Jorge Luis Ubertalli

 

Hace unos días, en Washington DC, el ex soldado y especialista en informática Aaron Alexis, asesinó con disparos de fusil a 12 personas desde un edificio de la Armada, donde trabajaba. Según reportes periodísticos, el homicida se hallaba en estado demencial y bajo control psiquiátrico, aunque en sus antecedentes delictivos se consigna una detención por un “episodio de intoxicación”. El caso de Alexis se suma a varios ocurridos en el país del Norte de América, donde infinidad de “dementes” causaron grandes estragos entre población civil y aún militar, con el saldo de muertos y heridos.

Dementes a secas o inducidos por la química, los militares norteamericanos parecen tocados por la varita mágica del escándalo. En una nota de Verónica Macías (www.eleconomista.com.mx, del 4 de agosto) se indica que cárteles mexicanos de la droga podrían estar contratando a militares estadounidenses para proporcionar entrenamiento táctico a los miembros de organizaciones criminales, comprar armamento y realizar algunas ejecuciones”. La periodista destaca que según una cadena de televisión se tiene registro de la participación de tres efectivos estadounidenses en incidentes separados, y destaca la asociación de individuos con “entrenamiento militar especializado “ y “experiencia de combate” con Los Zetas, organización paramilitar conformada por ex miembros de las Fuerzas Especiales mexicanas y guatemaltecas, entre otros .( ver “Movidas de piso” de este autor, www.alainet.com, 31 de agosto del 2011). El ¿ex? intoxicado Alexis, así como otros homólogos en el crimen colectivo, parece ser expresión de la demencia inducida y emparentarse indirectamente con la actuación de sicarios y entrenadores castrenses made in usa en el México de las oscuridades.

¿Con que se les paga a estos entrenadores y sicarios de Los Zetas, barones del narcotráfico, el secuestro, el asesinato, el tráfico de personas y otras expresiones del crimen organizado, similares a los sinaloenses y otros, que controlan directa e indirectamente el 65% del territorio azteca y quince Estados del país?. No hay que ser muy perspicaz para saberlo.

Especiales como son, los entrenadores y miembros de los Z han sido y son acunados por las famosas Fuerzas Especiales de Operaciones, engendros instruídos por la CIA, M16, los franceses, Israel, Colombia y otras perlitas duchas en “guerras sucias”. En 1985, el periodista argentino Gregorio Selser, ya fallecido, alertaba sobre la existencia de estas verdaderas “patotas” del Pentágono en sus andanzas en Nuestra América ( “Ya actúa en Iberoamérica el Ejército Secreto de EE.UU”, Gregorio Selser, Cuadernos Americanos, México, septiembre/octubre, 1985). Sin control por parte del Congreso y actuando a sus anchas, los “Especiales” se perfilaban como los nuevos perros de presa del imperialismo. Hoy, aunque no constituyen ninguna sorpresa, las Fuerzas Especiales yanquis “cooperan” militarmente con América Latina. (David Brooks, www.telesurtv.net, Nueva York, 18 de septiembre). La nota del articulista se basa en un informe publicado por tres centros de investigación y análisis norteamericanos, LANGEP, CIP y WOLA, en donde se informa que la Drug Endowment Agency (DEA) “tiene más agentes en México que en cualquier otro puesto en el extranjero”. El paper, según Brooks, destaca que “a lo largo de los últimos años EE.UU. ha ampliado su participación directa en operaciones antidrogas en el hemisferio occidental, sobre todo en América Central” y sostiene que “el gobierno de Barack Obama ha favorecido el empleo de Fuerzas de Operaciones Especiales en sus políticas de seguridad, y que serán cada vez mas empleadas en América latina para capacitación y organizar ejércitos”- ¿de que tipo?- “excediendo la mera provisión de entrenamiento”.

De todos modos yo soy otro

El 15 de julio pasado fue apresado en Tamaulipas, Nuevo Laredo, el “capo” de Los Zetas, Miguel Angel Treviño, Z-40. Treviño, quien fue detenido por agentes de la Armada mexicana sin disparar un tiro, era, según informes del diario on line mexicano 24 Horas, informante de la DEA. “Al menos desde el 2011 la Agencia Antinarcóticos estadounidense (DEA) conocía las operaciones del líder de los Z(…) quien proporcionaba información sobre ese cártel mexicano de la droga y otros rivales.” (…) “Según funcionarios mexicanos, precisa la fuente, ‘sabemos que es verdad que el Z-40 (así lo identifica) proporcionó información sobre algunos de sus rivales dentro de la organización para que fueran detenidos, y esos datos los obtuvo la DEA’”, agencia que, según se indica, dio información sobre su escondite a las autoridades mexicanas, cuando Treviño ya no les era de utilidad. (www.granma.cubaweb.cu, 19 de septiembre). Desde 2006, año de la asunción de Felipe Calderón al gobierno de México, hasta el 2012, 70 mil personas murieron en manos del crimen organizado, informó el 7 de septiembre el diario digital biobiochile.cl, quien también se refirió al enfrentamiento entre soldados mexicanos y mafiosos en las montañas del Estado de Guerrero, con un saldo de 11 muertos, entre ellos un militar.

