Prensa Latina

 

Santiago de Chile, septiembre 27 de 2013. – El presidente de Chile, Sebastián Piñera, informó hoy la decisión de su Gobierno de cerrar el penal Cordillera, donde exagentes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) condenados a largas penas disfrutan de privilegios carcelarios.

El anuncio del mandatario se produce en medio de una avalancha de críticas ciudadanas a las exclusivas condiciones de vida en prisión de exmilitares sancionados por crímenes de lesa humanidad durante aquel régimen, como el exgeneral Manuel Contreras, quien fuera jefe de la otrora Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
 

El Gobierno, «tomando en consideración tres principios, la igualdad ante la ley, la seguridad de los internos, y el normal y más eficiente funcionamiento de Gendarmería, ha tomado la decisión de cerrar el centro penitenciario Cordillera, y trasladar a los 10 internos al centro penitenciario de Punta Peuco», expresó Piñera en una declaración.

El Presidente solo añadió que Gendarmería en el momento oportuno va a realizar los traslados a Punta Peuco, otro centro penal capitalino que también ha sido blanco de cuestionamientos por su diferencia con el resto de las penitenciarías del país, destinado a 44 sancionados por violaciones de los derechos humanos.

Las críticas a los privilegios se acentuaron la víspera, al trascender los preparativos de un festín en Cordillera, ubicado en la comuna de Peñalolén, para agasajar en plena cárcel al brigadier en retiro Miguel Krassnoff, preso por más de una veintena de crímenes durante la dictadura.

Según trascendidos, el almuerzo en honor del exoficial de la DINA era organizado por sus compañeros de armas del Ejército, sin embargo, en medio del escándalo, fue suspendido por las autoridades.

Las denuncias sobre el rosario de beneficios a disposición de exuniformados y civiles acusados de crímenes de lesa humanidad ganaron mucha más fuerza este miércoles, por boca del presidente de la Agrupación Nacional de Funcionarios Penitenciarios, Oscar Benavides.

El líder de los gendarmes afirmó que las condiciones en que esos reos están cumpliendo las condenas no se corresponde con el nivel de los delitos que cometieron y el grado de impacto público que ha tenido la comisión de los mismos.

Explicó que en Cordillera, donde solo permanecen 10 reos, «no tienen restricciones de visitas, tienen acceso a Internet, televisión por cable, cancha de tenis, cabañas (para dos con habitaciones independientes y en el caso de Contreras es personal), que no tienen grandes controles de seguridad».

Benavides pidió imaginar qué sucedería si en todas las cárceles de Chile cada interno comenzara a celebrar la comisión de sus delitos, para festejar casos de violaciones, robos y homicidios.

Un informe del fiscal judicial Daniel Calvo difundido este jueves precisa que en el penal de Punta Peuco, al que serán traslados los 10 reos, existen cuatro módulos, todos con patio, además de una sala de estar, baño, cocina, enfermería, dos canchas de recreación, área de kinesiología, biblioteca y sala multiuso.

Cada módulo cuenta con cocina equipada con refrigerador, hervidor, servicio y horno de microondas.

En el penal Cordillera están destinados 40 gendarmes a cargo de solamente 10 reos, mientras en Punta Peuco, en la también capitalina comuna de Til Til, 80 guardias custodian a los 44 internos, en tanto para otras penitenciarías del país la proporción es de un gendarme por más de 100 reos y hasta 200, según Benavides.