Javier Roa
Al comienzo de la crisis en Siria en marzo de 2011, la pugna internacional se realizó a través de los medios de comunicaciones, con la elaboración de noticias capciosas cuya finalidad era preparar a la audiencia internacional para una posible agresión o invasión en contra de Siria. Estos laboratorios de noticias fueron fabricados por la CIA e instalados en Turquía, Jordania y Chipre y su funcionamiento operativo se realizó a través de una red de periodistas, intelectuales asalariados y cadenas de medios de comunicaciones, que se encargaron de multiplicar “la noticia mentira”, de doble sentido, hasta que de tanto repetirse, fue transformándose en verdad o sino en duda dentro de las masas. De esta manera fue intoxicando [1] a la audiencia y preparándola para futuras agresiones planificadas.
Este guión aplicado a Siria, es el mismo guión que EEUU bajo el gobierno de George. W. Bush desarrolló dese el año 2001, cuando, utilizando el derribo de las torres gemelas en Nueva York, intoxicaron con noticias de doble sentido al pueblo estadounidense y otras partes del mundo, haciendo creer que Al- Qaeda, liderado por Osama Bin Laden, había perpetrado tamaño atentado terrorista contra los Estados Unidos, vulnerando la seguridad y poniendo en riesgo la estabilidad del mundo. Esta excusa, fue suficiente para invadir Afganistán en búsqueda Bin Laden, quien nadie conocía.
El supuesto atentado terrorista del 11 de septiembre de 2011 contra varias edificaciones de Nueva York, llevó al Presidente de EEUU, George. W. Bush, a reformular los planes de seguridad y crear la doctrina de la “guerra preventiva” [2], cuyo principio consistía en que Estados Unidos se abrogaba el derecho de atacar a los países que ayudaban y resguardaban terroristas. Doctrina que EEUU puso en práctica cuando invadió a Afganistán, Irak y Libia.
Durante estos años de aplicación de la doctrina “guerra preventiva”, la República Árabe Siria, fue acusada de albergar y financiar grupos terroristas de la región árabe [3], de allí, y luego de negarse el Presidente Bashar Al – Assad de “prestar” su territorio a las fuerzas militares de Estados Unidos en 2003 para bombardear a Irak, Estados Unidos emprendió una campaña de desprestigio en contra de Siria, imponiéndole, unilateralmente, sanciones económicas e incluyéndola en la lista de países que patrocinaban el terrorismo internacional.
Sin embargo, fue a mediados de 2011, cuando comenzó la guerra mediática contra Siria, cuyas operaciones se realizaron desde el canal qatarí Al – Jazeera y luego, fue asumida directamente por la CIA desde la base aérea Incirlik en Turquía.
Desde dicha base militar turca, no solo se realizó los laboratorios de noticias y propaganda mediática en contra de Siria, sino que funcionó (y funciona hoy día) como centro de espionaje de Siria, sin dejar de lado que otros grupos de inteligencia militar de Gran Bretaña, Francia, Arabia Saudita, Qatar, Alemania, Jordania e Israel, realizaron (y realizan) espionaje a través de satélites, desde submarinos anclados en el mar mediterráneo y bases militares apostadas en Chipre, Israel, España y Jordania, para recoger información sensible de los movimientos y posiciones del Ejército de Siria. Información, que la CIA suministraba a los jefes mercenarios dentro de Siria y que, al comienzo de la guerra, sirvió para vulnerar al Ejército de Siria.
Paralelamente, a este laboratorio de noticias falsas, Qatar y Arabia Saudita comenzaron a ofrecer fuertes sumas de dinero a los altos oficiales del Ejército y a la estructura del gobierno de Siria, para que estos desertaran y realizaran acusaciones comprometedores a través de los medios de comunicaciones en contra del gobierno de Bashar Al – Assad, con el objetivo de crear una matriz adversa hacia el gobierno sirio que calara en la opinión pública internacional.
Estos ofrecimientos millonarios, fracasaron, porque fueron contados los funcionarios diplomáticos, de la estructura de gobierno y personal administrativo de las fuerzas de defensa sirias, que desertaron.
