Camilo Martiano

ANI-gt / Redacción Internacional

 

 

En los últimos años es evidente para todo el mundo y en primer lugar para los patrocinadores de la revuelta  siria, que apostaba ó apuesta aún por un éxito militar y político de los rebeldes ha fracasado. La oposición no tiene fuerzas suficientes para derrocar a Bachar al Assad, incluso teniendo en cuenta la continua inyección de dinero estadounidense, de armas y equipos militares. Distintas fuerzas políticas de Siria se unieron en torno al presidente Bachar al Assad, frente a las amenazas externas, olvidando las diferencias religiosas y nacionales. No tanto por su reconocimiento como un “padre de la nación”, sino debido al entendimiento de verdadero sentido de las acciones contra él y el país.

 

En caso de la llegada al poder de la oposición, van a encabezar en Siria los títeres occidentales, que van a construir “democracia” por el principio norteamericano, cuyas consecuencias sería que los sirios se vieran como Irak ó como Libia. “Yihad internacional” – es una barbaridad medieval de leyes de chariat erróneo – vapulear, cortar cabezas y exterminar a los “infieles”. Los Yihadistas internacionales lo demuestran en todas las zonas donde están temporalmente bajo su control.

 

El Pueblo sirio se alejó tanto de la “oposición” como de los “yihadistas”. Justamente por la pérdida de la base social  de los rebeldes – esta es la razón principal para el éxito del gobierno de al Assad. Los éxitos políticos y militares de Damasco condujeron la coalición antisiria a un callejón sin salida, del cual está buscando desesperadamente una salida. Al mismo tiempo están buscando la salida Washington, la oposición y los países del Golfo Pérsico. Washington ha invertido en el derrocamiento de Bachar al Assad cerca de US$2 mil millones, pero hay otras direcciones de guerra no declarada contra Damasco que Washington está librando activamente.

 

Entre estos son la entrega de armas ligeras para los rebeldes, que se llevan a cabo con el conocimiento y plena aprobación del Congreso de EE.UU. Financiamiento de grupos rebeldes. El total de pagos desde enero de este año es cerca de US$3 millones. También se hace entrenamiento intenso de rebeldes. Desde finales de 2012 los representantes de la CIA y los instructores estadounidenses de las fuerzas de operaciones especiales constantemente están entrenando a los rebeldes en campamentos en Jordania y Turquía. Se dan las habilidades de manejo de armamento pesado, en particular de sistemas contra carros de combate y sistemas de defensa antiaéreo portátil. En los campos de entrenamiento se gradúan cientos de rebeldes al mes. Algunos de los entrenados enseñan a los paramilitares en el territorio de Siria.

 

Además se realizan activamente las entregas de “ayuda no letal”, cuyo volumen asciende actualmente hasta US$80 millones por mes. A principios de 2013 la “ayuda no letal”  incluía suministros médicos y raciones de alimentos, en la actualidad su parte principal se compone de medios de comunicación, dispositivos de visión nocturna, equipo de ingenieros y zapadores, vehículos de diferentes tipos. Hasta hoy, de acuerdo con la información oficial, los EE.UU. suministraron para los insurgentes sirios ayuda material, asistencia militar no letal por un tamaño total de casi US$ 290 millones.

 

Según el diario Wall Street Journal también se sabe que en el año pasado Obama aprobó un programa secreto para entrenar a los rebeldes bajo el mando de la CIA. La Agencia Associated Press citando sus propias fuentes informa que los instructores estadounidenses entrenarán a los rebeldes sirios en materia de tácticas de lucha, incluso en contra de las amenazas terroristas. La formación se llevará a cabo en Jordania. La ayuda no estará limitada por la formación  y también incluirá suministro de equipos.

 

Hace unos días el presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo que Estados Unidos tiene la intención de ampliar su apoyo a la oposición siria mientras que el envío de tropas a Siria no lo hará. Los Estados Unidos apoyan la parte “moderada” de la oposición con suministro de asistencia militar, pero aún no ha anunciado sobre entregas de armamento. Obama dijo: – “Voy a trabajar con el Congreso para aumentar el apoyo a los miembros de la oposición siria que ofrecen la mejor alternativa a los terroristas y sacar al cruel dictador. Decidí que no hay que enviar tropas estadounidenses a esta guerra civil y yo creo que es la decisión correcta. Pero esto no quiere decir que no debemos ayudar al pueblo de Siria para enfrentar al dictador que está bombardeando y hambreando su propio pueblo” – dijo, al parecer en referencia al presidente sirio Bachar al Assad.

