AVN

 

5 Oct. 2013.- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, llamó este sábado a estar atentos ante las nuevas formas de golpismo que han surgido en América Latina contra los gobiernos de izquierda.

“Todos los intentos de golpe de Estado en el siglo XXI en América Latina han sido contra los gobiernos progresistas, los gobiernos de izquierda. Debemos estar atentos ante las nuevas formas de desestabilización y golpismo que se están gestando en América Latina”, advirtió Correa durante el Enlace Ciudadano 342, programa televisivo y radial presidencial que se transmite cada sábado en Ecuador, reseñó la agencia Andes.

 

El mandatario señaló que “el golpismo ortodoxo ya no es el mecanismo que utilizan las grandes potencias y los grupos que se oponen a gobiernos progresistas”.

Durante su alocución, Correa recordó los intentos de golpes de Estado contra el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, en 2002; contra el mandatario boliviano, Evo Morales, en 2008; y la intentona de golpe en su contra el 30 de septiembre de 2010. Asimismo, recordó las acciones consumadas que derrocaron a los presidentes de Honduras, Manuel Zelaya, y de Paraguay, Fernando Lugo.

El mandatario ecuatoriano señaló que “ahora se disfrazan los golpes de Estado con discursos que engañan a los pueblos”.

Correa explicó que en Ecuador, como en otros países de la región, grupos opositores se dedican a pensar, planificar, organizar, y llevar a cabo la estrategia del “golpe blando”: un golpe de Estado que consiste en el tránsito paulatino de las democracias a las dictaduras. Este concepto fue introducido por el estadounidense Gene Sharp, quien dirige la Fundación Albert Einstein.

A través de esa teoría, Sharp propone cinco etapas para estos intentos de desestabilización “blandos”: ablandamiento, deslegitimación, calentamiento de calle, combinación de diversas formas de lucha y fractura institucional.

“A estar atentos, a no dejarse utilizar por los mismos de siempre. El 30 de septiembre intentaron desestabilizar al gobierno. La oposición desestabilizó con un sector de la policía”, recordó el jefe de Estado.

El mandatario explicó que en Ecuador se pudo detener el golpe de Estado en su contra por tres razones: El pueblo que salió a las calles, incluso a riesgo de su vida para rescatar al presidente; la rápida reacción de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que se unió para rechazar la acción; y la posición frontal del dignatario, que decidió enfrentar el problema directamente.