nuevamente en la disipación del sueño bolivariano de concretar la Patria Grande y de otros visionarios de la historia de los pueblos latinoamericanos y caribeños, que pretendieron la unión de los pueblos, respetando las culturas, tradiciones y demás peculiaridades.