Se estima que el planeta es controlado por el 0,10 por ciento de la población del mundo que corresponde a unas 6.000 ó 7.000 personas de 7.200 millones de habitantes, dichas personas son dueñas de corporaciones y se caracterizan por ser los grandes capitalista pertenecientes a altas burguesías globales, en su mayoría integrantes del Grupo Bilderberg y entre otras corporaciones de elites, aristocráticas y plutocráticas mundiales.

Para ser exactos, se estima que dentro de ese 0,10 por ciento se encuentran los dueños de las 147 corporaciones que controlan la economía del mundo occidental. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 0,5% de la población mundial controla el 35% de la riqueza, otras cifras son las que estima la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indicando que el 82 por ciento de la riqueza mundial está en manos de un 20 por ciento de la población, mientras, los más pobres, unos mil millones de personas, sobreviven con apenas el 1,4 por ciento de la riqueza mundial.

Teniendo en cuenta dichos datos es incomprensible que el mundo sea dominado por una simple y extrema minoría causante de la miseria mundial que cada vez es más aguda debido a las grandes destrucciones y explotaciones planetarias causantes de los grandes efectos irreparables que generan un gran daño no solo a la especie humana, sino a todas las especies del planeta, inclusive al mismo planeta como tal. Queda comprobado que en el capitalismo no puede existir la felicidad real, solo aquellos seres de dinero pueden sentirla, y el pobre seguirá buscándola. Por eso es fundamental un despertar mundial de las masas, una imposición completa sobre esa clase dominante, explotadora y opresora.

No puede quedar duda alguna de que estamos en plena lucha de clases, como decía Marx: «Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de lucha de clases». Pero el gran problema es que muchos no lo asumen, no asumen su rol en la historia, su papel fundamental, es convincente y está comprobado que hasta que el pueblo no acepte que el capital lo oprime simplemente no comprenderá el sistema socialista, y lo fundamental del socialismo es cambiar el rol y la historia del proletariado. Muchos dicen que el trabajador asalariado necesita a su amo para poder producir, pero hay que tener claro que gracias a los trabajadores y su esfuerzo es que se producen todos los bienes materiales que necesita la sociedad para subsistir y desarrollarse, y lo más triste es que lo que produce el proletario es con lo que se lucra el patrón (plusvalía); la triste realidad de ganar dinero con el sacrificio y esfuerzo de los demás.

La implementación de la democracia obrera a nivel mundial sería un escenario ideal que daría un cambio radical a la historia de la humanidad, esa mayoría excluida y oprimida pasaría a dominar completamente toda la producción y distribución de las riquezas de forma equitativa, siguiendo los principios: Dé cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades; pero hay que tener claro que eso solo es posible a través de una revolución social mundial, las masas deben imponerse de forma contundente y radical a esa minoría poderosa y dominante hasta el grado de desaparecerla de la faz de la tierra, no dejar piedra sobre piedra.

El levantamiento de las masas se origina a través de las crisis financieras y económicas que perjudican su cotidianidad abarcando sus necesidades primarias, por ejemplo: la vivienda, alimentación y transporte; casos como lo sucedido en Venezuela el 27 de febrero de 1989 en el llamado Caracazo, donde el pueblo capitalino se sublevó en contra de unas medidas económicas neoliberales llamadas paquetazo que fueron sugeridas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), e implementado por el entonces Presidente Carlos Andrés Pérez.

Hoy en día la gran mayoría de los países potencias del mundo pasan por una gran crisis originada nada más y nada menos que por el capitalismo. Marx indicaba: la crisis no resulta una anormalidad en el sistema capitalista: forma parte de su ciclo normal de vida, al tener un movimiento cíclico que adopta diferentes fases. Una de ellas, es la crisis como necesidad engendrada por ese sistema. Tomando el caso de las crisis sostenidas en EEUU y la Unión Europea, las mismas se vienen manifestando en los diferentes renglones tanto sociales como económicos que repercuten en toda la esfera, donde, gracias al trance capitalista, millones de personas han perdido sus hogares por no poder pagar las hipotecas, han habido recortes de los gastos sociales, se han disminuido los subsidios, han habido deterioros de las condiciones salariales, han aumentado de manera considerables los despidos laborales, se ha deteriorado la salud pública, entre otros problemas sociales. En el caso de los Estados Unidos, a pesar de la crisis económica la industria armamentística sigue tomando auge.

Las masas poco a poco están despertando, en una pequeña cantidad pero lo están haciendo y las elites mundiales lo saben y por ello temen. Señalemos el ejemplo de lo que ha venido sucediendo en los últimos años en Grecia y España, el pueblo se levanta y está en la calle de manera constante, se han venido perpetuando movilizaciones ciudadanas de carácter pacíficas y espontaneas, huelgas generales y manifestaciones en sus principales ciudades, muchas de estas movilizaciones han surgido por reivindicaciones y por exigencias de mejoras, sociales y económicas. Es fundamental comprender que la lucha social se origina por la necesidad del bienestar colectivo, no individual, por la justicia igualitaria, no por las preferencias, queda claro que la lucha social es el escenario fundamental para la emancipación plena de la clase baja y oprimida sobre la opresora.

Se han venido efectuando diversos cambios de sistemas en el globo, específicamente en Latinoamérica y más aún en Venezuela, donde se está llevando actualmente una de las más grandes revoluciones del siglo XXI, la Revolución Bolivariana, que en sus inicios fue liderada por el Gran Comandante Hugo Chávez Frías, y hoy en día por el Presidente Nicolás Maduro Moros. Dicha revolución ha tenido influencia en otros países del hemisferio como es el caso de Bolivia y Ecuador que han seguido digno ejemplo revolucionario y su población ha decidido buscar una nueva alternativa social que produzca un gran cambio que beneficie a todas y todos por igual.

Se respira un leve aire de cambio y de revolución en el mundo, son pocos, pero muy pocos los que han despertado, al parecer no parece suficiente, y de ahí se genera el gran problema de las masas, la poca motivación revolucionaria permite que aún el sistema capitalista prevalezca en el tiempo. ¿Cuántos crímenes más debe cometer el sistema para que las mayorías de las masas despierten por completo?, ¿aún las masas no comprenderán lo importante de las revoluciones sociales?, ¿faltará la conciencia política o los partidos políticos de masas no están haciendo su trabajo fundamental?, al parecer falta mucha conciencia de clase.

Cuando hay conciencia de clase un largo trecho se está ganando. Alí Primera