Sin duda la actual coyuntura es histórica. Definitivamente marca el ocaso del imperialismo más letal del mundo (imperialismo estadounidense). Sus puntos más resaltantes son la bancarrota económica de los países imperialistas occidentales (Estados Unidos y Europa), el ascenso de China a una economía de primer nivel (en 2012 se convierte en la nación comercial más importante del mundo) y, ahora último, el establecimiento del equilibrio de fuerzas entre las potencias imperialistas que ha llevado a la derrota de la línea militar de desgaste del ejercito agresor estadounidense en Siria y que, en lo inmediato, dio lugar a un gran impasse y a una gran desesperación en el grupo de poder de Washington por mantener sus posiciones e incluso apoderarse por la vía militar de mercados y regiones que históricamente han sido independientes de occidente (Irán, Siria, etc.).

Así, el mundo ha devenido en una situación muy tensa. Está preñada de graves contradicciones. Ciertamente el impasse es muy difícil de remontar. Pero el Pentágono, aun así, sigue atizando la guerra. Quiere, a base de prepotencias, ingresar a siria, apoderarse del Cáucaso, imponer condiciones en Europa (a esto obedece sus pataleos por establecer el acuerdo Transoceánico con la Unión Europea y con el que su volumen comercial es de 860 mil millones de euros) y no escatima esfuerzos por ahogar a sangre y fuego la rebelión de los pueblos.

Entonces son absolutamente letales sus movimientos fascistas, es decir, sus reacciones religiosas, sus barras bravas y sus pandillas juveniles, manejadas por sus servicios de inteligencia y que desde los años ochenta del siglo pasado ha venido construyendo en los cinco continentes del planeta, al parecer, presagiando esta coyuntura y que en estos últimos años ya han sido activadas a plenitud en algunos países (Libia, Siria, Egipto, Colombia, etc.). Sin olvidar que hay peligro que estos se activen en Rusia, China, África, Europa (el principal peligro es en Grecia y España) y América Latina.

Y, consecuentemente, y como era de esperarse, el resto de los grupos de poder mundial han empezado a pasar revista a sus fuerzas. Por el momento, se dice, que las confluencias aún no están definidas, como debe ser, y consecuentemente puede haber sorpresas en el futuro a medida que la gran crisis vaya acentuándose.

Definitivamente, hay peligro que Alemania, Francia, Japón y otros países se desgajen del eje militarista que capitanea Estados Unidos. En esto, por ejemplo, es muy aleccionador lo ocurrido en la cumbre de Ministros de Economía de la Unión Europea (UE) realizada en la ciudad de Breslavia en Polonia el 17 de septiembre de 2011, cuando este país estuvo de turno en la Presidencia de la Unión Europea, del 01 de julio al 31 de diciembre de 2011, donde se vio el asunto de la crisis europea y en la que las partes se hicieron de oídos sordos y hasta cuestionaron los “consejos” de Tim Geithner, Secretario del Tesoro estadounidense, que participaba en esa reunión y que, entre otras, puso en evidencia las duras fricciones existentes entre Estados Unidos y el bloque europeo. En efecto, allí, Geithner exigió a la Unión Europea ponga sobre la mesa sus garantías efectivas para proceder desde Washington el rescate de Italia y España, es decir, la entrega de sus recursos a la voracidad de las transnacionales estadounidenses. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, no se aguantó más y dijo lo siguiente: “No se debate (en este conclave) sobre el incremento o la expansión del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera con un Estado no miembro de la eurozona”, se refería claramente a la intromisión estadounidense en los asuntos internos de esta región. Y, aún más tajante fue la intervención de la Ministra de Finanzas de Austria, María Fekter, que dijo: “No creo que se justifique que alguien esté aquí para darnos lecciones de nada. Si se mira los datos macroeconómicos, Europa está mejor que ellos” (1). El asunto no podía ser más claro.

Y, en un mundo así, ciertamente es bueno tener una visión más o menos acertada de lo que es la coyuntura actual.

Veamos esto:

 En primer lugar quisiera incidir en los ciclos económicos largos:

En general se sabe que los ciclos económicos son oscilaciones periódicas, épocas de expansión y contracción en la actividad productiva. Nikolai Kondratieff (1892-1938), economista ruso, fue el artífice de los ciclos económicos largos.

