Aún cuando hubo una victoria chavista en 256 alcaldías de las 335 municipios del país, incluyendo Caracas, los medios de comunicación privados han insistido en presentar a la derecha como triunfadora, para ocultarle a la opinión pública su propia derrota como instrumentos de propaganda opositora en contra de la Revolución Bolivariana.
Con unas matemáticas muy flexibilizadas, el mensaje de supuesta victoria expresado insistentemente en las primeras planas de la llamada «gran prensa» ha sido a la vez multiplicado por estaciones radiofónicas, canales de televisión y viralizado en los sitios web y redes sociales como Twitter, para evidenciar una vez más la costumbre de las empresas de comunicación del país que desde el triunfo del comandante Hugo Chávez en 1998 han asumido ese papel de factores políticos, entrecomillado en aquella tristemente célebre frase de los golpistas de 2002: “Gracias medios de comunicación”.
“La MUD aspira contar con alcaldes que gobiernen al 60% de la población”, tituló en portada el diario Tal Cual el viernes 6 de diciembre, dos días antes de la elección municipal que la derecha intentó convertir en un plebiscito contra el presidente Nicolás Maduro, elegido por la mayoría del pueblo venezolano en abril de este año.
Sin embargo, los resultados demostraron lo contrario. En el primer boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE) —con 97,52% de la actas transmitidas— el chavismo obtuvo 5.111.336 votos, mientras que las organizaciones de derecha sumaron 4.435.097. Al término de la jornada electoral, el mapa del país se vistió una vez más de rojo, 256 alcaldías conquistadas las fuerzas revolucionarias, mientras que la llamada Mesa de la Unidad (MUD) obtuvo 75, condición que obligó a la coalición de derecha a renovar su dirección.
Esta victoria del chavismo no fue reconocida como tal en las portadas de los principales diarios del país, que el día posterior a la elección, el lunes 9 de diciembre, abrieron sus ediciones con los titulares “Victoria pírrica” (Tal Cual), «Oposición recupera espacios en capitales» (El Universal), “Oposición avanzó en las grandes ciudades” (El Nacional), “Mucha paz y pocos votos” (Diario 2001).
Dichos titulares forman parte de la estrategia de hacer ver al derrotado como victorioso, reforzar la matriz de una poca participación en los comicios y además un supuesto clima de ingobernabilidad que pudo generar una eventual suspensión de las elecciones.
La realidad es que la participación en los comicios fue de 58,92%, superior a las elecciones municipales de concejales y miembros de juntas parroquiales de 2005, cuando la concurrencia a las mesas electorales fue de 30,81%. A este hecho se agrega que en esta oportunidad en 71% de las ciudades más grandes del país fue contundente la victoria de las fuerzas chavistas en las alcaldías y concejos municipales, tal como lo resaltó el presidente Nicolás Maduro durante un acto masivo en Aragua el pasado jueves 12.
La invisibilización del triunfo revolucionario se extendió en la prensa escrita hasta los días 10 y 11 de diciembre, con enunciados como “La mayoría no votó por candidatos del gobierno” (El Nacional) y “Sólido avance de la oposición” (El Nuevo País).
El pasado miércoles el canciller y vicepresidente político, Elías Jaua, resaltó que el 8 de diciembre fueron vencidas también las acciones desestabilizadoras emprendidas por la derecha «para generar condiciones para la violencia», mediante la guerra económica contra el pueblo venezolano y el desconocimiento del Gobierno Nacional.
Señaló la alta participación puesta de manifiesto incluso por parte de los electores que siguen a la opción opositora, que en algunos municipios alcanzó más de 60%, como una muestra de la derrota a las aventuras políticas violentas marcadas en la agenda conspiradora de algunos sectores opositores.
Mientras la derecha, a través de sus medios de comunicación, continúa llenando las portadas de los impresos con mensajes distorsionados, la democracia venezolana reafirma su fortalecimiento en unos comicios pacíficos donde el pueblo venezolano manifestó nuevamente su confianza en el Poder Electoral, que en esta oportunidad no fue tan atacado por la oposición como ocurrió en los comicios presidenciales de abril.
Al respecto hay que recordar que dichos ataques y llamados a la desestabilización devinieron en los sucesos del 15 y 16 de abril, en los que fueron asesinados venezolanos por la irresponsabilidad de la derecha, al promover el odio y el desconocimiento de los resultados electorales.
Pasadas las elecciones municipales y los indiscutibles resultados, las portadas sostienen el ataque constante contra el proceso chavista, una tarea en la que ya llevan 15 años.