Estos miles de muertos, sumados a los 150 mil desplazados por la “guerra” llevada a cabo por la DEA y otros organismos de inteligencia de EE.UU. contra México, hizo de éste un país al borde de la ingobernabilidad. Armas introducidas clandestinamente por organismos oficiales de EE.UU. hacia México sirvieron para desatar el baño de sangre que vive la nación latinoamericana, que hoy sufre también los embates naturales de un ciclón.

Alguna vez este autor habló de las presiones que se ejercen sobre gobiernos de América latina, por parte de los yanquis, a fin de que aquellos concedan a las multinacionales y al Estado de ese país beneficios y/o bases militares.

En México, los resultados se hallan a la vista. El 12 de agosto de este año, el presidente priista, Enrique Peña Nieto, presentó un plan de reforma energética que, de aprobarse este mes en el Congreso, terminaría con el manejo estatal de la petrolera PEMEX y el de la electricidad, permitiendo contratos con empresas extranjeras. Según se informó, Peña Nieto propuso reformular los artículos 27 y 28 de la Constitución, que consagran la estadualidad de ambos servicios energéticos, uno sancionado en 1938 (hidrocarburos) por el presidente Lázaro Cárdenas y el otro en 1960 (electricidad). La propuesta de Peña Nieto fue cuestionada por el PRD y otras organizaciones de izquierda, y alabada por empresarios, empresas multinacionales, el “Wall Street Journal” y, entre otros, un congresista de EE.UU., Henry Cuellar.

Cuéntame tu vida

Nacido en Laredo, Texas, el congresista Henry Cuellar, artífice al Tratado de Libre Comercio entre México, Canadá y EE.UU de 1994 (NAFTA) y del TLC con Centroamérica, fue Secretario de Estado de Texas en el 2001, cuando su comprovinciano George W. Bush ya se había asentado en el sillón presidencial. Nueve años más tarde presidió el subcomité de Contraterrorismo marítimo, fronterizo y global del Comité de Seguridad Interna de la Cámara Baja. Fue colaborador del Departamento de Seguridad Interna y Agencias Policiales en relación con la “seguridad fronteriza EE.UU. y México”, y se vinculó al “combate contra el narcotráfico, el tráfico de personas y de armas en la frontera”. Casualmente o no, en su ciudad natal, Laredo, se engendró en el 2005 el Proyecto Gunrunner, que consistió en “expandir el rastreo de armas en México, la cooperación internacional, las actividades domésticas y la inteligencia”. Engendro de lo que luego fue la Operación Rápido y Furioso, que consistió en introducir en México, a fines de la década, 2.500 armas de grueso calibre, incluídas antiaéreas, por parte de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego y Explosivos (ATF), de EE.UU., con el objeto de rastrearlas en territorio mexicano sin el consentimiento del gobierno de ese país, y que luego fueron utilizadas por narcos y paras. (ver www. noticias.univisión.com, del 30 de septiembre de 2012)

Gunrunner llegó a contar con un presupuesto de 40 millones de dólares en el 2010, aún luego de descubierto el trasiego ilegal de las armas hacia al país azteca, que fue cuestionado e investigado en los propios EE.UU. por cuanto con esas armas se asesinaron agentes estadounidenses. También Laredo fue cuna de Treviño, el informante de la DEA detenido en México, “capo” de Los Zetas, enemigos acérrimos del Cártel de Sinaloa, adonde fueron a parar varias de las armas ingresadas por el Proyecto Gunrunner.

“…La apertura del sector energético mexicano a la inversión extranjera convertiría a Norteamérica en el nuevo Medio Oriente”- opinó Cuellar ante el diario mexicano Reforma (www.lucesdelsiglo.com.mx, 12 de septiembre). “Esto supondría que al juntar Canadá, Estados Unidos y México nos convertiremos en el nuevo Medio Oriente en cuanto a la producción de gas y petróleo”. Ferviente lobbista de la tenencia de armas en el país y orgánico defensor de la intervención militar de Obama en Siria, Cuellar es un botón de muestra de la influencia del lobbie del crudo y las armas en su país.

“El giro de PEMEX por un nuevo esquema de perforación, extracción, refinación y comercialización es un asunto en el que no solo los partidos políticos tienen interés de mercado, y tal vez, insertos en un esquema de violencia e inseguridad, las exigencias transfronterizas puedan tener, esta vez sí, el efecto deseado por los no nacionales y por muchos que, aún con acta de nacimiento mexicana, aspiren a grandes negocios petroleros” escribió, refiriéndose al intento de privatización de PEMEX en un contexto de caos y violencia, la articulista mexicana claudia Rodríguez. (www.veracruzanos.info, 28 de agosto del 2013).

Movilizaciones populares se anuncian en México para dentro de unos días en defensa de PEMEX y la electricidad estatal.

Mientras tanto, un ejército de mercenarios creados y apoyados por la DEA, la CIA y otros engendros, al igual que en Siria, presiona bárbaramente sobre el cuerpo social y político del país con el fin de que el crudo mexicano y otros recursos naturales caigan, como en Libia, Irak y ahora en Siria, en manos de los corsarios capitalistas de siempre.

Que el pueblo mexicano, al igual que el sirio, en su NO declamado y militante, cuente con nosotros.