A continuación una visión histórica de los ciclos económicos largos en la producción capitalista:

 Empecemos de 1780 a 1830 (son aproximaciones) en la que se observa un ciclo económico largo de apogeo y expansión y corresponde a lo que es la primera revolución industrial. De 1830 a 1880 hay un ciclo económico largo de crisis y contracción. De 1880 a 1913 vuelve un nuevo ciclo económico largo de apogeo y expansión y corresponde a lo que es la segunda revolución industrial. De 1913 a 1945 el ciclo económico largo de crisis y contracción. Luego, de 1945 a 1973 otro ciclo económico largo de apogeo y expansión.  Y, finalmente, de 1973 hasta la actualidad (el ciclo aún no está cerrado) hay un ciclo económico largo de crisis y contracción. Ahora estamos en este ciclo.   

La gran crisis económica de 2008 es tremendamente  devastadora y está inmersa en el ciclo económico largo de crisis y contracción iniciada en 1973:

Generalmente se dice que la gran crisis de 2008 se desató a consecuencia del colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en el año 2006, dando lugar aproximadamente en octubre de 2007 a la llamada crisis de las hipotecas subprime y en el que el aspecto financiero habría sido lo más importante. Lo cierto es que antes de 2008 hubo devastaciones en varias regiones del planeta, por ejemplo, en América Latina (1980, se dice crisis de deuda), en Asia (julio de 1997), también la crisis del 2000 del punto com, etc.

Pero, en lo central, la gran crisis de 2008 es consecuencia de la sobreproducción de mercancías (miles de containers abarrotados en el puerto de Shanghái y disminución del flujo de contenedores por el canal de Panamá.), sobreacumulación de capitales ($1200 billones de capitales especulativos cuando el PBI mundial es solo de 70-80 billones de dólares) y sobrecapacidades productivas en los principales países imperialistas, sobre todo, occidental (en China más de la mitad de los productores de aluminio trabajan a pérdida mientras siguen construyéndose hornos de fundición en todo el país). Esto ha llevado a una devastación o destrucción muy grande de las fuerzas productivas, particularmente, muy fuertes en el periodo de 2008 a 2010, pues, en sólo tres años fueron demolidas las bases de la estructura económica de Estados Unidos y Europa (miles de bancos y empresas quebradas, 55-60 % de parados en los sectores juveniles en Grecia y España). Consecuentemente de nada sirvieron sus Quantitative Easing (QE, políticas monetarias expansivas).

Entonces los principales países imperialistas decidieron confrontarla:

En primer lugar Estados Unidos emplazó la guerra económica y el proteccionismo. Fueron muy importantes la adopción de una serie de medidas en los aranceles de importación y en contra de las mercancías provenientes de los países emergentes, particularmente, muy fuertes contra los productos chinos. Esto es a pesar de que el comercio bilateral entre ambos países (sino-estadounidense) llega a los 450.000 millones de dólares anuales, se dice, la mayor relación comercial entre dos países en la historia de la humanidad.

China no se quedó atrás, también decidió actuar, en este caso reduciendo sus compras de bonos del tesoro estadounidense, diversificando sus inversiones, dando mayor énfasis a su mercado interno e impulsando su moneda (Rinminbi) como Moneda de Reserva Internacional. Incluso hubo (hay) tentativas de Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur y Japón, que de concretarse daría origen a una región económica de cooperación muy grande en el mundo, pero en esto es muy importante los acuerdos al que llegaron sobre uso de sus propias monedas en sus transacciones, lo que en otras palabras es, simple y llanamente, desplazamiento del dólar como moneda de intercambio global.

Entre tanto los grupos de poder económico de Alemania, Francia y Japón estaban evaluando las debilidades de sus economías, sobre todo, se sentían muy preocupados por la influencia estadounidense en sus destinos. Sus miradas estaban fijadas en la región oriental del planeta (China y el grupo ASEAN).

Y, en estas circunstancias, a finales de 2010 hubo dos hechos muy importantes que sentaron las bases de la nueva situación internacional:

Primero, la cumbre de la OTAN en Lisboa (noviembre de 2010) donde se acuerda la instalación del Escudo Antimisiles de Estados Unidos en Europa. En realidad una grave provocación para Rusia y China.

