Alfredo Portillo
Aporrea
Recuerdo la oportunidad cuando John Kerry, en agosto del año 2004, siendo
candidato presidencial, a propósito de los acontecimientos bélicos que por
esos días ocurrían en Iraq, declaró que durante su gobierno Estados Unidos
nunca iría a la guerra, salvo en caso necesario. Casi diez años después,
el mismo John Kerry, ahora al frente de la política exterior de Estados
Unidos, acaba de comparecer ante la Comisión de Exteriores del Congreso
estadounidense, para explicar una posible intervención militar en Siria, y
dijo: “Sólo he planteado una cuestión hipotética sobre algunas
posibilidades, y estaba pensando en voz alta sobre cómo proteger los
intereses americanos».
Precisamente, ese es el meollo del asunto: Estados Unidos siempre tendrá
alguna razón para considerar como necesario ir a la guerra, a fin de
proteger los intereses de los estadounidenses. Por tal motivo, cada vez
que esos intereses sean pasados por el tamiz del razonamiento de la
seguridad nacional, surgirá la posibilidad de una guerra necesaria, y en
consecuencia se activarán los dispositivos militares, jurídicos,
diplomáticos, económicos y comunicacionales, que conduzcan a diseñar e
implementar una estrategia que haga a la guerra necesaria, una guerra
exitosa.
Y es que sólo basta con observar un mapa de las fuerzas militares de
Estados Unidos en el mundo, para hacerse una idea de las posibilidades que
la dirigencia estadounidense tiene de pensar en guerras necesarias. Para
ello recomiendo el enlace
http://www.diploweb.com/IMG/
cual se aprecia en detalle las fuerzas militares estadounidenses por
país, subcontinente, continente y misiones de paz de las Naciones Unidas.
Sería cuestión, para complementar, de buscar un mapa donde estén
representadas las bases militares, el armamento desplegado y la tecnología
militar disponible en todo el espacio geográfico mundial, para entonces
terminar de redondear la idea.