La semana pasada visitó nuestro país por 48 horas el senador haitiano Jean Charles Moïse, quien viene llevando adelante una campaña en representación del Senado de su país por el retiro de las tropas latinoamericanas de la Minustah.
Días previos había sido recibido en Brasil en el Congreso del PT, por el Senado de ese país, por la Presidenta Dilma Roussef y su asesor en política internacional Marco Aurelio García.
Sin duda las declaraciones del Presidente Mujica por el posible retiro de las tropas uruguayas sirvieron como acicate para redoblar las gestiones al más alto nivel en el Cono Sur.
En Argentina, acompañado por miembros del Comité por el retiro de las tropas argentinas de Haití, se entrevistó en Cancillería con Patricia Salomón, Directora General de Política Latinoamericana y participó del Plenario de delegados de ATE y la CTA.
Al día siguiente, martes 17, acompañado también por el Diputado Claudio Lozano, concurrió a la Honorable Cámara de Diputados donde fue recibido por su titular, Julián Domínguez, el Presidente de la Comisión de RR EE, Guillermo Carmona, el Director de RR EE de la Cámara de Diputados, Juan Carlos Zabalza y la Diputada Margarita Stolbizer.
Durante horas de la tarde concluyó su actividad con una entrevista al Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Colonización norteamericana a través de países “amigos” de Haití
Las intervenciones del Senador Moïse estuvieron centradas en denunciar el carácter de fuerza de ocupación de las tropas de la Minustah, lo que provocó la reacción de los funcionarios de la Cancillería quienes sostuvieron que la presencia argentina en Haití no tiene intenciones de ocupación y que es el resultado de negociaciones entre la ONU y el gobierno haitiano y que permanecerá solo el tiempo que lo solicite el pueblo haitiano, destacando que la función de las tropas es de tipo social, como lo prueban su presencia en Gonaïves y los hospitales que construyeron conjuntamente con Venezuela y Cuba.
¿Dónde están paradas las tropas argentinas?
En los últimos meses, las calles de las principales ciudades del país son el escenario de diversas manifestaciones de decenas de miles de personas exigiendo la renuncia del presidente Joseph Michel Martelly, mejoras en sus condiciones de vida, respeto a la Constitución, el fin de la corrupción y el retiro de la MINUSTAH, entre otros reclamos. El gobierno -como siempre- respondió con gases lacrimógenos, balas y arrestos. Día tras día, se está diseñando un panorama donde el pueblo en su mayoría ante las derivas autoritarias del poder está demostrando plena conciencia del peligro del regreso a la época de la dictadura de la familia Duvalier. Por tanto, se pone de pie en defensa de las conquistas democráticas logradas luego de cruentas batallas sobre todo después de la caída de dicha dictadura en 1986.
La movilización realizada el 18 de noviembre último pasado para conmemorar la batalla de Vertières (la que selló en el campo de batalla la derrota de las tropas colonialistas en 1803), fue una de las más numerosas en contra del régimen de Martelly. Y, una vez más, los partidarios del poder atacaron con piedras, botellas y balas a los manifestantes. En Cabo Haitiano, la segunda ciudad del país, la Policía disolvió desde el principio la manifestación de la oposición y a la noche procedió a la detención de más de 40 personas. Además se habla de un muerto, varios heridos y un estudiante que perdió prácticamente su mano derecha por la explosión de un artefacto de gas lacrimogéno.
Ante la amplitud del movimiento de protesta y la determinación de Martelly de mantenerse en el poder, la oposición realizó el 29 de noviembre otra movilización que esta vez terminó frente a la embajada norteamericana. Decisión que apunta a denunciar la responsabilidad del gobierno de los EE.UU. en la crisis haitiana.
En este contexto, algunas horas después llegó a Haití un alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano y declaró a la prensa que Washington se opone a los pedidos de renuncia y apoya a Martelly. Inclusive, el represante yanqui declaró que Haití ha hecho grandes progresos bajo su mandato. Progreso que, obviamente, el pueblo haitiano todavía no ha podido ver.
Ahora bien, en un país sacudido por manifestaciones, aumento de actos de violencia en distintos barrios, con un gobierno como el de Uruguay que ha declarado su intención de retirarse de la MINUSTAH si no hay elecciones en Haití y los llamados a la desobediencia civil por parte de varios líderes opositores, el gobierno decidió convocar el 22 de noviembre en sesión extraordinaria a la Asamblea Legislativa para, entre otros asuntos, debatir el tema de la ley electoral que lejos de calmar el ánimo de los legisladores fue criticado abiertamente por el Presidente de la Asamblea, Simon Dieuseul Desras, quien además denunció las arbitrariedades de Martelly.
