Washington Fernández
Es frecuente asistir a las noticias relacionadas con los encuentros de los presidentes de países que integran el bloque regional del MERCOSUR integrados por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y el flamante nuevo miembro, Venezuela.
Organizar una reunión cada 6 meses no debiera ser una tarea demasiado compleja luego de 15 Cumbres presidenciales, aunque en más de una oportunidad la sincronización de agendas dificulta que un mismo día y en un mismo lugar, se encuentren 5 mandatarios.
El ingreso de Paraguay al MERCOSUR es sin dudas un problema antes que una profundización y ampliación de la integración, pues el gobierno de ese país es una ficha al servicio de los intereses de EE UU.
Pero más problemático es la falta de entendimiento entre Argentina y Uruguay (quien de los dos tendrá razón?) o entre Brasil y Argentina. No es necesario de las intrigas del imperio para crear trabas a la complementación y cooperación en materia económica.
Otro tanto ocurre con las denominadas «Cumbres Sociales», reuniones de un pocos grupos sociales y ONGs poco representativas que se encuentran días previos a las reuniones de presidentes y en las que se realiza una especie de propuestas inconducentes sobre problematicas que persisten en cada uno de los países y que se mantienen en el tiempo.
Así, los encuentros presidenciales son una especie de ritual mediático y retórico que no producen impacto en la realidad y que se utilizan como plataforma para enfrentar al poder de las corporaciones, quienes desde hace varios años van ganando la batalla discursiva desde los medios de comunicación.
Los procesos de integración se han debilitado desde las ausencias físicas de los presidentes Kirchner y Chávez, quienes junto a Lula, le daban volumen político al MERCOSUR que ahora se ha enredado en rencillas domésticas por migajas, desdibujándose y haciéndole el juego al enemigo de los pueblos.
Las cumbres de presidentes son como tubos de oxígeno para respirar en el mar de neoliberalismo que aún hegemoniza la política cotidiana de los ciudadanos del Sur.
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