Rebelión

 

Las organizaciones sociales, entre las cuales nos encontramos: la Confederación de Estudiantes Universitarios y Politécnicos del Ecuador (CEUPE), la Coordinadora Nacional Campesina “Eloy Alfaro” (CNC), la Confederación de Organizaciones Campesinas y Pueblos (FEI), la Confederación Intercultural y Campesina del Ecuador “Amaru”, la Asociaciones Regionales de Estudiantes Secundarios (ARES), el Movimiento Socialista Universitario (MSU), el Frente Democrático Universitario (FDU), la Coordinadora Alternativa de Jóvenes y Estudiantes del Ecuador (CORAJE), Movimiento Juventud Contracorriente, la Juventud Socialista del Ecuador y la Juventud Comunista del Ecuador, expresamos nuestra preocupación por el inicio de las negociaciones de un acuerdo comercial con la Unión Europea.

Dicha preocupación se basa en la posibilidad de que nuestro país pierda parte de su soberanía productiva, cognitiva, alimentaria, económica y política, pues los tratados comerciales tienden a favorecer a los más fuertes y desarrollados.

En lo referente a la posible pérdida de soberanía productiva, los sectores más afectados por acuerdos de este tipo son los pequeños y medianos productos agricultores y ganaderos que se verán en la imposibilidad de competir con los productores de la Unión Europea, al ser los mismos fuertemente subvencionados. El campesinado nacional perderá competitividad a la hora de colocar sus productos en el mercado con lo cual se afectará el empleo local, tal como lo han demostrado las experiencias de nuestros países vecinos, Perú y Colombia, así como el caso de México.

Adicionalmente, la industria nacional se verá en la imposibilidad de competir con las grandes industrias de la Unión Europea, las cuales al tener cero aranceles para la entrada de sus productos al mercado local, tendrán menores precios y el consumo se volcará hacia dichas mercancías, acabando con el empresariado local que depende de esa actividad productiva. Asimismo, la demanda de mano de obra, intelecto de obra y servicios locales decaería pues los productos europeos poseen un alto componente tecnológico y científico que aún se encuentra en ciernes en el país. Nuestra transición productiva se pone en riesgo.

En lo referente a la soberanía cognitiva, consideramos que la propiedad intelectual de ninguna manera puede considerarse como una “moneda de cambio” en la negociación. De la posibilidad de contar con una gestión del conocimiento abierto depende el desarrollo de la innovación, la ciencia y la tecnología en el país. Aumentar las barreras de acceso al conocimiento implicaría que nuestro país no podría generar productos con valor agregado intensivos en conocimiento y con ello la transformación de nuestra matriz productiva sólo sería una buena propuesta sin posibilidad de ser aplicada. Todos los logros que el actual Gobierno ha implementado en el sector de talento humano, investigación, innovación y educación superior no tendrían sentido con un régimen de propiedad intelectual privatizador del conocimiento y sus beneficios.

Dentro de esta misma temática, también nos parece fundamental la conservación y uso de nuestra biodiversidad y saberes tradicionales para el beneficio de todas y todos los ecuatorianos. De ninguna manera podemos legitimar la biopiratería y la apropiación sin “beneficio de inventario” de nuestra riqueza natural y tradicional.

En lo referente a la soberanía económica, se intenta posicionar que el mencionado acuerdo mejorará nuestra balanza comercial, sin embargo dada la asimetría de nuestras economías, y tal como lo han demostrado las experiencias de Perú, Colombia y México, la avalancha de importaciones que ingresarán a nuestro país provenientes de potencias económicas será muy superior a las exportaciones que podamos realizar. Así no podremos aumentar y diversificar dichas exportaciones con mayor valor agregado, con lo cual el déficit de la balanza comercial será aún mayor.

Entendemos la importancia y la necesidad de abrir mercados para exportar nuestros productos, sin embargo esto debe realizarse con inteligencia y de manera que diversifiquemos dichos mercados con total soberanía.

Consideramos que es fundamental el fortalecimiento de las relaciones SUR – SUR, donde las agendas comerciales sean sólo una parte del desarrollo social y emancipador. Creemos en la integración latinoamericana como una alternativa fundamental para propiciar el desarrollo colectivo y cooperativo de nuestros pueblos en el marco de nuestras diferencias y fortalezas. Es fundamental fortalecernos como región antes de abrirnos apresuradamente al mundo.

Por todo eso los estudiantes, indígenas, campesinos y afrodescendientes de nuestro país ratificamos la importancia de apostar por un modelo de desarrollo propio, que fortalezca las capacidades productivas locales, que priorice el fortalecimiento del sector de la economía popular y solidaria como una alternativa para distribuir de mayor y mejor manera la riqueza de nuestro país, y por sobre todo que garantice el buen vivir de las y los ecuatorianos.

Señor Presidente, respaldamos la postura que ha expresado con frecuencia en la opinión pública, y en sus investigaciones académicas, en el sentido que jamás firmaremos un “Tratado de Libre Comercio” con la Unión Europea, en las condiciones que las viejas recetas del “Consenso de Washington” los han diseñado. Estamos seguros que nuestras líneas rojas, en lo referente a: propiedad intelectual, compras públicas y servicios financieros, así como en la protección de nuestros campesinos, estudiantes, investigadores, productores nacionales, prevalecerán al momento de tomar esta decisión tan trascendental para el futuro de nuestro país.

Hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales, a los sectores productivos y a la ciudadanía en general para ser parte del debate nacional y participar activamente en la toma de esta decisión. Adicionalmente hacemos un llamado al Ministerio de Comercio Exterior para que socialice y transparente todos los términos y puntos de negociación para conocimiento del país en su conjunto.

La “transformación de nuestra matriz productiva”, y la posibilidad de pasar de una “economía de los recursos finitos a los recursos infinitos”, depende esencialmente de no “hipotecar” la Patria ante pequeños intereses propiciados fundamentalmente por un sector rentista que solo puede imaginar al país como una banana república para siempre, tal como menciona en su libro. Ante aquello estamos seguros que Usted también lucha por un Ecuador verdaderamente libre y soberano.