Segundo, simultáneamente Estados Unidos inicia su ofensiva militarista en el Norte de África y Oriente Medio sin tener en consideración los intereses de Rusia y China y la llama “Primavera Árabe” (inmolación del vendedor de frutas Mohamed Bouazizi el 17 de diciembre de 2010 en la olvidada ciudad tunecina de Sidi bouzid) y donde el papel fundamental la tienen sus fuerzas paramilitares fascistas (reacción religiosa Anti-Islam que otros llaman “fundamentalismo islamista”) en medio de una guerra de baja intensidad que luego se convertirían en abiertas operaciones militares. Seguidamente el grupo de poder de Washington se cubre con el uniforme nazi-fascista (ascenso del fascismo en Estados Unidos).

De ella, a finales de 2010, emergió la equiparación de poderes imperialistas (equilibrio de fuerzas), es decir, la estructura multipolar en el mundo: 

En efecto, China como resultado de lo anterior, empieza una nueva orientación estratégica que automáticamente conduce a la ruptura del Acuerdo Estratégico en Economía firmada por este país (China) y Estados Unidos en 1978 y, que, en lo inmediato, ocasionó el colapso de la estructura unipolar de absoluto dominio del orden mundial por el grupo de poder de Washington (hay fuerte discusión en las organizaciones comunistas sobre el contenido ideológico de “Estructura Multipolar”). China, India, Rusia y Brasil sienten cierta vigorización en sus economías. El poder mundial comienza su travesía de Washington a Pekín.

A finales de 2011 se reconfirma esta tendencia:  

Cierto, esta equiparación de poderes imperialistas (equilibrio de fuerza) se vio reconfirmada a finales de 2011 cuando hubo un rotundo rechazo (reacción político militar) de Rusia y China a la ocupación de Siria por parte de las fuerzas militaristas estadounidenses que en lo inmediato llevaron al fortalecimiento de la alianza estratégica militar que ya existía entre estos dos países (Rusia y China) desde 2001 cuando se fundó la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Exactamente esta reacción político-militar se inició tras la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacifico (APEC) en Honolulu (Hawái) en noviembre de 2011. A partir de entonces los ejercicios militares conjuntos entre ambas naciones fueron persistentes, particularmente, la respuesta rusa (militarmente) fue muy fuerte.

Luego, esto se vio aún más consolidado en el primer semestre de 2013 con la derrota de la línea militar de desgaste aplicado por el ejército agresor estadounidense en Siria y que en lo inmediato dio origen a un gran impasse entre ellas.

Recordemos que el sistema bipolar surgió al finalizar la segunda Guerra Mundial. Los puntales de dicho sistema fueron Estados Unidos y la URSS que representaban el sistema capitalista y socialista respectivamente. Entonces se había establecido una línea roja, infranqueable e inviolable, que separaba a ambos sistemas. Luego, ampliada en el contexto de la “Guerra Fría” con algunas regiones de Oriente Medio, entre ellas Siria. Pero, al implosionar la URSS en 1991, en ese momento ya una ex URSS debido a la restauración capitalista que había sufrido en su economía, se impuso en el mundo el sistema unipolar, es decir, un sistema bajo control total de los Estados Unidos. Inmediatamente la línea roja fue rota en la región del Báltico (Lituana, Letonia, Estonia) y en general en Europa del Este. Sus pretensiones llegaron incluso a Asia central. La desestabilización corrió a base de contrarrevoluciones fascistas denominadas entonces como “Revolución de Colores” semejante a la “Primavera Árabe” de finales de 2010.

Entonces, Siria siguió siendo el punto nogal de toda una estructura antioccidental en Oriente Medio. Un país absolutamente importante en la geopolítica mundial. Pero, Estados Unidos decidió muy tarde ocupar este país. Ocurrió cuando Rusia había restablecido su poder y China se había convertido en la segunda economía del mundo. Además cuando a finales de 2010 ya estaba estableciendo el equilibrio de fuerzas entre las principales potencias imperialistas del mundo. En esto fue crucial (decisivo) el armamento nuclear y los sistemas antimisiles.