Sin embargo, Qatar y Arabia Saudita, que buscaban extender (la mal llamada por los analistas internacionales) “Primavera Árabe”, bruscamente dejaron de financiar los proyectos de infraestructura, industriales y bancarios que venían ejecutando en la República Árabe Siria.
Por su parte, la Unión Europea, siguiendo los pasos de EEUU, impuso un bloqueo económico y financiero a Siria, que abarcó el congelamiento de las reservas de divisas sirias en cuentas de bancos europeos, la paralización de exportación e importación de todo tipo de productos, la paralización de vuelos aéreos comerciales, el embargo de armas y el embargo de la producción de petróleo y otros minerales como el fosfato.
Disposiciones que también secundaron la liga árabe y unilateralmente Turquía.
A estas medidas de tipo económicas y mediáticas se les unió un club de países, principalmente occidentales, anti – Assad, llamado “Amigos de Siria”, que ayudó a formar en el exterior la “Coalición de la Oposición Siria” y al “Ejército Libre Sirio” cuya sede permanente se fijó en Turquía. Dicho club, también cumpliría el rol de recoger fondos económicos para mantener la Coalición Opositora y pagar sueldos de los combatientes del Ejército Libre Sirio, y de esta manera, financiar la desestabilización y el derrocamiento del gobierno del Presidente Bashar Al – Assad.
Este club de Amigos de Siria, también funcionó como intermediario para la compra de armas y la contratación de mercenarios yihadistas árabes y europeos, que luego, a través de las fronteras de Turquía, Jordania, Líbano, Irak e Israel, fueron infiltrados originando un conflicto armado internacional dentro de Siria.
En cuanto al “Ejército Libre Sirio” que nació en Turquía en julio de 2011, y cuya creación, organización, equipamiento y entrenamiento se lo deben a la CIA, tenía tres objetivos fundamentales: UNO, agrupar, captar y reclutar a los desertores del Ejército de Siria, simpatizantes y combatientes árabes de otros países. DOS, derrocar al gobierno del Presidente Bashar Al – Assad, manteniendo la estructura de la fuerzas armadas. TRES, imponer un gobierno totalmente islámico, suprimiendo al Estado laico y abrir relaciones estrechas con el gobierno de Estados Unidos, Israel y principalmente con el gobierno wahabita de Arabia Saudita.
Estos objetivos fundamentales y la campaña mediática prestada a las declaraciones realizadas por su líder, que se identificó como el Coronel desertor Riyad Al – Assad, hizo creer a muchos combatientes musulmanes internacionales, que en Siria se estaba desarrollando una “revolución popular”, al cual, en pocas semanas, centenares de combatientes musulmanes viajaron a países vecinos de Siria, se infiltraron y se unieron al Ejército Libre Sirio.
Los medios de comunicaciones internacionales, siguiendo el guión de la guerra de baja intensidad, intoxicaron a la tele – audiencia diciendo hasta la saciedad, que en Siria se desarrollaba una “revolución popular” en contra del régimen de Bashar Al – Assad.
Cabe señalar que en esta guerra de desinformación contra Siria se unieron un número considerable de intelectuales de “izquierda” de varias nacionalidades, como Tariq Ali, Ilan Pappe, John Holloway, Hazem al-Azmeh, Olivier Le Cour, Thierry Boissière, Kamal Bandara, Jean-Pierre Filiu, Lieven de Cuater, Vijay Prashad, Santiago Alba Rico, Samir Aita, R. Radhakrishnan, Sadri Khiari, Wendy Brown, entre otros, que trataron (y han tratado) de simplificar y tergiversar en artículos de opinión, discursos, manifiestos y entrevistas, con sus retóricas morales de defensores de los pueblos y las causas de la humanidad, lo que realmente sucedía (y sucede) hacia adentro de la República Árabe Siria, donde no se desarrollaba (y no se desarrolla) una “revolución popular”, sino lo que existía (y existe) es una guerra de mercenarios extranjeros asalariados por países de Occidente, Qatar y Arabia Saudita en contra del gobierno y el pueblo de Siria [4].
De igual manera, la Liga Árabe, obedeciendo dictámenes y lineamientos de Estados Unidos, como medida de coerción, decidió suspender la membrecía de Siria de su organización, hasta que el Presidente Bashar Al – Assad dimitiera o fuera derrocado.
