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Rio de Janeiro, 21-10-13.- La licitación del enorme pozo petrolero generó polémica y movilizó un importante número de tropas ante la amenaza de trabajadores del sector. El equipo de abogados convocado por Rousseff respondía a los recursos judiciales.

 

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, supervisó en forma personal los últimos ajustes para la subasta del campo de Libra que se realizará hoy.

La licitación del enorme pozo petrolero generó la polémica y movilizó un importante número de tropas ante la amenaza de trabajadores del sector –en huelga desde la semana pasada– y de militantes sociales de montar un campamento en una de las principales ciudades brasileñas para impedir ese acto. Efectivos del ejército, la marina y las policías federal y estadual custodiaban ayer la zona de Río de Janeiro donde se prevé que se lleve a cabo hoy una manifestación de obreros del petróleo. El operativo, ordenado por Rousseff, convocó a unos 1100 efectivos de las diversas fuerzas de seguridad, que contaron además con el apoyo de cuatro vehículos terrestres y un helicóptero.

Las tropas vigilan con celo extremo las inmediaciones del hotel Windsor, ubicado en el barrio carioca de Barra da Tijuca, una de las zonas más elegantes del oeste de Río de Janeiro, escenario designado para la licitación. Asimismo, dos embarcaciones de la Marina tomaron posición frente a los puestos 3 y 4 de la playa, donde hoy habrá policías controlando la circulación de los bañistas. Además del cerco al edificio, jeeps del ejército y tropas de caballería patrullan la región que quedó aislada entre la medianoche de ayer y la medianoche de hoy.

La presencia de tropas federales fue solicitada por el gobernador del estado de Río, Sérgio Cabral, en medio de las protestas violentas que se vienen registrando en varias de las principales ciudades de Brasil desde junio pasado y que recrudecieron en las últimas semanas. El ministro de Defensa, Celso Amorim, afirmó que la convocatoria a las fuerzas armadas para garantizar la celebración de la subasta, prevista para hoy a las 14, es una medida excepcional contemplada por la Constitución.

En cambio, la Federación Unica de Petroleros (FUP) criticó la utilización de efectivos de las fuerzas armadas en este caso porque, sostuvo, la responsabilidad de ellos es asegurar las fronteras y la defensa, y no deben tomar parte en asuntos de seguridad interna. La FUP, que representa a la mayoría de los trabajadores del sector –incluidos los de la gigantesca Petrobras, de propiedad mixta y cuyo control se encuentra en manos del Estado—, dispuso el miércoles pasado una huelga por tiempo indeterminado en rechazo a la licitación del yacimiento Libra.

El jueves, al iniciarse el paro, un grupo de líderes sindicales y militantes de organizaciones sociales montó un campamento frente a la sede de Petrobras en Río de Janeiro y anunció que trasladaría la protesta a las inmediaciones del hotel Windsor. Un dirigente sindical identificado como Mao Mao afirmó entonces que ya habían contratado cuatro ómnibus para el desplazamiento de hoy y advirtió que los manifestantes estaban dispuestos a enfrentar hasta a la Guardia Nacional de Seguridad con tal de cumplir su objetivo. “Vamos a luchar hasta el último minuto contra la privatización; el petróleo es nuestro, señora Dilma, y la señora no tiene el derecho de vender algo que nos pertenece a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros nietos”, agregó el sindicalista.

La licitación, para la que están inscriptas nueve empresas –entre ellas, siete de las once petroleras con mayor valor de mercado en el mundo–, será la primera que se realizará en Brasil bajo el llamado régimen de división de la producción, que sustituyó al de concesión.

El nuevo mecanismo establece que cualquier empresa privada puede imponerse en una subasta aunque, si así ocurre, será obligada a trabajar junto a Petrobras. Hasta la tarde de anteayer se habían interpuesto 23 recursos judiciales pidiendo la anulación del llamado a licitación y la Abogacía General de la Unión (AGU, procuraduría general de la nación) consiguió anular siete de ellas. Ante ellos, la mandataria convocó a un equipo de 300 abogados para que respondan a esas medidas.

El yacimiento Libra, en aguas muy profundas del Atlántico, tiene reservas calculadas de hasta 12.000 millones de barriles de crudo, equivalentes al 70 por ciento de las reservas actuales de Brasil. Ese reservorio energético forma parte de las gigantescas cuencas petroleros descubiertas en 2007, en la zona geológica conocida como presal. “Para nosotros, Libra es importante porque va a generar un volumen de inversiones inédito, de 180.000 millones de dólares en 35 años”, afirmó el ministro de Hacienda, Guido Mantega, en declaraciones publicadas ayer por el diario O Estado de Sao Paulo. “Petrobras tiene condiciones, tiene recursos en caja (para afrontar las inversiones de Libra); eso lo sé porque soy el presidente del Consejo de Administración de la empresa”, aseguró Mantega. El funcionario agregó que Petrobras se unirá a otros grupos privados para explotar “ese pozo maravilloso” que es uno de los más rentables del mundo.