La misión de la agencia en el país sudamericano era «ayudar a los encargados políticos estadounidenses a evitar que Venezuela obtenga sus objetivos de liderazgo regional y persiga políticas que impacten negativamente sobre los intereses globales de EEUU», señala el documento.
De acuerdo con el rotativo, la agencia vigiló los correos electrónicos oficiales y personales de los diez funcionarios de más alto rango en el Ministerio de Planificación y Finanzas de Venezuela. Asimismo, resalta que el Gobierno del entonces presidente estadounidense, George W. Bush, se veía «compitiendo por el liderazgo en Latinoamérica con el líder venezolano».
La NSA ordenó analizar «la amplitud y profundidad de las relaciones de Venezuela con países de preocupación estratégica para EE.UU., particularmente Irán, Cuba, China y Rusia».
Sin embargo, uno de los asuntos que más parecía inquietar a la agencia era la posibilidad de que se alterara el suministro de petróleo de Venezuela, país que ocupa el tercer lugar como proveedor de crudo de EEUU Por ello, el documento también hace hincapié en vigilar la estabilidad del país y en particular la del sector energético.