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01-11-13.- Durante los últimos siete años, la unidad de Topps ha gestionado 3.500 millones de dólares en contratos con dicha empresa, sin permitir que otras compitan por las ofertas, de acuerdo a una base de datos de contratación federal. «Trabajamos en algunos de los proyectos más sensibles del Pentágono», revela Topps, «y todos ellos están relacionados con operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento».    
 

En esos mismos siete años, el negocio Sierra Nevada con el Gobierno federal ha crecido rápidamente, desde los 100 millones que ganó en 2005 hasta los 1.000 millones que ingresó en 2012, de acuerdo con la misma base de datos. Eso supone un aumento del 1.000%, que coincidió con las generosas contribuciones realizadas ese mismo año por Fatih Ozmen y su esposa Eren, la pareja turca propietaria de Sierra Nevada Corporation. Asimismo, desde 1997 los Ozmen han donado aproximadamente 424.000 dólares a políticos de Washington, aumentando sus donaciones anuales de manera constante, según los registros de la Comisión Federal de Elecciones.

Fuera de la ley

La colaboración de Big Safari con Sierra Nevada y otras empresas no pasa por los canales normales de contratación. Así lo confirmó el propio, Todds quien reveló al periodista Roston que su oficina se niega a recurrir a licitaciones. «Hemos utilizado los mismos procedimientos de adjudicación durante 61 años», agregó.

    Hay excepciones legales que nos permiten hacer las cosas de manera rápida y en secreto

Además, de acuerdo con Roston, Topps admitió que «hay excepciones legales que nos permiten hacer las cosas de manera rápida y en secreto para estar seguros de que nuestros enemigos [no se enteran de ellas]».

Por su parte, Charles Tiefer, profesor de Derecho de la Universidad de Baltimore y experto en leyes del Congreso y regulaciones federales, aseguró que «no se les aplica ninguna ley». «El director de esta agencia es como una ‘apisonadora’ para el sistema federal de contratación competitiva», sentenció.