Adán Chávez Frías
Aquí está, la tercera y última parte del discurso emitido en la hermana república de Argentina:
Recordemos que su única derrota, en lo militar más no en lo político, fue la de la insurgencia de 1992, la cual le permitió llegar posteriormente al poder por la vía electoral y popular, obteniendo una legitimidad indiscutible. En el libro del escritor, Ignacio Ramonet, llamado: “Chávez: Mi primera vida”, éste le preguntaba: ¿Cuestionaba el carácter democrático de la República de Venezuela?. Chávez contestó lo siguiente: “Absolutamente. Nuestra rebelión del 4-F derrumbó el mito aquel de -Venezuela, la democracia más sólida de Latinoamérica-. Era una falsa construcción teórica que trataba de definir aquel régimen como un sistema establecido de manera permanente. Nosotros denunciamos que, sobre ese falso equilibro y al amparo de un Estado corrupto, se habían formado inmensas fortunas y, consecuentemente, la miseria de una gran parte del pueblo. Hablábamos de la imperativa necesidad de una –nueva práctica democrática-. Entendida ésta como un proceso en marcha, impulsado por diversas fuerzas liberadas y, entre ellas, principalmente nuestro MBR-200…” (Movimiento Bolivariano Revolucionario 200)
“…Había un sofisma que también deseábamos desmontar: muchos gobiernos de Latinoamérica pregonaban la participación “popular” como componente básico de las “políticas democráticas”. Nosotros denunciamos, en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, que esa participación no podía ser entendida como una obra de caridad limitada a los asuntos intrascendentes, donde se le cerraban a las clases populares su capacidad de tomar decisiones en aspectos vitales para su desarrollo y bienestar…”
“… Proponíamos que el pueblo pasara directamente a gobernarse a través de los consejos comunales, del Poder Popular y de las Comunas. Tres instancias que íbamos a crear, y que creamos después de 1999. De ese modo cambiábamos el concepto mismo de democracia. Ésta dejaba de ser solo representativa y, además de ser participativa, pasaba a constituirse plenamente en protagónica”.
En todo su transitar, junto a su pueblo por alcanzar los ideales bolivarianos… lo que él en algún momento denominó la “utopía concreta”, basado en tres raíces históricas: Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, entendía que no se abriría camino, hacia una verdadera democracia, participativa y protagónica, si se aventuraba encerrado en las fronteras de su país. Bolívar nunca aceptó esa idea, Chávez tampoco.
Nuestro comandante estaba sumamente claro a lo que se enfrentaba, luego de asumir la presidencia de Venezuela en 1999; a un mundo cerrado para aquel que no formase parte del libre mercado, de los capitales. Era enfrentarse a quienes miraban con recelo la solidaridad entre los pueblos, la muy válida necesidad, por pequeña que fuese, de oponerse a las pretensiones del imperio del norte. Pero Chávez tenía amplios conocimientos histórico – geográficos que le permitieron desarrollar la idea de una audaz y consecuente geopolítica antiimperialista. Fortalecer a Latinoamérica fue su mejor y más legítima forma de fortalecer nuestro país y de encaminarnos a todos con franca hermandad, a una vía clara hacia la verdadera integración, a la unidad nuestroamericana, para lograr la consolidación de un mundo pluripolar.
Al ganar las elecciones del 7 de Octubre de 2012, con el 57% de los votos del pueblo venezolano, Chávez ratificó que se iniciaba un nuevo ciclo para la Revolución Bolivariana, dejando profundas reflexiones e indicaciones para Venezuela y el Mundo. En un librito de modesta impresión llamado: “Golpe de Timón”, el cual recoge el mensaje que le diera a todo su gabinete de ministros (as), pocos días después de haber alcanzado la victoria, Chávez dijo: “Entonces venimos con el tema de la democracia, el socialismo y su esencia absolutamente democrática. Mientras que el capitalismo tiene en su esencia lo antidemocrático, lo excluyente, la imposición del capital y de las élites capitalistas, el socialismo no. El socialismo libera; el socialismo es democracia y la democracia es socialismo en lo político, en lo social, en lo económico… De unos factores que son determinantes en la transición: uno de ellos es la transformación de la base económica del país para hacerla esencial y sustancialmente democrática, porque la base de la economía de un país capitalista no es democrática, es excluyente…”
Anteriormente también afirmaba: “A las sociedades las dividió el sistema económico que se les impuso, eso es lo que divide. Ahí está el factor desintegrador más potente de cualquier grupo humano, de cualquier sociedad, el sistema económico capitalista”.
A lo largo de estos 14 años de revolución en Venezuela, hemos venido avanzando considerablemente en el logro de importantes aspectos sociales, políticos y económicos, los cuales han sido reconocidos por organismos internacionales, por ejemplo, como uno de los países menos desiguales de Latinoamérica. Los índices de pobreza en Venezuela, desde la década de los 90 hasta la actualidad, han descendido de 24% a 7.1%. Otro índice trascendente como la tasa de desempleo, se ha modificado considerablemente; cuando llegó el presidente Chávez a la presidencia se encontraba en 16.1% y en septiembre pasado se ubicó en 7.8%, traduciéndose este porcentaje en la inclusión de más de 4 millones 400 mil venezolanos en puestos de trabajo, desde 1999 hasta 2013. Hemos cumplido con uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, suscrito en el año 2000 por parte de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, que es erradicar la pobreza extrema y el hambre; y somos, además, el quinto país en el mundo con mayor cantidad de jóvenes inscritos en estudios superiores o universitarios. Eso solo por nombrar algunos logros.
En definitiva, basándonos en estos preceptos que pude esbozar para ustedes de una manera muy resumida, podemos decir que el legado, pensamiento y acción de Hugo Chávez fueron orientados, como lo decía el guerrillero heroico, Ernesto Ché Guevara, por “infinitos sentimientos de amor”. Amor entrañable por su pueblo, en el que reencarnó, porque hoy Chávez es un pueblo entero; es el pueblo venezolano, pero también es el pueblo argentino, el pueblo boliviano, ecuatoriano, brasileño, paraguayo…un pueblo Latinoamericano y universal. Chávez entregó su vida por estas ideas, y vaya que responsabilidad tenemos ahora nosotros…Esa anécdota, ya famosa, del morral de Chávez, no puede quedarse en pura retórica…Yo los invito, a todas y a todos, a cargar ese morral junto con el pueblo chavista venezolano. Es un morral donde caben los sueños de todos los países de la América Nuestra. Sueños de libertad, como los planteó Bolívar: “Libertad con igualdad, porque sin igualdad, no hay libertad que valga para los pueblos”.
Quiero cerrar esta intervención con una hermosa frase de Chávez, que dijo para culminar la larga entrevista que le hiciera Ignacio Ramonet, y con la que concluye su libro: Chávez: mi primera Vida”. Dice así: “Me siento vigoroso, muy animado, muy optimista y muy seguro. Porque hemos puesto en marcha el renacimiento de nuestro país. Le hemos abierto a nuestro pueblo el apetito por lo imposible”.
Estoy seguro que en la América toda y en muchos países del mundo, Chávez está más vivo que nunca. Tenemos ahora, el gran compromiso de llevar el proyecto libertario de Bolívar, Zamora, Rodríguez, pero también de Perón, Allende, Gaitán, Sandino, Martí y otros tantos más, a ese “encuentro pendiente con la victoria…la victoria definitiva…la victoria irreversible… Nosotros, unidos, simplemente vamos a provocar dicho encuentro inevitable”
Chávez vive…
La Patria de todo el continente…y más allá…sigue y seguirá…hasta la Victoria Siempre!!!!