Andes
La segunda vuelta de las presidenciales en Colombia es vital no solo para el futuro y la paz ese país sino para toda la región, pues en estas elecciones se pone en juego la estabilidad política de países con gobiernos socialistas como el de Ecuador, Venezuela y Nicaragua, sostuvo el congresista opositor colombiano Iván Cepeda en entrevista con la Agencia Andes.
“Las elecciones del 15 de junio son vitales para las relaciones internacionales de Colombia en el futuro próximo. Uribe no ha escatimado esfuerzos por hacer entender que tiene por objetivo desestabilizar el gobierno de Nicolás Maduro y de intervenir de una manera cada vez más agresiva en los asuntos de Venezuela (…) y, por supuesto, nunca han sido buenas las relaciones de Uribe con el gobierno del Ecuador. De modo que estas elecciones tienen un alcance más regional de lo que podría pensarse en primer lugar”, dijo.
Los resultados de los comicios presidenciales ocurridos el pasado domingo en Colombia arrojaron como ganador al candidato de la extrema derecha Óscar Iván Zuluaga, que llegó auspiciado por el partido del expresidente Álvaro Uribe Vélez, el Centro Democrático. En la segunda vuelta, el próximo 15 de junio, Zuluaga (29,25% de votos) se enfrentará al actual presidente Juan Manuel Santos (25,69%), que correrá por el Partido de la U (centro derecha).
Los diálogos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) son el principal centro de la discusión política y de la campaña. De acuerdo a Cepeda, en las últimas horas el candidato de Uribe empezó a tener un discurso más conciliador respecto a este tema, después de que durante toda la campaña de primera vuelta dijo que, de llegar a la presidencia, lo primero que haría es detener los diálogos con la guerrilla, que se desarrollan en La Habana desde noviembre de 2012.
“El nuevo elemento aquí es que Zuluaga y, más exactamente, Uribe quieren hacernos creer que va a dar un giro hacia la paz. Eso sería, por supuesto, bienvenido (…) pero no existe ningún elemento que nos permita albergar alguna clase de esperanza en ese sentido. Uribe lleva 12 años en la idea de acabar militarmente con la guerrilla. Durante este proceso de paz no ha escatimado ningún esfuerzo, no solamente por las vías de la crítica y de la confrontación democrática, sino también por vías bastante turbias para acabar el proceso de paz”, dijo el senador.
“Ahora viene un momento mimético en el que Uribe va a intentar convencernos de que él es un partidario de la paz. Es muy posible que con esa nueva metamorfosis logre engañar a algunos votantes el 15 de junio”.
Cepeda, congresista electo por el Polo Democrático Alternativo (izquierda), aseguró que la decisión de su partido es votar por la paz, lo que significa en términos prácticos votar por Juan Manuel Santos. “Hay una gran discusión, algunos decimos que hay que votar por la paz en estas elecciones. De la política catastrófica de Santos el único aspecto que podría suscribirse es el de la paz. Lo único que podríamos decir que vale la pena rescatar es este proceso de paz que es un mérito, sin lugar a duda”, añadió.
El gobierno de Juan Manuel Santos ya ha firmado tres acuerdos, de una agenda de cinco, con la guerrilla de las FARC, que el martes pasado cumplieron 50 años de existencia. “Echar por la borda semejante logro sería, a mi modo de ver, un acto de arrogancia y de irresponsabilidad política”, recalcó.
Respecto al apoyo de la excandidata de conservadora, Martha Lucía Ramírez, a la candidatura de Zuluaga, Iván Cepeda manifestó que esa era una situación previsible. Aunque, el más tarde, los congresistas electos del Partido Conservador anunciaron públicamente su apoyo a la candidatura de Juan Manuel Santos, lo que hace prever una división de los cerca de dos millones de votos obtenidos por Ramírez.
La izquierda, representada por los cerca dos millones de votos de Clara López (Polo Democrático), podría resultar determinante a la hora de definir al próximo presidente de Colombia.