 

Al mismo tiempo Obama propuso asignar un monto adicional de US$5 mil millones para luchar contra el terrorismo en el Medio Oriente y el Norte de África. Los datos de la CIA muestran que ahora en Siria hay cerca de 1.500 grupos diferentes de combatientes opositores. Si los rebeldes van a triunfar, la probabilidad de que Siria se convierta en Somalia o que continúe el conflicto entre ellos mismos sin participación de las fuerzas gubernamentales la intervención debe ser muy alta.

 

Según los analistas, los planes del presidente de EE.UU. para aumentar el apoyo a los rebeldes sirios podrían prolongar la guerra civil y convertir el país en un cuasiestado, como Somalia. Esto puede llevar a que más refugiados abandonen Siria.

 

Ya hoy es obvio que Washington no va a reconocer la legitimidad de las próximas  elecciones presidenciales en Siria. La causa es casi 9 millones de refugiados – tres de los cuales están en el extranjero y seis más abandonaron sus hogares y se encuentran en otras partes del país – no podrán “participar plenamente en la votación”. De hecho, es el procedimiento normal y utilizado por Washington siempre y en cualquier país cuyo liderazgo se considera “desleal” a los Estados Unidos. Van a declarar que  los comicios no son democráticos, pasaron con infracción, sus resultados no tienen ningún efecto legal para los Estados Unidos…

 

La estrategia de la Casa Blanca en Siria al parecer, debe satisfacer tanto a los “halcones” de Washington como a varios países de la región. Es decir, contener medidas para cambiar el equilibrio militar a favor de los rebeldes en Siria. Tales medidas como suministro de las armas pesadas y sistemas de defensa aérea portátiles, lo que permite eliminar la superioridad de Damasco en el aire. Hoy el armamento pesado se suministra a la oposición “a escondidas”, es decir “en el modo de prueba”, pero después de la promulgación de la “estrategia” se le dará la luz verde al flujo de armas pesadas para los rebeldes. O sea ahora está claro que Washington está sólo a medio paso de sus principales objetivos – proporcionar a la oposición las armas pesadas y sistemas de defensa antiaéreo portátil y crear además una zona de exclusión aérea cerca de la frontera con Turquía o Jordania lo que apoyaría una nueva ofensiva de rebeldes hacia Damasco.

 

La discusión sobre nueva estrategia de EE.UU. en Siria, los debates para romper el punto muerto y cambiar el delicado equilibrio a favor de los rebeldes, por lo general, giran en torno de dos cuestiones – la intervención directa de los miembros de la coalición antisiria o la guerra de extenuación del régimen de Bachar al Assad.

 

Hay que recordar que en febrero de 2012 el Parlamento sirio aprobó una nueva constitución que permite la presentación de los candidatos alternativos. Según esta el aspirante al cargo debe residir en Siria en momento de la nominación no menos de 10 años y no debe tener nacionalidad extranjera, lo que hace imposible la participación en los comicios a los líderes de la oposición siria radical que vivían en el extranjero durante muchos años.

 

Las elecciones presidenciales en Siria están programadas para el próximo 3 de junio. De acuerdo con la enmienda de la ley electoral de Siria cualquier aspirante al cargo debe contar con el patrocinio de por lo menos 35 de los 250 diputados del Parlamento. Actualmente el presidente Bachar al Assad tiene ganas de participar en los próximos comicios. Al Assad está en el poder desde el año 2000. En 2007 en un referéndum obtuvo el apoyo de 97,5% de los votantes. Si Bachar al Assad gana las próximas elecciones, tendrá posibilidad de dirigir el país hasta 2028.

 

Por su parte Washington y sus aliados por la coalición antisiria necesitan sangre, necesitan la caída de Damasco. Por lo tanto el objetivo final se mantiene sin cambio – Siria debe ser sometida, Al Assad derrocado. Finalmente las otras opciones son inaceptables para Occidente. Pues toda la retórica de la “legitimidad de las elecciones”, “voluntad del pueblo”, “intervención humanitaria en nombre de las masas populares que sufren” – sigue siendo una retórica…