La práctica recibe el nombre de LOVEINT al interior de la Agencia de Seguridad Nacional.

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29-09-13.- El senador norteamericano Chuck Grassley, miembro del Comité Judicial del Senado de Estados Unidos, le solicitó hace un tiempo atrás al Inspector General de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) información adicional acerca de abusos intencionales a la privacidad de los ciudadanos por parte de empleados de la NSA que se pudieran revelar públicamente.

La respuesta del Inspector General es una graciosa muestra de la fragilidad de la naturaleza humana cuando le entregas a una persona común la capacidad de espiar a otras personas sin ningún motivo aparente y casi sin ningún tipo de supervisión, siendo uno de los temores quizá con menos repercusiones pero más evidentes de los programas de espionaje de la NSA como PRISM y muchos otros anteriores.

La lista de ejemplos dada por el Inspector General son doce incidentes de los cuales ocho involucran espiar a cónyuges, parejas y ex parejas de trabajadores de la NSA, como por ejemplo un sujeto que «solicitó ingresar a seis direcciones de correos electrónicos pertenecientes a su ex novia, una ciudadana norteamericana, apenas tuvo acceso al sistema durante su primer día«.

En otro caso, una mujer se puso a escuchar las llamadas de un número de teléfono de la lista de contactos de su marido porque sospechaba que éste último la engañaba. Esta práctica recibe informalmente al interior de la NSA el apodo de LOVEINT, un juego de palabras en inglés que mezcla los términos ‘amor’ (love) con ‘inteligencia’.

Se entiende que doce ejemplos en diez años son un número pequeño, siendo quizá muchísimos más casos los que fueron clasificados como secretos, o sencillamente que no se detectaron, pues no siempre está claro cómo la NSA detectó estos abusos, los que en su momento fueron penalizados, por ejemplo, reduciendo la paga del empleado y quitándole sus privilegios de seguridad.