Luis Malaver
Paradojas de la vida, quien nos alertó sobre el tiburón hace décadas decidió desde hace algún tiempo dejarse devorar por él y muestra al mundo entero las ventajas de haberse reseteado.
Pero uno tiene mucha responsabilidad en esto por dos cosas. Por creer que todos los cantantes que critican las injusticias sociales, el imperialismo estadounidense, la miseria, y tantas desgracias son como Alí Primera, quien creía y por lo tanto vivía y actuaba en consecuencia con lo que cantaba y no era como tantos, incluyendo a Rubén, un comediante de su propio espíritu.
Uno entiende a Juan Gabriel cuando se sienta y escribe una letra como Querida, a pesar de que, con todo el derecho que tiene a elegir como vivir su sexualidad, no sea una querida el objeto de su amor, cuestión de comodidad social, de costumbre, de que cada quien la amolde a su deseo íntimo; pero la política no es lo mismo, en ella, lo individual por diversos mecanismos se expresa en lo colectivo y atiende a múltiples interrelaciones.
Porque nos toca preguntarnos, más allá de sus canciones en qué militó Rubén, yo me quedé esperando que algo se moviera cuando fue Ministro de Turismo de Panamá, pero lo que pidió fue que se movieran los turistas a Panamá, cosa para la cual no hay que ser ningún creador importante como él. Y aquí viene la segunda. Uno espera que un creador de la talla de Rubén Blades diga siempre cosas creativas y no la tan cacareada de que Venezuela está dividida que raya en la imbecilidad.
Cuando venías a cantar antes de 1999, estimado cantautor, teníamos una pobreza que rondaba el 48% y una pobreza crítica que andaba por allí por el 23%; muchas personas no tenían la existencia social que para algunos efectos otorga la cédula de identidad, muchos jóvenes no podían estudiar en la universidad, los indígenas no existían, sino para explotarlos, robarlos y masacrarlos, había menos de 50 mil pensionados por el Seguro Social y vivimos la masacre de Cantaura, Yumare, Cararabo. Vivíamos la desgracia del analfabetismo…Y aquí me detengo porque la lista es larga; pero esta información no te la va a facilitar un experto en salsa devenido por obra y gracia de los medios de comunicación privados en prominente politólogo.
Ahhh, pero ni por asomo te diste cuenta de que esa era una verdadera división, quizás desde la tarima no se veía. Así dejas lo creativo para tus canciones y zas, como si fueras otro loro cualquiera repites las sandeces que mil veces repetidas se hacen ladilla.
Éramos felices y no lo sabíamos, Rubén, como dijo irónicamente Luis Britto García. Sólo te faltó decir en esa antología del lugar común de la dirigencia opositora que Maduro, al igual que Chávez, come niños; y eso no es justo. Justo es que expreses tu posición política; pero por qué tan ayuna de un mínimo de inteligencia y tan sesgada, a pesar de que hablas en tu carta de amplitud de puntos de vista.
Ahora, Rubén, y cuando el golpe de 2002 y cuando un chileno nacionalizado dijo que Chávez era el Presidente de Venezuela y la primera dama de Cuba, ¿qué dijiste?. Nada. ¿Estabas ocupado buscando papelitos de tercera en películas gringas de factura parecida? ¿Cuándo expulsaron a cientos de periodistas de los medios privados porque simpatizaban con el gobierno, cuando asesinaron a varios campesinos afectos al gobierno, muchos, cuando se hizo el referendo, cuando la oposición ganó gobernaciones, diputaciones, alcaldías, cuando cerraron VTV y un largo etcétera, dónde estabas?
Nada te decía de eso César Miguel Rondón, ni veías la televisión, ni leías nada. Mira qué represión tan brava que siempre caen, en su mayoría quienes apoyan al gobierno. Mira qué impunidad con la corrupción que en menos de un año de gobierno de Maduro hay más presos por corrupción que en los 40 años de democracia donde solo recuerdo a Eleazar Pinto, para quien, precisamente, José Ignacio Cabrujas pidió una estatua porque era el único corrupto que había caído preso y el chino de Recadi, más preso por chino que por corrupto…
Qué vaina, Rubén, seguiremos escuchando tus canciones, son nuestras, son de todo este continente y del mundo. Nunca le endosamos a los actores y a las actrices las maldades de los personajes que representan, ¿por qué tenemos entonces que endosarte a ti lo que canta el actor Rubén Blades en la tarima? Cantas tiburón y te bajas de la tarima y ya estás listo para ser su bocado.
Y por último no tenía noticia de tu total oscuridad con la matemática, los porcentajes, la geografía, o quizás pienses como César Miguel Rondón que su voto debe valer más que el de un pobre.
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