A partir del 08 de diciembre hemos dado inicio a la nueva etapa de la revolución Bolivariana y Chavista. Ya nadie puede negarlo; aun en el más elevado estado de disociación, nadie puede negar que el pueblo venezolano es mayoritariamente revolucionario.

El pueblo se ha dado una vez más el tipo de gobierno que desea, y por ende ha decidido el futuro que avizora. Un futuro donde todos tengamos las mismas oportunidades. En un modelo socialista que pida de cada quien según sus capacidades y le proporcione a cada quien según sus necesidades.

Los tiempos permisivos han de cesar, por lo que todos esperamos que las acciones de gobierno contra la corrupción y la especulación que permitieron recuperar los espacios perdidos, no se detengan, y por el contrario, se intensifiquen.

Nuestro presidente reconoció públicamente que estas acciones debieron llevarse a cabo con anterioridad, lo que es absolutamente cierto. Sin embargo, a pesar de haber actuado con retardo, se demostró que es necesaria la ofensiva económica contra los grandes poderes que estaban creando el caldo de cultivo para el desvanecimiento del proceso revolucionario. También es muy cierto que hay acciones pendientes, acciones que no se han tomado y mantienen en peligro a la revolución.

El pueblo cumplió… demostró su lealtad a nuestro Comandante Eterno y acudió a las urnas de votación para aplastar el fascismo de ultraderecha. Ahora es el momento de que nuestros gobernantes demuestren su compromiso, tanto para con el pueblo como para el Líder Supremo de esta revolución. Este compromiso es mandatorio y a todo nivel. Desde el mismo Presidente Nicolás Maduro, pasando por su cuerpo de Ministros, presidentes de instituciones, gobernadores, alcaldes, etc.

Nuestro Presidente Maduro, es quien lleva sobre sus hombros mantener el legado de Hugo Chávez. Esta responsabilidad no es cualquier cosa, pues de esto depende no solo el futuro de nuestra nación, sino el de América toda y porqué no, el del mundo entero. Todos, incluyendo las generaciones futuras, dependemos de la consolidación de la revolución Bolivariana y Chavista.

Basta de retardos, es hora de actuar a todo nivel. Es hora de actuar con fortaleza contra las empresas privadas especuladoras y contra las empresas públicas ineficientes. Una de esas acciones retardadas es la limpieza de nuestras instituciones. El gobierno venezolano está al corriente de que todas las instituciones del estado están infiltradas por la derecha, pero lo grave del asunto es que los cargos de alto nivel y decisorios están tomados por los enemigos de la revolución, quienes estratégicamente trabajan de manera ineficiente y facilitan la corrupción. Es hora de que se revierta esta situación, pues de no ser así, habrá sido en vano el apoyo popular.

No se puede llamar revolucionario aquel funcionario que deja altas responsabilidades en manos de alguien que no cree en el socialismo. No es revolucionario quien no es justo, honesto ni solidario. No es revolucionario quien prefiere que su amigo o familiar de derecha asuma el compromiso que puede asumir un camarada.

Es hora de hacer la verdadera revolución…

¡Independencia y Patria Socialista, viviremos y venceremos!

richardchaconb@gmail.com