La crisis haitiana ha entrado en una nueva etapa cuyo desenlace es incierto. Pero, el pueblo ha demostrado claramente que no claudicará y seguirá defendiendo sus derechos y luchando por la recuperación de su soberanía.
Estos acontecimientos fueron ampliamente desarrollados en la reunión con los diputados argentinos a quienes el Senador Moïse pidió solidaridad efectiva como lo solicita especialmente el artículo 6º de la Resolución del Senado de su país, que por unanimidad, incluyendo los senadores oficialistas, votó un calendario para la reducción gradual y el retiro definitivo en mayo del próximo año, creando las condiciones previas para el traspaso de la seguridad a la Policía Nacional haitiana.
Recordemos que en febrero del 2004, el ex presidente Aristide fue secuestrado y posteriormente el país fue invadido por fuerzas conjuntas de EE. UU., Francia y Canadá. El gobierno haitiano instalado en ese momento, que acuerda con la ONU el envío de tropas, fue impuesto por los invasores. Su presencia no tenía ninguna justificación ya que no había guerra civil y Haití tampoco era una amenaza para la paz regional ni mundial. Además, las tropas que debían permanecer 6 meses para « estabilizar e institucionalizar » la situación, ya llevan casi 10 años, sin haber logrado cumplir sus objetivos.
Continuando con la reunión parlamentaria, el diputado Juan Carlos Zabalza insistió en el carácter no ocupante de las tropas argentinas en Haití y que su presencia no sólo se daba en el marco de la resolución de la ONU sino también del Mercosur y la Unasur.
El momento fue aprovechado por el diputado Claudio Lozano para comentar que la situación se había agravado en los últimos 3 ó 4 años por violaciones a los DD HH, la introducción del cólera por soldados nepaleses que forman parte del contingente de la Minustah que ha provocado más de 9.ooo muertos y más de 600.000 afectados sin que la ONU reconozca una indemnización a las víctimas a pesar de los reclamos en ese sentido de los afectados, violaciones sexuales a mujeres y niños y últimamente la intervención en conflictos sindicales jugando un papel que no tiene nada que ver con su presencia en Haití. Po restas razones presentó un proyecto en la Asamblea del Parlasur para abordar el problema.
La diputada Margarita Stolbizer, quien en el 2004 votó en contra del envío de las tropas, pero cambió de opinión al año siguiente luego de una visita a Haití, consideró que era necesario reabrir el debate sobre la presencia de las tropas argentinas frente a lo cual el presidente de la Comisión de RR EE, diputado Guillermo Carmona, se comprometió a propiciar el tratamiento del tema a nivel parlamentario.
Reunión con el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich
En la que fuera su última gestión en suelo argentino, el senador Moïse desgranó nuevos argumentos sobre el carácter fraudulento de la elección del presidente Martelly quien a pesar de ser el cuarto candidato más votado fue impuesto por la Embajada de EE. UU. como presidente y basó su campaña electoral en el retiro de las tropas. Sin embargo, a los 15 días de asumir pidió el aumento de los efectivos. Entrevistado recientemente por un periodista francés sobre la entrega de los recursos naturales a la explotación de empresas norteamericanas, francesas y canadienses, contestó que no tenía temores al rechazo popular porque se sentía protegido por la Minustah.
Jorge Capitanich se comprometió a trasladar el reclamo por el retiro de las tropas a la Presidenta de la Nación y al Canciller Timerman.
Hemos cruzado una delgada línea como país ocupante al servicio del imperialismo
En Haití se da un nuevo tipo de política imperialista a la que el senador Moïse denominó “una nueva forma de colonización moderna”, que consiste en la utilización de tropas de países “amigos” del país ocupado, en este caso de Haití, para someterlo económicamente. La explotación de los recursos mineros por compañías extranjeras y la utilización de mano de obra por salarios varias veces inferiores a los pagados en EE. UU. son una prueba de ello.
Acción práctica de solidaridad y efectivo respeto a su soberanía es lo que requiere el pueblo haitiano. Los países latinoamericanos necesitan el desarrollo del mutuo respeto y la solidaridad no coercitiva. Argentina ha demostrado con hechos positivos y a través de su historia, la pervivencia de sus valores morales y de los altos principios de justicia en materia internacional. Creemos en la armonía entre las naciones y en el respeto por su soberanía. Esos son sentimientos que vienen del fondo de nuestra historia.
De allí la justicia de los reclamos del Senado y el pueblo haitianos representados a través del Senador Jean Charles Moïse que llevó a nuestro Comité a apoyar entusiastamente su presencia en Argentina para contribuir al retiro de nuestras tropas no en el 2016 como lo prevé el Plan de Consolidación de la ONU que apoya oficialmente nuestro país, sino en la próxima fecha de mayo de 2014 como lo exige el pueblo haitiano en las calles recogiendo la Declaración unánime de sus senadores en el mismo sentido.