Pedro Echeverría V.
Rebelión

 

1. Barack Obama no tiene doble política o doble cara; sólo tiene una: la imperialista que desde hace un siglo ha dominando y sometido al mundo. Hoy 19 de febrero llega Obama a México para continuar (mediante el TLCAN) el saqueo de la riqueza de los mexicanos y hoy mismo se publica que en Venezuela su Golpe de Estado contra el gobierno de Nicolás Maduro avanza. En tanto en Venezuela más de la mitad de la población repudia a Obama en las calles y las plazas por su carácter imperialista, en México el gobierno de Peña Nieto, los empresarios, el PAN y el clero se arrastran ante él como gusanos. ¿Ha sido comprada la izquierda en México o es casi inexistente?

2. Lo que en México fue la izquierda combativa de los años sesenta y setenta fue convertida por la gran burguesía y su gobierno en 1977 –mediante el ofrecimiento de diputaciones, senadurías, gubernaturas, apariciones en TV y enormes subsidios- en una socialdemocracia electorera muy oportunista. Con excepción de los maestros de la CNTE –que han aprendido a no respetar los cercos militares y policiacos impuestos por los gobiernos- el repudio a la visita de Obama risiblemente brilla por su ausencia. Mientras tanto lo izquierdistas venezolanos salen a la calle en masa para repudiar el golpe de Estado imperialista y de sus lacayos de la derecha empresarial.

3. Los presidentes Obama (EEUU) y Harper (Canadá) vienen a México a reconfirmar el TLCAN. Vienen a abrazar a Peña Nieto, a felicitarlo, porque nuestro país los ha hecho más poderosos con el libre paso de sus mercancías y capitales; en tanto México ha sido invadido por productos extranjeros, las empresas pequeñas y medias en nuestro país han tenido que cerrar sus puertas –despidiendo a millones de trabajadores- porque no pueden competir. Pero por otro lado los multimillonarios mexicanos gozan de alegría porque en estos 20 años se han enriquecido como nunca en la historia. Peña sólo recibirá felicitaciones, sobre todo, por sus reformas privatizadoras.

4. Pero los grandes ricos (grandes comerciantes, industriales, banqueros) dicen que México con el TLCAN ha crecido 10 veces más; silencian que son ellos los que han acumulado 10 veces más riquezas y que el desempleo ha crecido 10 veces más; que mientras ellos han multiplicado sus propiedades, los trabajadores mexicanos han tenido que migrar a EEUU y al mismo Canadá. ¿Puede acaso esconderse la falta de leyes humanitarias migratorias y las enormes cifras en deportaciones, expulsiones y asesinatos de trabajadores emigrantes mexicanos? La realidad es que los aplausos a Obama y el TLCAN de la gusanera del gobierno y la derecha, es de agradecimiento.

5. ¿Qué hace el gobierno de Obama, el Fondo Monetario ( FMI), los multimillonarios de Venezuela y Colombia? Así como lo hicieron contra el gobierno de Chávez –en particular en 2002- aplicar programas económicos y políticos para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. ¿Qué hace la derecha encabezada por Carriles y Leopoldo López sino cumplir con la estrategia trazada desde Washington? La izquierda, por el contrario, con la experiencia de 2002, busca cerrar filas y enfrentar el golpe de Estado; pero al mismo tiempo le exige a gobierno de Maduro la aplicación de un programa radical que lleve a la expropiación de los golpistas que de hoy y los sin castigo en 2002.

6. Si llegara a caer en Venezuela el gobierno de Maduro sería un gigantesco paso del imperio yanqui para acabar con los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Argentina y de ser posible Brasil, en los que lleva algún tiempo desestabilizándolos. Contra Cuba, Nicaragua y Uruguay mantiene una estrategia más hacia adentro buscando estabilizar su política imperialista. No sólo busca enterrarlos en serio sino en serie porque han abierto sus mercados y su política con China, sino porque esos gobiernos (Chávez-Maduro, Morales, Correa, Kirchner, Lula-Rouseff) han mantenido posiciones antiimperialistas, muy distintas a otros gobiernos.

7. Por ello en México los lamebotas y traidores –a quienes les ha ido muy bien en estos últimos 20 años- alaban, aplauden o silencian la visita de Obama a México. ¿Para qué declarar algo contra “el patrón del dólar”, contra el que hoy manda en México, si luego como políticos o gobierno le van a besar la mano? Por ello, aunque se haya nacido en México (como cualquier territorio del mundo) vale más silenciarlo porque de su relativa independencia que se tuvo en los sesenta y setenta, hoy el mundo sabe que México –por lo menos desde 1982- es parte de la gusanera que se arrastra ante cualquier presidente yanqui, sea Obama, Bush, Clinton o Reagan.