Agencias

 

Kabul, 13-09-13. – El consulado de Estados Unidos en la ciudad de Herat, al oeste de Afganistán, fue objeto de un atentado con coche bomba que se cobró la vida de al menos siete personas y dejó un mínimo de 17 heridos, un ataque que de inmediato fue reivindicado por fuerzas talibanes que rechazan la presencia de tropas norteamericanas en su país.

Los talibanes que se atribuyeron la responsabilidad del ataque revelaron que éste fue producto de un suicida que detonó los explosivos en un coche bomba, justo frente al edificio diplomático estadounidense, mientras que otros combatientes armados atacaron el complejo, originando un enfrentamiento directo con las fuerzas de seguridad y una segunda explosión.
 

De acuerdo con medios locales, la segunda explosión se confirmó en el estacionamiento del consulado. La agencia Russia Today (RT) citó a testigos que denunciaron a las tropas estadounidenses por «disparar al azar» cerca de la sede diplomática, aunque la información aún no ha sido verificada.

Fuentes médicas relataron que los guardias del edificio diplomático se encuentran entre los heridos y que el número de víctimas podría aumentar. De momento, los heridos fueron trasladados al hospital cercano del lugar de explosión para recibir los tratamientos correspondientes.

«Las fuerzas afganas y los guardias de seguridad del consulado de Estados Unidos en Herat han derrotado a los atacantes. (…) Todas las fuerzas enemigas han muerto», así lo afirmó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a través de su cuenta en la red social Twitter.

Igualmente, informaron que varios de sus helicópteros empezaron a sobrevolar la zona tras el ataque, hasta determinar que el Consulado “ya no corre peligro” y que los atacantes habían sido derrotados.

Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó que no hubo víctimas fatales de su país.

Este atentado, perpetrado tras el aniversario de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York (este de EE.UU.) es el más reciente de la ola de violencia dirigida a las tropas estadounidenses que se preparan para retirarse de Afganistán en 2014.

Las tropas extranjeras invadieron el país asiático en 2001, bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo y establecer la seguridad. Las cifras proporcionadas tanto por la Organización de las Naciones Unidas como otras entidades internacionales ponen de relieve, lo contrario, el aumento de las muertes civiles por la inseguridad.

El próximo año termina la misión de combate de la OTAN, solamente si el Gobierno de Kabul acepta concederles inmunidad jurídica, aunque Washington ha manifestado su interés en mantener nueve bases militares en ese país, mientras los talibanes exigen la retirada total de las fuerzas extranjeras.