Alfredo Jalife
David Ignatius, confidente de Obama ( The Washington Post, 22/1/14) evalúa el «problema de los mercados emergentes», mientras se mofa de quienes se precipitaron en «exagerar» el declive de Estados Unidos (EU).
A su juicio, la «moda» de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) empieza a declinar cuando los «datos económicos fundamentales de EU son mucho más poderosos de lo que parecían, mientras los de los BRICS son más débiles».
Ignatius, estupendo analista geopolítico de origen armenio, se extravía en su confusión entre datos financieros y económicos. Las finanzas artificiales de la dupla anglosajona –vinculadas a los bancos centrales de Israel y la Reserva Federal (http://www.jornada.unam.mx/2014/01/22/opinion/020o1pol)– aplastan a los BRICS, los cuales ostentan cada vez mejores «datos económicos», si se siguen las tendencias globales de sus respectivos PIB (producto interno bruto) en los recientes cinco años.
La tónica de los desinformadores multimedia anglosajones consiste en apalear sin misericordia a los BRICS, lo cual es un deporte nacional de la revista británica The Economist, el rotativo neoliberal británico The Financial Times y las revistas de EU Foreign Affairs/ Foreign Policy, mientras los multimedia de Rusia y China persisten en alabar sus hazañas económicas, como Russia Today (21/1/14): «los países BRICS liderarán el crecimiento mundial en 2014, según las previsiones del FMI» que consideran. Una cosa es el «crecimiento económico» que ostentan los BRICS y otra es la «burbuja financierista» que impera en el G-7 y sus satélites.
Ignatius se basa en datos meramente financieristas, como el índice de los mercados emergentes de Morgan Stanley, que cayó 5 por ciento comparado con una ganancia de casi 30 por ciento del índice Standard&Poor’s 500. Sustenta básicamente su pesimismo hacia los mercados emergentes en la voltereta espectacular del economista Antonie van Agtmael, quien acuñó el término y ahora pasa por una desgarradora fase «revisionista»: «el desaliento y el temor sentidos por muchos en EU se encuentran fuera de lugar. De hecho, existen signos tempranos de que EU puede estar recuperando alguna (sic) parte de su competitividad perdida en manufactura y que China está perdiendo terreno».
Cita el reporte de Goldman Sachs: «Mercados emergentes: cuando la ola se desvanece» (http://es.scribd.com/doc/202638933/Reporte-Goldman-Sachs), uno de los mega-bancos consentidos por el sistema financierista israelí-anglosajón, que espera un «subdesempeño y una elevada volatilidad en los próximos cinco a 10 años».
¿Arrecia la «guerra financiera» de EU contra los BRICS y «mercados emergentes» para sostener como sea a su frágil dólar?
Mata de risa la «revisión de las placas tectónicas estructurales de los principales mercados emergentes» que difunde el vilipendiado banco Goldman Sachs (del que Robert Zoellick, ex presidente del Banco Mundial y subsecretario de Estado, es presidente de sus consejeros internacionales) sobre los BRIC (sin Sudáfrica), por lo que aconseja una «reducción limitada (sic) en la asignación estratégica de activos a los mercados emergentes a largo plazo».
Goldman Sachs concluye que la próxima «reubicación de capitales de los mercados emergentes» será consecuencia de la reducción de la polémica impresión masiva de dólares por la Reserva Federal conocida como quantitative easing: QE.
Ignatius cita también un reporte de la Academia de Ciencias Sociales de China; en una interpretación antichina y pro occidental de The New York Times (http://www.nytimes.com/2013/12/25/business/international/report-faults-increase-in-chinas-local-government-debt.html?_r=0) que abulta los datos negativos por encima de los positivos de la deuda gubernamental local (una «burbuja municipal de crédito»), que alcanzó el “nivel alarmante de 3.3 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón) a finales de 2012: «el doble de 2010».
Hoy se ha vuelto una cacofonía de los multimedia occidentales pronosticar el «estallido de la burbuja china» con base en el descenso relativo de su PIB: 7.7 por ciento (2013) a 7.5 por ciento (para 2014) cuando EU, la Unión Europea y Japón exhiben patéticos PIB.
Ignatius aduce que mientras los competidores de EU tropiezan, la otrora superpotencia multipolar ha retomado su rumbo gracias a los “notables descubrimientos del nuevo petróleo/ shale gas (lutitas/esquisto/grisú) que han reducido la vulnerabilidad (sic) energética de Washington y la han convertido en un país manufacturero relativamente de bajo costo”.
Pareciera que una parte sustancial de la política multidimensional de EU se (con)centra excesivamente en apostar a su pretendida cuan polémica “revolución energética del shale gas”.
La burbujeante especulación del gas shale está contribuyendo en EU a un respiro económico notable con disfraz financierista (en el que colabora lastimosamente la captura de las reservas de hidrocarburos del “México neoliberal itamita”), pero su grave problema radica en que cada vez existen mayores evidencias contrarias de que se trate de una burbuja de la especulación financierista de Wall Street.
No han sido buenos tiempos para los mercados emergentes –en especial, la muy cantada «guerra de divisas» (Bajo la Lupa, 12 y 19/9/10, 21/11/10 y 17/8/11), deliberadamente provocada por EU, que todavía controla el mundo financierista y busca mantener la prevalencia del dólar frente al surgimiento multipolar de otras divisas poderosas, como el yuan de China.
En términos financieristas, enfocados a las divisas, el dólar ha recuperado su poderío frente al euro y ha vapuleado literalmente a las divisas de algunos países emergentes miembros del G-20, como Argentina, Brasil, Turquía e Indonesia, a lo que no se ha escapado su «aliado», el “México neoliberal itamita”.
Tanto la crisis de 2008, provocada por EU, como su inyección diluviana de liquidez (85 mil millones de dólares al mes), y ahora con el inicio de una sequía de liquidez global (con el cese de la compra de 10 mil millones de dólares al mes por la Reserva Federal), están contribuyendo al reacomodo/flujo/reflujo de los capitales en todo el mundo.
La sequía de liquidez, que ha iniciado dramáticamente, redirecciona los flujos a la banca de Wall Street, en detrimento de los mercados emergentes, que sufren todas las fases calamitosas del estratagema centralbanquista/monetarista/financierista de EU que inflige un grave daño a las economías tanto de sus aliados como de sus «competidores».
Un estudio del FMI expone que los efectos de la QE por la Reserva Federal condujo a un flujo de 470 mil millones de dólares a los mercados emergentes ( The Daily Telegraph, 27/1/14). Es evidente que un reflujo de esos fondos, que ya empezó, provoca(rá) graves turbulencias en las divisas de los «mercados emergentes», lo cual se acentuará con los ceses incrementales de la QE de la Reserva Federal: el «síndrome Argentina» con o sin Cristina. El diagnóstico correcto de la realidad económica (con las verdaderas finanzas traducidas de su desempeño) de EU emergerá cuando estallen sus burbujas financieras y se decante su genuina situación frente a sus competidores, hoy transitoriamente vapuleados, de los BRICS y los «mercados emergentes».
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