Pablo Nieto
Desde hace varias noches, no puedo dejar de pensar en esta fórmula conspirativa contra nuestro gobierno y nuestro pueblo peronista sobre todo después de ver y escuchar a la mejor presidenta de los argentinos de los últimos 50 años: Cristina Fernández de Kirchner.
Es una injusticia y una gran pena que exista re-re-relección para diputados, senadores, gobernadores o intendentes, pero nuestra Carta Magna prohiba que el pueblo elija cuantas veces desee a su presidente: una proscripción de facto de la vetusta constutución liberal del siglo XIX.
En mis pesadillas, Massa gana las elecciones de la provincia de Buenos Aires con una diferencia de mas o menos 10% por encima de nuestro querido intendente Martín Insaurralde y este resultado termina responsabilizando al gobernador Scioli, primer responsable del gobierno de la provincia donde la inseguridad es la primer causa de la derrota de Insaurralde.
Tras su fracaso electoral, Scioli es culpado y defenestrado por el PJ, obligándolo a ir por fuera de este partido como candidato presidencial para el 2015 o aliarse a Massa, Binner, Cobos, De La Sota, Carrió o Macri.
Cristina decide así nombrar a su delfin, Urribarri y presentarse ella como Senadora (o gobernadora) en Buenos Aires jugándose una parada importante y luchando contra viento y marea para impedir que el neoliberalismo y conservadurismo en todas sus variantes regresen para azotar a nuestro pueblo como sucediera antes del 2003.
El 27 de octubre confío en que puedan revertirse los números adversos pero esto favorecería a Scioli presidente en 2015: un escenario de triunfo pírrico no deseable en miras a las presidenciales.
Prefiero ir con candidatos propios y leales (presidente y vice) y perder, que aliarme para ganar con futuros traidores aliados a los Estados Unidos-Israel y Magnetto.
¿Porqué no se reformó Constitución en 2011 cuando ganamos con el 54%? Ahora si que nos esperan 2 + 4 años de incertidumbre y desesperanza.