Julio C. Gambina
Rebelión

 

Empezó el 2014 con algunas novedades anunciadas por el gobierno en materia de política económica.

Una de ellas remite a un nuevo acuerdo transitorio de precios. Otra a sanciones a las empresas distribuidoras de energía. Finalmente se anunciaron centenares de objetivos y metas para el presente año.

 

Aumentos y acuerdos de precios

 

Sobre los precios, vale registrar que el anuncio solo involucra un conjunto de productos y aplicables a la zona metropolitana. El interior profundo del país deberá esperar mejor ocasión.

La antesala del anuncio se presentó con incrementos del boleto del transporte de pasajeros en el Gran Buenos Aires, del precio de boletos de avión, los aumentos de las naftas y los peajes. Todos en cifras muy por encima de los registros oficiales de evolución de los precios, e incluso de lo que indican fuentes privadas, en general opositoras al gobierno.

Más allá del acuerdo de precios, queda claro que el año comienza con aumentos que inciden en la capacidad de gasto de la mayoría de la población, especialmente los perceptores de ingresos fijos. Es una situación que anticipa importantes debates salariales en cuanto se habiliten las negociaciones colectivas, y entre ellas destaca la paritaria docente con la incertidumbre de todos los comienzos de año relativa al inicio de las clases.

 

El estado y las empresas eléctricas

 

Respecto de las eléctricas, y aun persistiendo el problema de los cortes de luz y agua para algunos usuarios, el Ministerio de Planificación anunció un conjunto de multas a las empresas y resarcimientos a usuarios afectados, incluyendo sanciones retroactivas a similares episodios de años anteriores.

El anuncio incluye la posibilidad de rescisión de los contratos. Las medidas expresan una clara intención de hacer responsables de los cortes a las empresas.

Lo que se omite es hacer un balance crítico del accionar del ENRE, el ente de control, con escasa capacidad de incidir en la prevención de la crisis.

Pero aún más, se requiere apuntar al conjunto de la política energética, lo que requiere discutir desde la producción a la distribución de la energía. Ello no solo es electricidad, sino también petróleo o gas.

Ese fue precisamente el colofón de la exposición de De Vido, resaltando la potencia del yacimiento Vaca Muerta, especialmente en materia de gas. Aun resolviendo el abastecimiento energético del verano y los picos de demanda, la realidad es que la crisis energética ocupará buena parte de las discusiones del presente año.

 

Objetivos y metas 2014

 

En cuestión de objetivos y metas resaltan el fuerte crecimiento esperado para la economía, como la consolidación de un importante saldo comercial estimado en 10.124 millones de dólares, con exportaciones por más de 94.000 millones de dólares.

Los anuncios trascienden la economía, pero entre ellos resalta la afirmación de un modelo productivo que tiene epicentro en el extractivismo. En efecto, en materia agrícola se anuncia el objetivo de lograr un incremento del 20% en la producción de trigo con una meta a lograr a 11 millones de toneladas, al mismo tiempo que se sostiene una meta de 115 millones de toneladas para cereales y oleaginosas en la perspectiva del 2015.

Queda clara la continuidad en la soja y sus derivados como producto central del complejo agrícola del país, base esencial de la expansión de las exportaciones. Pero no solo agro en los anuncios, también la minería se presenta con una expectativa de inversiones externas por 3.800 millones de dólares.

La primarización y el extractivismo aparecen en el primer plano. Los anuncios relativos a política social expresa los límites estructurales de la economía argentina.

Entre otros, se aspira a un desempleo del 6,3% muy lejos de los valores históricos.

En materia de trabajo no registrado se aspira a que sea menor a 32,5%, dando cuenta de las dificultades para regularizar el empleo y terminar con la impunidad empresaria en la contratación irregular de la fuerza de trabajo.

La Asignación Universal por Hijo se incrementará para llegar a 4.501.939 beneficiarios, consolidándose como la principal política social y el mantenimiento del problema estructural de la pobreza.

Todos los anuncios denotan preocupación gubernamental ante las protestas y reclamos del fin de año, sea por la carestía de la canasta de consumo cotidiana o los cortes de electricidad y su impacto en zonas urbanas.

Se pretende incidir en la prevención del conflicto social que tiene eje en la disputa por el ingreso. Insistamos, un tema que aparece en el centro de la agenda de política económica a comienzo del 2014.