Patricio Montesinos
Rebelión

El régimen de Estados Unidos está como una “fiera enjaulada” que lanza zarpazos para todas partes porque está consciente que se le acerca cada día más la pérdida definitiva de su dominio mundial, ante la pujanza económica, financiera y comercial, además de militar, de potencias como China y Rusia, y otras emergentes, renuentes hoy a acatar los dictámenes de Washington.

Solo sus garras, dígase el arsenal castrense que posee y las tecnologías con que cuenta para intentar subvertir el orden en naciones que considera adversarias, es lo que le tiene el decadente imperio norteamericano para, a cualquier costo, mantener su hasta hace poco supremacía internacional.

De ahí el hecho de que no pare de alentar delicados conflictos y guerras sucias por doquier con el objetivo de desestabilizar países que actualmente le hacen frente a la Casa Blanca, sin temor alguno a sus amenazas, y a frustradas y gastadas sanciones que dan hasta risa.

Moscú y Beijing le han dejado claro a Washington que cuentan con suficiente defensa y poderío económico para frenar una descabellada contienda protagonizada por la “hiena acorralada e impotente”.

El canciller ruso, Serguéi Lavrov, expresó en declaraciones recientes en Chile que el gobierno de Estados Unidos, con su propaganda en torno a los acontecimientos en Ucrania, quiere hacer notar su “hegemonía universal”.

“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”, reza un viejo refrán popular aplicable a los representantes de la Casa Blanca, quienes, por cierto, están sumamente preocupados por la gira de Lavrov esta semana por Latinoamérica, que ya incluyó Perú, Chile, Cuba y Nicaragua, con el propósito de estrechar los nexos bilaterales.

En realidad no es para menos, porque el periplo del diplomático de Rusia siguió a otro similar realizado hace pocos días por la Patria Grande de su homologo chino, Wang Yi, con relevantes y productivas visitas a Venezuela, Cuba, Argentina y Brasil.

Bien es sabido que la “fiera aislada” ha perdido influencia en América Latina, lo cual fue admitido por el propio Jefe del Comando Sur norteamericano, el general John Kelly, quien se refirió a ello tras la expulsión de Ecuador de militares de su ejército.

Pero Kelly dijo más, al señalar que el ejecutivo del presidente Rafael Correa optó por “dar la espalda” a Estados Unidos, como han hecho otras naciones, en favor de Venezuela, Rusia o China. “Ahí es donde ven el futuro de Latinoamérica”, reconoció el alto oficial.

De otro lado, Washington ya no puede salirse con las suyas en el Consejo de Seguridad de la ONU de imponer invasiones de rapiña como ha hecho en el Medio Oriente o el norte de África, con el respaldo de sus aliados europeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), todos envueltos ahora en una crisis sin precedentes que los agobia, y también los obliga a buscar nuevos socios comerciales más ventajosos como China o Rusia.

Por su parte, el gigante asiático puede convertirse este propio año en la primera economía del planeta tierra, acorde con datos de prestigiosas agencias de estadísticas, lo que supondría un duro golpe a Estados Unidos, inmerso en una recesión sin freno por el momento.

El panorama es ciertamente complejo para el mandatario Barack Obama, que podría pasar a la historia como el precursor del desmoronamiento del “imperio USA”, o ser el artífice de una Tercera Guerra Mundial, devastadora para la humanidad.

Una “hiena encerrada”, lo que es hoy sin duda alguna Estados Unidos, es extremadamente peligrosa, y para pacificarla necesita de inteligentes y fornidos domadores, como lo son en estos momentos el dueto Rusia-China.