Lo que vino después fue el rechazo de Rusia y China a la ocupación de este país (Siria). Pero, en esto, lo más importante es la fortaleza antiimperialista del ejército, el gobierno y el pueblo, sirios. Siria tiene un ejército preparado para conflictos mayores, en este caso, para contener al sionismo israelita. Es decir, los S-300, los Iskander, el sistema Pechora 2M” e incluso los sistemas de defensa SA-17, son muy importantes.

Luego, esta situación se vio aún más reforzada en el primer semestre de 2013 con la derrota de la línea militar de desgaste aplicado por el ejército agresor estadounidense en este país (Siria), que inmediatamente dio origen a un gran impasse, histórico e indisoluble, hasta ahora.

Como dije en mi artículo anterior: “…sabemos tras la captura de la estratégica ciudad fronteriza de Al Qussair (a principios de junio de 2013) el presidente, Bashar Al Assad, ahora está en una posición de victoria. Mi investigación se ampara en el apunte siguiente: “Los analistas de la Agencia France Presse han señalado que la batalla de Al Qussair ha sido una gran victoria para el presidente Bashar al Assad, que, según dichos analistas, ahora está mejor situado que nunca si el plan ruso-norteamericano para una conferencia de paz se materializa” (2).

Y, para resolver esa situación, ahora las principales potencia imperialistas están enfrascadas en una fuerte carrera armamentística:

En principio la carrera armamentística entre los países imperialistas ha sido permanente y consecuentemente sus armas, llámense estos, convencionales o no convencionales (estratégicos), han tenido un gran desarrollo, así ineluctablemente, sobre todo, muy intensos en los Estados Unidos. Esta es una tendencia y característica esencial de la presente coyuntura.

En consecuencia las agitaciones, armamentística y bélica, alarman a cualquiera. Hay que esmerarse por conocer esta lucha frontal y encarnizada que hay entre los grupos de poder mundial por aprovisionarse con lo mejor de armas. Los imperialistas están desesperados por aplastarse mutuamente. Realmente es una lucha fratricida. Una lucha a muerte. Unos y otros son extremadamente crueles en esto. Jamás olvidemos que la geopolítica estadounidense de contención a China es real.

Se dice que actualmente (Estados Unidos) estaría adaptando su estrategia militar global con menores inversiones de tropa (modelo Irak) y mayor dosis de tecnología y operaciones de inteligencia (por ejemplo, con los asesinatos selectivos de enemigos que Obama señala; los ataques con aviones no tripulados o “drones”; o con el espionaje)” (3).

Pero, en lo esencial, no olvidemos el posible epilogo de esta carrera armamentística. Lo hemos citado en una nota anterior: “La política actual de Washington es mantener su supremacía militar en Asia, pero una carrera armamentística con China podría hacer que la Guerra Fría nos pareciera una minucia. La economía de la Unión Soviética representaba solo una cuarta parte de la de Estados Unidos cuando se produjo aquella carrera armamentística. Si Estados Unidos entrara en un proceso serio de ese tipo con China, los estadounidenses podrían olvidares de Medicare, la seguridad social y de la mayor de aquello en lo que el gobierno de Estados Unidos gasta su dinero” (4).

Realmente el impasse es muy difícil de remontar.

NOTAS:

1.- “Duro cruce entre EEUU y la UE”. Noticia publicada el 17 de septiembre de 2011, en: Associated Press (AP).

2.- “Prensa Internacional: la Iniciativa Ahora en Manos del Gobierno Sirio”. Nota publicada el 09 de junio de 2013, en: Al Manar.

3.- “América Latina sigue siendo prioritaria para EEUU, en lo militar y por sus materias primas”. Autor: Claudio Katz. Nota publicada el 24 de julio de 2013, en: La Haine.

4.- “¿Debería preocuparnos que China supere a Estados Unidos? Noticia publicada el 29 de abril de 2011, en: spanish.china.org.cn.

(*) ENRIQUE MUÑOZ GAMARRA:

Sociólogo peruano, especialista en geopolítica y análisis internacional. Autor del libro: “Coyuntura Histórica. Estructura Multipolar y Ascenso del Fascismo en Estados Unidos”. Su Página web es: www.enriquemunozgamarra.org