Ciudad CCS- Andes
Nueva York, septiembre 30 de 2013.- El campesino de la amazonía ecuatoriana José Shingre enmudeció momentáneamente a la audiencia de la Organización de Naciones Unidas, que lo escuchó dar su testimonio entre lágrimas, sobre cómo la contaminación dejada en su territorio por la gigante petrolera Chevron- Texaco causa muertes por enfermedad a miles de sus compañeros.
“Consecuencia de eso están muriendo cientos, y ya miles de compañeros campesinos, indígenas, y lo que más nos duele en el alma es que incluso los gobiernos no nos han ayudado en los clamores de nosotros; no queremos plata, no queremos dinero, lo que queremos tener es dos cosas, señores, ¡Agua queremos, porque en la zona no hay cómo coger agua, está contaminada. Por más que las autoridades locales quieran darnos agua no lo pueden (hacer), todo está contaminado (…) y queremos justicia, nada más, justicia, porque hoy por hoy ni la agricultura nos vale. ¿De qué vale que nosotros tengamos las manos encallecidas?”, dijo el pasado jueves.
Shingre, uno de los representantes amazónicos afectados por el negligente manejo ambiental de Chevron- Texaco en la amazonía ecuatoriana, recibió el lunes pasado visa para ingresar a Estados Unidos, un documento que originalmente le fue denegado por la Embajada de ese país en Ecuador y que necesitaba para poder acudir a dar su testimonio en el evento “Derechos Humanos, Medio Ambiente y Transnacionales: El caso Chevron-Texaco en el Ecuador”, que se llevó a cabo en el marco del 68 Periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
“Ellos gobernaban (Texaco). No gobernaban las autoridades ni siquiera las Fuerzas Armadas, porque ellos determinaban ‘que vayan estos uniformados’, para que nosotros no diéramos resistencia cuando nos derrocaban los cultivos de café, caña de azúcar, frutales, entre otros, y nosotros, incluso, éramos perseguidos por las mismas autoridades”.
“Nuestras familias se enferman a cada rato y mientras permanezca esta desadaptada práctica de Chevron, antes Texaco, nada será bueno, por más que puedan agrupar a todos los médicos del mundo, tenemos claro en la mente que si no se quita y se busca un solución ambiental adecuada, desde el corazón humano, ningún remedio será bueno, ningún remedio”.
“Y hoy, cuando pedimos justicia, se dice que (el culpable) es el mismo Estado (ecuatoriano), no estamos defendiendo al Presidente, pero nosotros nos sentimos Estado, o sea que quiere que nosotros paguemos las injusticias de Texaco, hoy Chevron, y eso no se debe dar en ninguna parte del planeta”.
“Estamos viendo claro que ellos defienden solo los dólares, la parte económica, la parte mercantil, pero no se defiende la vida, cuando la vida es primero, no otra cosa”, dijo.