«En los últimos meses nos han dado unas lecciones instructivas acerca de la naturaleza del poder del Estado y de las fuerzas que impulsan la política estatal», sostiene el politólogo Noam Chomsky, quien hace alusión a las filtraciones de Snowden.
El programa de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) tiene como objetivo exponer al escrutinio estatal a toda persona vinculada a la sociedad electrónica moderna, acentúa Chomsky, lingüista, filósofo, analista político y profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En su columna para el portal ‘alternet.org‘, Chomsky destaca: «Ningún profeta antiutópico de futuros mundos totalitarios nefastos jamás ha podido imaginar algo tan ambicioso».
La Casa Blanca parece estar decidida a «demoler las bases de las libertades civiles» de la población estadounidense, opina el científico. El proyecto de la NSA está siendo ejecutado «en violación radical de la Carta de Derechos de la Constitución de EE.UU., que protege a los ciudadanos de «registros e incautaciones irrazonables» y garantiza la privacidad de sus «personas, domicilios, papeles y efectos». El principio de la presunción de inocencia, que se remonta a la Carta Magna de hace 800 años, ha quedado en el olvido. Por mucho que los juristas gubernamentales lo intenten, no hay manera de reconciliar estos principios con el asalto contra la población revelado en los documentos de Snowden», subraya Chomsky.
La prioridad de cualquier política es la seguridad y la defensa contra los enemigos, acentúa el analista y puntualiza que la pregunta principal que la doctrina del programa de espionaje masivo de la NSA hace plantear a cualquiera es quiénes son estos enemigos. Y responde él mismo a esa pregunta: esta política garantiza la seguridad de la autoridad estatal «defendiéndola de un enemigo temible: la población doméstica que puede convertirse en un gran peligro si no es controlada».
«Para defender el poder estatal y el poder económico privado del enemigo doméstico, estas dos entidades deben ser ocultadas, mientras en contraste, el enemigo debe ser expuesto a la autoridad estatal por completo. En breve, para la población debe haber una transparencia completa, pero no para los poderes que deben defenderse de este enemigo interno temible. El principio básico del poder es siempre el mismo: que este no debe exponerse a la luz del sol. Edward Snowden se convirtió en el criminal más buscado del mundo precisamente porque falló al no comprender esta máxima esencial», concluye Chomsky.