Agencias

 

21-02-14.- El gobierno brasileño anunció este jueves un corte de gastos del presupuesto de 44.000 millones de reales (18.500 millones de dólares) y redujo fuertemente la previsión de crecimiento del PBI de 3,8% a 2,5% para 2014, a raíz de la lenta recuperación internacional.

El recorte era esperado, en momentos en que el mercado reclama al gobierno señales de control del gasto público y mayor solidez fiscal.
 

«El objetivo es la consolidación fiscal, que contribuirá a reducir la inflación y hacer viable un crecimiento sostenido del país», dijo el ministro de Hacienda, Guido Mantega.

En ese sentido, el gobierno se comprometió a no aumentar las exoneraciones fiscales con las que ha beneficiado a numerosos sectores en los últimos años para impulsar la economía. «2014 no prevé exoneraciones tributarias adicionales», señala el documento divulgado por el gobierno.

El recorte debe servir al Ejecutivo para alcanzar una meta de superávit fiscal primario (ahorro del gasto público para pagar intereses de la deuda) fijada en 1,9% del PBI para este año, el mismo valor que el logrado el año pasado. En 2012, el superávit fiscal primario alcanzó 2,39% del PIB, y en 2011, 3,11%.

Mantega justificó la baja del ahorro: «en períodos de crisis es más difícil obtener resultados primarios mayores».

El gobierno informó que prevé un crecimiento de la economía de 2,5% en 2014, contra 3,8% anteriormente. Mantega atribuyó la reducción a una recuperación «lenta» de la economía internacional y a la volatilidad que ha afectado a los países emergentes, tras la nueva política estadounidense de retirada gradual de los estímulos monetarios a su economía.

Brasil ha enfrentado tres años consecutivos de crecimiento moderado de su economía: 2,7% en 2011, 1% en 2012 y en torno a 2% el año pasado, según las estimaciones.

Operadores y analistas del mercado esperan un crecimiento de apenas 1,79% este año. El gobierno estimó que la inflación cerrará el año en 5,3%, frente al 5,91% del año pasado.

«El anuncio del gobierno repitió el de años anteriores, y mantuvo la misma meta de superávit primario del año anterior, que fue inferior a la fijada. No es un resultado que resuelve el equilibrio de las cuentas públicas. El Ejecutivo perdió la oportunidad de reconquistar la credibilidad de los inversionistas con una meta más ambiciosa», dijo a la AFP el economista jefe de Austin Rating, Alex Agostini.

«Contención de gastos, ampliación de las inversiones, y mantenimiento de los programas sociales» es la fórmula del gobierno para su recorte, dijo el ministro de Hacienda. El ministerio que mayor recorte sufrirá es el de Defensa, por unos 1.450 millones de dólares.

Mantega presentó un gigantesco plan de inversiones para este año por más de 280.000 millones de dólares en infraestructuras, por parte del sector privado y público.

Brasil tendrá en menos de cuatro meses la Copa del Mundo de fútbol, e intenta poner al día sus carreteras, aeropuertos, puertos, vías férreas y sector petrolero, también en preparación de los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio. «La locomotora del crecimiento será la inversión», dijo.

Brasil celebra asimismo elecciones presidenciales este año, y la actual presidenta, Dilma Rousseff, de 66 años, es por ahora favorita a la reelección.

Mantega aseguró que el recorte fue decidido «sin mirar» a las elecciones. El presupuesto de gastos brasileño asciende a un billón de reales, unos 420.000 millones de dólares.