Roberto Santos

 

La Argentina es un país con una sociedad y una dirigencia política capitalistas bastante particulares. Su esencia es el autosuicidio político caracterizado por sucesivos desplazamientos de los presidentes antes del mandato constitucional. Esta maniobra se realizaba «normalmente» mediante golpes de estado militar; ahora a través de conspiraciones  ideadas por los poderes fácticos economicos transnacionales y nacionales, que generan las condiciones  propicias para forzar la renuncia de un mandatario.

En las ultimas tres decadas de democracia representativa hemos observado las salidas de los presidentes Ricardo Alfonson (UCR), Fernando De La Rua (UCR), Adolfo Rodríguez Saá (PJ) y Eduardo Duhalde (PJ), quienes bajo diversas circuncias debieron entregar anticipadamente su banda presidencial a un sucesor. El capitalismo feudal caracteristico de la Argentina ha sido el modo de gobierno elegido por los poderes reales para dominar las estructuras económicas, políticas y sociales que garanticen el saqueo sistematico de los recursos energéticos, alimentarios y minerales alojados en territorio argentino. Estos fabulosos recursos deben ser garantizados por los gobiernos de turno  a sus saqueadores, para que sus presidentes{gerentes se mantengan sin turbulencias y con «gobernabilidad» asegurada hasta el final del periodo establecido.

Luego del triunfo de Cristina Fernández con el 54% de los votos en las elecciones presidenciales del 2011, comenzo sin ambrago un nuevo trabajo de demolicion politico- mediatica para horadar la investidura presidencial y el gobierno de la presidenta argentina. Esta estrategia de los propietarios de la riqueza del país se aceleró a partir de la derrota electoral del 27 de octubre y se vio facilitada por las medidas economicas tomadas por el propio gobierno, quien asegurando la fuga y remision de ganancias de las corporaciones extranjeras y mediante el «pago serial» de los vencimientos de la deuda externa,  desangró las reservas monetarias en divisas del Banco Central.

Una vez producida la averia y asegurando las ganancias de las empresas mediante contratos y cencesiones petroleras, acuerdos de precios de algunos productos y dejando a la voluntad de los empresarios oligopolicos la fijacion de casi todos los productos de consumo, el gobierno comienza a desacreditarse como nacional y popular y esta tomando las medidas aconsejadas por quienes desean, precisamente, eyectar del sillón a Cristina Kirchner, ausente desde su repentina enfermedad del conflictivo escenario  político.

Varios son los indicios que aseguran un adelantamiento del llamado electoral para finales del 2014, dada la lógica de un capitalismo impaciente que no desea esperar a diciembre de 2015 para implementar completamente sus politicas neoliberales a costa del salario de los trabajadores. Estos, esperan ilusionados, a un gobierno que defienda cabalmente sus intereses y que se ven desilucionados nuevamente ante los retrocesos del kirchnerismo en su etapa de retirada forzosa.