La economía venezolana, nació con un gran potencial, determinado por un fuerte nivel de exportaciones producto de la explotación desenfrenada a la que fue sometido el campo y los trabajadores venezolanos del sector, en la época colonial. Venezuela logró convertirse en el mayor exportador de café y cacao del mundo, sin mencionar otros rubros que jugaban un papel fundamental en la dinámica económica de la época a nivel mundial. Sin embargo, es al inicio del siglo XX en el cual ese potencial que se encontraba bastante desarrollado en función de la época, es disminuido casi a cero, por voluntad de factores imperialistas que empezaban a perfilarse dentro de un polo muy peligroso para todos los países latinoamericanos. Por su parte sería negar una realidad, atribuir la totalidad de la responsabilidad a los factores externos, que contribuyeron significativamente a nuestro nivel de dependencia económica, ya que a lo interno de nuestro país, fue el derrocamiento de Cipriano Castro y el inicio de la economía rentista petrolera, la cual permitió la destrucción de todo el aparato productivo del país. Nuestra economía e incluso nuestra soberanía alimentaria fue atada en su mayoría a los designios estadounidenses, de forma que todas nuestras exportaciones (de rubros no petroleros) disminuyeron de forma drástica de la misma manera,  en como aumentaron nuestras importaciones. Nos convertimos en una factoría petrolera dedicada a financiar el desarrollo y consolidación como potencias hegemónicas, a EEUU y Europa; mientras en nuestro país las actividades productivas se iban limitando unicamente al área petrolera que, sin embargo, no traía ningún beneficio a la sociedad venezolana, ya que incluso los trabajadores del sector, fueron sometidos a condiciones de trabajo, similares a las cuales se habían abolido en la lucha  por nuestra  independencia.

            Esto fue una historia que se fue prolongando a lo largo de todo un siglo, marcado por golpes de estado, a aquellos presidentes venezolanos y latinoamericanos que quisiesen ejercer la soberanía sobre los recursos naturales del país. Y es aquí donde se han incertado elementos modernistas, que intentan borrar nuestra memoria histórica, adjudicando la responsabilidad de los problemas de cada nación subdesarrollada, unicamente a los mandatarios progresistas de la región, que han llegado al poder al inicio del siglo XXI; los cuales hacen frente a estos problemas que se vinieron arrastrando durante mas de cien años (en el caso venezolano). Se ha pujado por desaparecer la memoria histórica de los pueblos, haciéndonos creer que nuestro atraso está determinado por nuestros orígenes indoamericanos y africanos; ocultando por su parte el verdadero origen del desarrollo estadounidense y europeo, el cual está marcado por el despojo de recursos a los pueblos que ellos llaman de forma despectiva tercermundistas. Un desarrollo que tiene una responsabilidad compartida, entre la voluntad expansionista occidental, y la corrupta sumisión de los caudillos americanos, a esos intereses imperialistas.

            Hasta el final del siglo XX, la historia nos cuenta y nos demuestra con sus hechos, que lo sucedido hasta ese momento no se hubiese llevado a cabo, sin la cooperación interna de nuestro país; es por ello, que no tiene sentido responsabilizar de los problemas estructurales de nuestra economía, a quien intentó subsanarlos, invirtiendo en la población, creando mecanismos para evitar la fuga de capitales del país, diversificando la economía a través del impulso de los distintos sectores productivos de la economía venezolana. Los mismos, que causaron estas distorsiones en nuestra economía, ahora acusan y no sólo evaden sus responsabilidades, sino que a su vez las reparten entre las personas que bajo el mando de Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro, han hecho un gran esfuerzo en potenciar el desarrollo económico del país.

            Antes, la problemática económica tenía su raíz en la gigantesca corrupción de un grupúsculo que manejó el poder a su antojo durante más de cien años, creando una crisis tan grande que su origen (la corrupción) se esparció por toda la sociedad, dando lugar a lo que hoy en día tenemos y de lo que  mucha gente se queja con razón, pero sin ver más allá de lo que introducen medios de comunicación y  los politiqueros en sus discursos, para manipular y sacar ganancias político-electorales de sus mismos fracasos, arrastrados desde el siglo XX.

            La corrupción en manos de estos politiqueros del siglo XX, dió paso a todas estas desviaciones de nuestra economía; sin embargo si nos detenemos por un momento, podemos observar que esa corrupción está regada por todos los sectores de la sociedad, y es por ello que es un absurdo atribuir las distorsiones de la economía venezolana exclusivamente al Gobierno Bolivariano, ya que las mismas persisten no por efectos de la desidia o la incapacidad de la Revolución, sino porque esta corrupción, que anteriormente se encontraba casi exclusivamente en la dirigencia política venezolana, ahora está regada por toda la sociedad, expresándose en los delitos que al día de hoy, el Estado venezolano debe combatir, como lo son: el contrabando, acaparamiento, especulación, usura, mercado paralelo de divisas, etc; problemas estos, que no se sostendrían, si no conviviésemos en esta sociedad corrompida por el sistema capitalista, y la destrucción que este, ha hecho de los antiguos valores presentes en la mayoría de la población venezolana, la cual se vió aún más fracturada con la llegada al poder de la democracia bipartidista, propagadora de una cantidad de eslóganes que calaron en el pueblo, llevando a la mayoría a proceder bajo estas premisas capitalistas, que desvalorizaron el trabajo e hicieron de la flojera, la decidia, y la corrupción uno de sus mayores valores, ¿o es que ya olvidamos cuando nos dijeron que era mejor jalar bolas en la sombra que escardilla en el sol, o que era mejor apoyar a los adecos, porque estos robaban y dejaban robar?

            Son males tanto materiales como inmateriales, heredados de una clase política sumamente irresponsable que hizo víctima a todo el pueblo venezolano, de sus caprichos y de las ambiciones expansionistas del imperio estadounidense; es por ello que sin un profundo cambio que parta desde la manera de pensar de cada individuo, estos problemas continuarán en cada uno de los sectores de la sociedad, pues mientras las políticas de la Revolución, dirigidas a subsanar estas cuestiones, no tengan un apoyo y un acompañamiento de todo el pueblo, seguiremos por el mismo sendero en el cual nos sumió la clase política y economica de la IV república.

            *Estudiante del PFG de Estudios políticos y de gobierno en la UBV.