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8-12-13.- Hace veinte años un diario británico publicó la historia de un empresario e ingeniero saudí dedicado a la reconstrucción pacífica llamado… ¿Osama bin Laden?
“Un guerrero anti-soviético pone a su ejército en el camino hacia la paz”. Así se titula un artículo firmado por Robert Fisk para ‘The Independent’ el 6 de diciembre de 1993, en el que conforma una imagen sorprendente de guerrillero humilde que combatió al ejército soviético en Afganistán y que, después, con ayuda de sus muyahidines se dispone a completar la carretera que une por primera vez en la historia Jartum y Port Sudan.
“Con sus pómulos altos, ojos estrechos y larga túnica marrón, el señor Bin Laden parece un auténtico guerrero de la leyenda de muyahidines”, describe el periodista al futuro ‘terrorista número uno’ en la primera entrevista que concedió a los medios occidentales.
El futuro líder de Al Qaeda, por aquel entonces apoyado por EEUU, explica al periodista británico que tras la guerra en Afganistán los muyahidines reclutados por él regresaron a Sudán para trabajar pacíficamente en la construcción de carreteras.
“Les gusta este trabajo y a mí también. Este es un gran plan que estamos logrando para la gente de aquí, que ayuda a los musulmanes y mejora sus vidas”, aseguraba bin Laden.
En el reportaje de Fisk, Bin Laden se muestra indignado por la ”basura” de acusaciones que vuelcan sobre él algunos medios que afirman que entrena a nuevos combatientes de la yijad en Argelia, Túnez y Egipto. “Soy ingeniero de construcción y un agricultor. Si hubiera campos de entrenamiento aquí en Sudán, sería imposible hacer este trabajo”, argumenta.
“Cuando se escriba la historia del movimiento de la resistencia afgana, la contribución del Sr. Bin Laden a los muyahidines —y el resultado indirecto de su entrenamiento y asistencia— podría llegar a ser un punto de inflexión en la historia reciente del fundamentalismo militante, aunque, en la actualidad, se trata de minimizar su papel”, predice Robert Fisk.