Gabriel Gil Pinto
En alemán totschweigen siginifica asesinato por medio del silencio, esta palabra la encontré en un libro de Mészáros. Los medios privados y la derecha venezolana sabe que a través de la invisibilización se mata, aun cuando intente despreciar la denuncia de Nicolás Maduro del veto impuesto por medios privados al accionar del gobierno revolucionario y del presidente mismo.
Hacerse espacios para la vida implica hacerse espacios para la ser visto. El olvido y el ninguneo fractura el funcionamiento de la vanguardia revolucionaria y desmoraliza a las masas. No debemos dejar que el pueblo sea presa del escepticismo y la incertidumbre por causa de no romper con el cerco impuesto.
Otra forma de invisibilizar es restar credibilidad a los voceros y el mensaje revolucionario. Es más difícil convencer de una propuesta nueva, de construcción, de transformación que revivir los miedos y el pensamiento conservador que ha sido construido por cientos de años de control de los medios de reproducción ideológica por parte de la burguesía. Se requiere explicar lo que nunca fue explicado para llegar junto al pueblo a conclusiones que demuestran lo urgente de las tareas de la revolución. Contextualizar es clave en la lucha revolucionaria.
La comunicación burguesa es capaz de invisibilizar porque controla los medios técnicos de la comunicación. Romper el cerco mediático es romper lo mediático. El mensaje directo con el pueblo, no a través de aparato que masifican un mensaje impersonal, sino la comunicación directa y humana, es hoy más necesaria que nunca.
Ahora en medio de este asedio de los medios privados nos damos cuenta de cuanta falta hace un partido revolucionario organizado en cada cuadra pero capaz de debatir, de formarse al calor de la lucha revolucionaria para así tener la certeza y la credibilidad de estar en lo cierto y de que el camino revolucionario es nuestra única alternativa humana.