Europa Press
27 de Octubre de 2013.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprobó explícitamente el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a la canciller alemana, Angela Merkel, en 2010, según informó este domingo el diario germano ‘Bild am Sonntag’ que cita a una fuente de la Inteligencia estadounidense conocedora de estas operaciones.
«Obama no detuvo las acciones en aquel momento, las dejó seguir», afirma una fuente citada por el periódico alemán. La Casa Blanca, incluso, encargó un exhaustivo informe sobre Merkel. El presidente estadounidense no confiaba en la canciller alemana y encomendó a la NSA averiguar «quién es exactamente esta mujer».
Tras la publicación de las primeras informaciones sobre el espionaje a Merkel, Obama aseguró a la canciller en una conversación telefónica, que él no sabía que la NSA estaba espiándola.
Sin embargo, según ‘Bild am Sonntag’, el director de la NSA, Keith Alexander, informó personalmente a Obama en 2010 de la operación de vigilancia e interceptación de comunicaciones iniciada a la canciller.
Fruto de este espionaje, la NSA accedió a los mensajes de texto que Merkel envió con su anterior teléfono móvil y a las conversaciones telefónicas que mantuvo. No pudo acceder, en cambio, a las comunicaciones que realizó desde la línea segura de la Cancillería.
Los resultados de estas operaciones, a diferencia del ‘modus operandi’ habitual, eran enviados directamente a la Casa Blanca, en lugar de al cuartel de la NSA, la base militar de Fort Meade, situada en el estado de Maryland.
Los envíos se realizaban desde el cuarto piso de la Embajada de Estados Unidos en Berlín, ubicado en la Puerta de Brandenburgo, donde, con las últimas tecnologías, el personal de la NSA grababa el contenido de las conversaciones y los mensajes de texto de la canciller.
Según revela este domingo el semanario alemán ‘Der Spiegel’, el Gobierno de Estados Unidos tenía dos equipos de espionaje en Alemania con miembros de la CIA y la NSA, una en Fráncfort y una segunda en Berlín, donde había destinados hasta 18 agentes de la NSA, según documentos internos de dicha agencia.
Al igual que Merkel, su antecesor, el socialdemócrata Gerhard Schroeder, también fue objeto de espionaje por parte de la NSA cuando George W. Bush era el inquilino de la Casa Blanca. En su caso, querían saber «dónde están los alemanes» y si «se puede confiar en Schroeder», según ‘Bild am Sonntag’.
El excanciller socialdemócrata fue una de las voces más críticas con el Gobierno de Bush por la invasión de Irak en 2002 y entabló unas estrechas relaciones con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, lo que despertó recelos en Washington.