El “Club Amigos de Siria”, que hacía el trabajo de lobby en la ONU, Liga Árabe y en la Unión Europea, reconocieron a “La Coalición Siria en el extranjero”, como la verdadera Oposición al gobierno de Bashar Al – Assad, en detrimento de la oposición interna de Siria.
Luego, que la Unión Europea y gran parte de los miembros de la Liga Árabe retiraran sus Embajadores acreditados en Damasco y de expulsar a las misiones diplomáticas sirias de esos países, Gran Bretaña y Qatar, cedieron para que la “Coalición de la Oposición Siria” nombraran sus representantes diplomáticos en Doha y Londres. Por su parte, el gobierno de Egipto y Turquía, colaboraron con la apertura de sedes permanentes para la “Coalición Opositora Siria” que se establecieron en El Cairo y Estambul.
Estados Unidos, Unión Europea y Liga Árabe, utilizaron varias de sus artimañas y juegos psicológico mediáticos, como las amenazas reiterativas de la creación de una zona de exclusión aérea en Siria. Asimismo, propusieron ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas ONU, en tres oportunidades, resoluciones que legitimaran “medidas precisas” para castigar con represión o invasión militar al gobierno de Bashar Al – Assad. Resoluciones occidentales vetadas en tres oportunidades por China y Rusia en el Consejo de Seguridad.
Es evidente, que ninguna otra guerra mundial, antes de la guerra en Siria, recibió tanta atención mediática y cobertura por todos los medios de comunicaciones existentes: prensa escrita, internet, radio, televisión, y telefonía móvil [5].
A pesar del continuo ataque por todos los medios, el tiempo demostró, que el espionaje, las sanciones económicas, ni la infiltración de mercenarios para que bombardearan oleoductos, gasoductos, almacenamientos de alimentos, generadores eléctricos, escuelas, hospitales, universidades, mezquitas, iglesias, saqueos de museos, asesinatos de intelectuales, líderes políticos y militares, pudieron (y no han podido) derrocar al gobierno de Bashar Al – Assad. Al contrario, gobierno, fuerzas militares y un gran porcentaje del pueblo, se cohesionaron, formularon nuevas tácticas y estrategias con la colaboración de Irán y Rusia, para resistir a largo plazo la guerra fabricada desde occidente.
EEUU, Unión Europea, Liga Árabe, Israel y Turquía, no se conformaron con todo lo hecho hasta ese momento. Israel, quien en dos oportunidades solicitara permiso a Jordania para utilizar su espacio aéreo y bombardear sitios de fabricación y almacenamiento de armas químicas en Siria, no se abstuvo de la respuesta negativa ofrecida por el rey Hachemita jordano e incursionó en tres oportunidades en territorio sirio, violando todas las leyes internacionales, y bombardeó dos veces un centro de investigación científico militar en Damasco y una vez en un centro nuclear en ruinas en la ciudad de Der Ezzor.
Israel fue el principal país en adelantar y crear la matriz de opinión mediática sobre las armas químicas de Siria, el peligro que representaba para la humanidad y el temor que se repitiera un holocausto como el vivido en la segunda guerra mundial bajo los nazis alemanes.
Excusa que fue suficiente para realizar, con su fuerza aérea, “ataques preventivos” para (supuestamente) neutralizar al “régimen” de Bashar al – Assad de la utilización de su arsenal químico.
II
Es importante señalar, que la cadena catarí Al – Jazeera, fue la principal matriz de de fabricación de noticias capciosas al comienzo de la crisis en Siria. La misma, al verse descubierta por el repudio de sectores sociales, de prensa e intelectuales de Medio Oriente, trató de direccionar sus actuaciones sin poder frenar la dimisión de varios corresponsales en países árabes.
En la actualidad ese rol que perseguía Al – Jazeera de desinformar, decir medias verdades o tergiversar los hechos noticiosos de Siria, está siendo asumido abiertamente por dos fuentes de dudosa credibilidad, que, sin embargo, los medios internacionales le han dado su estatus de importancia, engañando a la audiencia que reciben masivamente esas informaciones. Por una parte, está, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que tiene su sede en Londres y que tiene estrecha relación con la oposición Siria en el Extranjero. Su director es Rami Abdul-Rahman quien también es miembro del Comité sirio de Derechos Humanos en la Capital Británica.
