Nikolay Malishevsky
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
La súbita intensificación del extremismo en Ucrania pareciera ser atizada por los norteamericanos quienes no quieren perder el tiempo y esperar hasta la fecha de la próxima elección presidencial en el 2015. La principal tarea sería impedir el reacercamiento entre Ucrania y Rusia. De ninguna manera Kiev debiera inclinarse por el Este bajo la influencia de lo que ellos llaman “el expansionismo económico de Putin”, refiriéndose a los acuerdos bilaterales de Rusia y Ucrania alcanzados el 17 de diciembre pasado. Washington y Bruselas se precipitan porque si Ucrania se inclina por una cooperación más estrecha con la Unión Aduanera, esto significará un giro automático en el apoyo del público a Víktor Yanukovych haciéndolo el ganador en el 2015.
Pareciera que se decidieron por “agitar la batea” teniendo en mente las lecciones aprendidas en el “escenario de Georgia” montado el año 2008. Esta vez se está implementando antes que se inicien los Juegos Olímpicos de Sochi. Los manifestantes han invadido edificios de los gobiernos locales, se han hecho los primeros disparos y se ha informado de las primeras bajas. El miembro del Pentágono, Contralmirante John Kirby, dijo que van a estacionar aviones norteamericanos en Alemania a dos horas de vuelo de Sochi para brindar ayuda médica y material o evacuar a ciudadanos norteamericanos en caso de una emergencia. Del mismo modo, navíos de la armada se trasladarán al Mar Negro con el mismo propósito –aunque el Pentágono no aclaró cómo los navíos de la armada podrían impedir actos terroristas.
Algunos “especialistas” en organización de protestas tales como el norteamericano Fink Brian, quien llegó a Kiev el 27 de octubre del 2013 recomienda que la oposición ucraniana debe recurrir a las acciones violentas aun a costa de producirse algunas víctimas con el objeto de instalar el escenario para el derrocamiento del gobierno. El proceso debía lanzarse el día 8 de diciembre con una declaración hecha en la plaza dando a conocer el nuevo gobierno encabezado por Arseniy Yatsenyuk quien pronunciaría un discurso dirigido hacia los militares y al pueblo para tomar los edificios gubernamentales, etc. El plan estaba coordinado con algunas embajadas extranjeras pero su implementación fue suspendida debido a una supuesta indecisión de Arseniy Yatsenyuk.
Actualmente, el escenario que transitoriamente quedó en el aire, está de nuevo siendo implementado. Un activista de la plaza ex miembro del parlamento, Taras Stelsky, ya lo ha dicho en público, que la plaza ha declarado a Yanukovych como presidente ilegítimo y que un nuevo gobierno revolucionario interino se encuentra en proceso de formación. Los clérigos de la Iglesia Ucraniana Unida incitan activamente al odio y a las hostilidades sanguinarias. Por ejemplo, el Cardenal Lyabomir Guzar ha convocado a la insurgencia mientras que Arsenich ha llamado a la “eliminación física de los enemigos de Ucrania.”
Las fuerzas de oposición han recibió armamento, armas de fuego. La sangre ha sido derramada. El diputado al parlamento por el partido gobernante, Partido de las Regiones, Yevgeny Balitsky, denunció que un franco tirador fue reclutado por Occidente: “No podemos excluir aquí que estamos hablando de un profesional reclutado en uno de los países de la OTAN y fue traído aquí por órdenes del ala radical de la oposición,” señaló. En la plaza aparecieron volantes llamando a “matar diez enemigos de Ucrania por cada patriota.
Según el Departamento para el Combate al Crimen Organizado que es una repartición del Ministerio de Asuntos Interiores de Ucrania, existen alrededor de 20 agrupaciones criminales que suman unos mil efectivos armados con fusiles Kalashnikov. El Departamento sostiene que en Kiev la oposición está almacenando armamento en los edificios tomados. El presidente del Partido Unión de Toda Ucrania Svoboda (Libertad) Oleg Tyagnibok empleó la tarima de la plaza para declarar el inicio de la movilización de toda Ucrania y llamó a todos los “no indiferentes” a marchar hacia Kiev y enfrentar al gobierno. El presidente del Partido Batkivschyna, Andrei Pavlovsky fue mucho más lejos –anunció el inicio de una guerra civil en Ucrania.
Oleg Tyagnibok ha declarado que la “mafia moscovita-judía gobierna Ucrania y que los “alemanes, los judíos y otras basuras” nos quieren quitar nuestro estado.” Este es uno de los dirigentes de la plaza, quien junto a Vitali Klitschko ha estado negociando con el presidente Víktor Yanukovych.
Marcus Papadopoulos editor jefe de la publicación británica Politics First, sostiene que las protestas en Kiev han sido organizadas por la Unión Europea y Estados Unidos. El ex embajador ante la ONU, John Bolton, dijo que “las placas tectónicas se están realineando en Europa” y que Ucrania es el “Gran Premio”. Las matanzas y la sangre serían los argumentos finales de Occidente que hace presión para que Ucrania se incline a favor de la “preferencia europea”. Más de 200 extranjeros han sido expulsados del país. Estaban involucrados en la planificación de pogromos y en el entrenamiento de militantes. La mayoría de ellos eran ciudadanos de países occidentales disfrazados de periodistas. Treinta y cinco expertos en cambio de régimen provenientes de Estados Unidos, Unión Europea y Georgia, incluyendo al norteamericano Alexander Ross, quien fue declarado persona non grata en Ucrania.
Hasta colaboradores como Doug Bandow, investigador principal del Instituto Cato de Washington, admite que Washington y Bruselas de ninguna manera tienen razones formales para justificar su intromisión sin precedentes en los asuntos internos de Ucrania. La oposición hace un escándalo en torno a las leyes “anti-democráticas” aprobadas por el parlamento ucraniano el 16 de enero recién pasado. (leyes que serán promulgadas se toman como pretexto para la exacerbación de la situación).
Resulta curioso que muchas declaraciones oficiales occidentales en relación con “las leyes del 16 de enero” se alzaron mientras que los textos de las actas ¡todavía no se habían publicado! Además, en comparación con la legislación efectiva en Estados Unidos, las nuevas leyes ucranianas son un ejemplo de extrema moderación y corrección política.
Ni en Alemania, Francia, España o Polonia ni en ningún otro país es la ley tan equilibrada y comprometida: las sanciones contra las acciones extremistas son severas entre ellos. En Francia, las penas de cárcel por incitación a la agitación de masas acarrea un castigo de hasta 30 años de cárcel y de 15 años por la erección de barricadas o por la toma de edificios gubernamentales.
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