Cabe destacar que el Presidente de este Comité sirio de derechos humanos, Walid Safur, fue nombrado por la Coalición Opositora Siria con sede en Estambul y otra en El Cairo, embajador de dicha Coalición en la capital británica.
Según información del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ellos cuentan con una red de informantes dentro de Siria que diariamente les reportan, desde distintas partes del país, un parte de guerra. Este parte de guerra es el que difunde el Observatorio Sirio, todos los días, por sus páginas web, facebook y twitter y que sirve como fuente de desinformación para los medios de comunicaciones árabes, enemigos del gobierno de Bashar Al – Assad, entre ellos: Barada, Sham Ugarit (estos dos medios digítales creados en enero de 2011, dos meses antes de comenzar el conflicto en Siria), Al – Arabiya (sede en Arabia Saudita), Orient Tv (de dueño sirio pero su sede está en El Cairo) y la prensa israelí.
Estas noticias son retransmitidas, con más cargas de tergiversaciones, de escenarios y hechos ficticios, por otras cadenas de medios internacionales de América, África, Asia, Europa y que luego son re-transmitidos por todas aquellas agencias medianas y canales de países que no tienen personalidad soberana, sino que obedecen a una editorial impuesta por las grandes corporaciones mediáticas.
Afortunadamente, hay que soslayar, que existen medios internacionales que hacen un esfuerzo con sus corresponsales en Damasco de informar con veracidad los acontecimientos de la guerra en Siria, entre los que se destacan: Press Tv, TELESUR, Red Voltaire, Al – Manar, Prensa Latina, Hispantv, Halak Tv, Rusia Today, BBC de Londres, Al – Alam, Skay New, Yurk, Ria Novosti, NBN Tv, Al – Mayadeen, Agencia Fares, CCTV.., entre otros.
La segunda fuente de fabricación de noticias mentira, son los videos que cuelgan los autonombrados “reporteros de guerra” que se movilizan junto a los grupos mercenarios relacionados con Al – Qaeda, llámense: Al – Nusra, Ejército Libre Sirio, Estado Islámico de Irak y el levante o Ejército del Islam, en páginas de Internet como YOUTUBE, en blogs y cuentas Facebook.
Estos videos, que no tienen autor y que son representaciones de escenarios teatrales de batallas, son tomados por las grandes cadenas de la TV internacional, para ilustrar el “parte de guerra” que todos los días publica en Internet el Observatorio Sirio de Derechos Humanos desde Londres. Parte de guerra que es tomado realmente de la Agencia de Noticias Árabe de Siria (SANA), pero el cual, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos lo hace suyo, manipula la información, cambia las estadísticas y lugares de los hechos, para luego publicarlos en los medios de comunicaciones antes señalados.
Pero, esta guerra mediática en contra de Siria, ha sido el colchón para sembrarle los mercenarios y para, a través de la excusa de las armas químicas, buscar una invasión bélica y acabar, en definitiva, con la resistencia antiimperialista que representa el gobierno del Presidente Bashar Al – Assad
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NOTAS:
[1]. Sobre el tema de la intoxicación de los medios es recomendable leer el libro: La Gran Impostura II. Thierry Meyssan. Monte Ávila Editores. Caracas, Venezuela. 2008
[2]. La Doctrina Bush de la Guerra Preventiva: ¿Evolución del “ ius ad bellum” o vuelta al medio evo. Revista FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS. Vol. 36, N° 105. Pags 399 – 429. Medellín, Colombia. Julio – Diciembre de 2006.
[3]. Estados Unidos denuncia a Siria en reunión del Consejo Seguridad de la ONU. http://www.emol.com/noticias/ internacional/2003/04/16/ 110123/estados-unidos- denuncia-a-siria-en-reunion- del-consejo-seguridad-de-la- onu.html
[4]. Solidaridad con la lucha por la Dignidad y la Libertad Siria http://rebelion.org/noticia.
[5]. Guerra en Siria bajo lupa: Histórica cobertura en YouTube y las redes sociales http://actualidad.rt.com/